Guapos, jóvenes, famosos y buenos actores. Formaban lo que se consideraba una pareja de cine, aunque la realidad era otra. Dos años después de un fugaz noviazgo y una boda en Vancouver tan discreta que no hay ni una sola foto de ella, Scarlett Johansson y Ryan Reynolds han anunciado que se divorcian.
Una noticia que ha pillado al mundo de Hollywood por sorpresa, tanto por la discreción que siempre ha caracterizado sus movimientos como por la falta de señales de que la pareja pensaba romper.
Los actores encarnaban una historia perfecta para hollywood
Hace meses, en una de las últimamente habituales visitas de Scarlett a Madrid -es imagen de la firma de moda Mango- la actriz protestaba cuando los periodistas le preguntaban por sus planes. "No quiero hablar de trabajo", decía, "lo que pienso en estos momentos es solo en tomarme unas vacaciones, en estar con mi familia". La afirmación no pasó inadvertida. La musa de Woody Allen buscaba tiempo para estar con su marido, en ese momento rodando una película quién sabe dónde.
Y es que todo apunta a que la separación más sonada del momento se ha debido, no a una tercera persona, aunque ha habido medios de comunicación que así lo han insinuado -que si una compañera de rodaje de él, que si una aventura fugaz de ella nada menos que con Johnny Depp-, sino a la falta de tiempo de dos actores que han dado prioridad a sus agendas profesionales.
Conforme pasan las horas, los amigos de la pareja hablan. Al parecer, hace seis meses Scarlett y Ryan decidieron ir a un consejero matrimonial para intentar salvar su relación. Pero hace un mes ella comenzó a buscar un apartamento en Manhattan. El martes, cuando la pareja envió el comunicado de su separación a la revista People -la misma que dio la exclusiva de su boda-, la actriz se encontraba por fin de vacaciones, pero no con Ryan sino con un grupo de amigas que la apoyan en estos momentos.
"No había besos, abrazos, brazos rodeando los hombros, ni ningún tipo de muestras de cariño en público propias de un matrimonio que llevaba casado dos años", explicaba una fuente cercana a la pareja a People.
La separación le llega a Reynolds en su momento de mayor fama: el pasado mes fue nombrado como el hombre más sexy de 2010. En 2011 estrenará la adaptación a la gran pantalla del cómic Linterna Verde, película que le ha permitido trabajar con Tim Robbins.
Ryan estuvo vinculado sentimentalmente a la cantante Alanis Morissette. La pareja se comprometió en el 2004. Sin embargo, en julio del 2006 se separaron y dos años después se anunció su compromiso con Johansson, con la que contrajo matrimonio el 27 de septiembre de 2008.
Scarlett, a sus 26 años, es ya toda una veterana actriz que alcanzó la fama con su papel en El hombre que susurraba a los caballos y posteriormente obtuvo la aclamación por parte de los críticos de cine por su participación en Ghost World.
Esta pareja de cine no es la única que se ha roto esta semana, en vísperas de la Navidad. También se han separado los protagonistas de High School Musical, Zac Efron y Vanessa Hudgens, y las de Dexter, Michael C. Hall y Jennifer Carpenter. Sin embargo, el divorcio de Reynolds y Johansson es el que más repercusión está teniendo.
Ellos significaban a los ojos del mundo, y de la industria de Hollywood, la encarnación de la pareja perfecta. Lo tenían todo para serlo, pero les falló el guión.
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