jueves, 17 de marzo de 2011

Berlusconi, abucheado una vez más.

Agitado, caliente y dividido inicio de las celebraciones que conmemoran este jueves el 150 aniversario de la unificación italiana en las principales ciudades del país. En los actos celebrados esta mañana en el museo de la República Romana, en la colina Gianicolo de Roma, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha sido recibido por ciudadanos que le han silvado y gritado: "Dimite, dimite", "vete al palacio Grazioli" e incluso "Bunga, Bunga". Algunas personas le han apoyado al grito de "resiste, resiste", y él mismo ha contestado: "Sigo adelante para defenderme. No dejaré el país en manos de los comunistas".


"Divididos habríamos sido expulsados de la Historia", afirma el presidente de la República

Abucheos al ministro de Defensa y al alcalde de Roma

El Papa afirma que el catolicismo fue el motor de la unidad
La Liga del Norte, socio del Gobierno de Silvio Berlusconi, ha decidido boicotear de forma pasiva y provocadora las celebraciones. Ante la indignación de otros grupos políticos y la desazón de su aliado de Gobierno, los representantes del partido que reivindica el federalismo y la autonomía de la Padania (zona imaginaria que ocuparía de hecho todo el norte del país) han abandonado los parlamentos regionales de Lombardía y Emilia Romaña en el momento en que ha sonado el himno de Mameli.

La guerrilla simbólica de la formación xenófoba de Umberto Bossi contra la celebración de los 150 años del Estado italiano arrancó con la oposición pública de sus líderes al decreto del consejo de ministros que declaró fiesta nacional el 17 de marzo. Pero los líderes del Carroccio han querido ir más lejos, y el miércoles anunciaron que daban de forma oficial "libertad de conciencia" a sus parlamentarios para decidir si participan o no en los actos oficiales que se celebran el jueves en Montecitorio durante una sesión conjunta del Senado y la Cámara.

Al abrir los festejos el miércoles por la noche en la plaza del Quirinal, el jefe del Estado, Giorgio Napolitano, recordó de forma elegante pero tajante la importancia estratégica de la unidad del país. "Divididos, habríamos sido expulsados de la Historia", advirtió el presidente. "Discutimos y peleamos, pero todos deben recordar que hay algo más grande, que es nuestra nación y nuestra patria, y que si estamos unidos podremos vencer los retos que tenemos por delante".

Napolitano concluyó su discurso augurando felicidad a todos los italianos, "sea cual sea su fe política".

La noche tricolor de la capital quedó algo deslucida por la lluvia torrencial que cayó durante el día, y pese a todo algunos miles de romanos salieron a la calle con enseñas y banderas tricolores dispuestos a celebrar el aniversario y disfrutar de la exhibición de fuegos artificiales en el Coliseo.

Protestas contra La Russa

Antes del concierto celebrado en la plaza Venecia, los ciudadanos silbaron y abuchearon tanto al ministro de Defensa, Ignazio La Russa, como al alcalde de la capital, Gianni Alemanno. Ante la fuerza de los silbidos, los dos dirigentes del Pueblo de la Libertad tuvieron que concluir su discurso precipitadamente.

La deserción del grupo de Bossi ha producido un malestar visible en el seno del Ejecutivo. El propio La Russa, que es coordinador nacional del PDL, ha declarado que "la Liga debe crecer y aprender que los países más federalistas tienen una fuerte identidad nacional.

Es hora de que dejen de seguir a las minorías extremistas del Carroccio que se deleitan con un secesionismo que Bossi ha dejado ya atrás". El ministro concluyó, conciliador: "Hay libertad de palabra y por tanto también de folklore, a condición de que no se falte al respeto". Silvio Berlusconi no ha intervenido, pero en una nota oficial ha recordado que es preciso "respeto riguroso a la unidad del Estado nacional".

La oposición ha sido bastante más dura. Los democristianos de la UDC han afirmado que la actitud de la Liga es "simplemente vergonzosa" y "demuestra que el Carroccio no será jamás un partido de Gobierno". El líder del Partido Democrático, Pierluigi Bersani, ha advertido a Berlusconi que si el jueves la Liga no se presenta al Parlamento,"eso querrá decir que su Gobierno ya no existe. Berlusconi ha jurado sobre la Constitución y la bandera, y con eso no se bromea".

"Himno no, poltronas sí"

La revista Familia Cristiana, por su parte, ha afirmado en un editorial que "la pose de gladiador" de los liguistas es solo "un jueguecito sin riesgo y que da publicidad", y enfatiza: "No cantan el himno nacional y cuando suena se van a tomar café con bollos, pero cuando se trata de repartir poltronas y prebendas, la Liga siempre se pone en primera línea".

El jefe de filas de la Liga en la Cámara de Diputados, Marco Reguzzoni, ha avisado que no participará en la sesión bicameral convocada el jueves en Montecitorio y lo ha justificado diciendo que el Gobierno ha decidido cerrar las guarderías y él se tiene que quedar con sus hijos en casa.

No será el único ausente. El alcalde de la ciudad destruida por el terremoto de 2009, L'Aquila, Massimo Cialente, del PDL, ha declinado con una nota la invitación de los presidentes del Senado y la Cámara. "Me quedo en el palacio del ayuntamiento destruido. Hay un pedazo de país que ha sido completamente abandonado y no tiene perspectivas".

Mensaje del Papa

El papa Benedicto XVI envió el miércoles un mensaje al presidente Napolitano, a través del secretario de Estado, Tarcisio Bertone, en el que afirma que "la identidad nacional de los italianos, tan fuertemente radicada en las tradiciones católicas, constituye en verdad la base más sólida de la unidad política" de Italia.

En su carta, el papa recuerda que "el cristianismo ha contribuido de manera fundamental a la identidad italiana a través de la obra de la Iglesia, de sus instituciones educativas y asistenciales" (...) "y también mediante una riquísima actividad artística: la literatura, la pintura, la escultura, la arquitectura, la música".

"Dante, Giotto, Petrarca, Michelangelo, Raffaello, Pierluigi da Palestrina, Caravaggio, Scarlatti, Bernini y Borromini son algunos nombres que han dado una aportación fundamental a la identidad italiana", explica el papa, que acaba subrayando que "la nación italiana siempre ha apreciado el honor y el singular privilegio" de la situación peculiar por la cual está en Italia, en Roma, la sede del sucesor de san Pedro y, por tanto, el centro del catolicismo".

Y Berlusconi cuela una ley a medida

Aprovechando los fastos de la unidad del país, el parlamentario del PDL Maurizio Paniz ha presentado a la comisión de Justicia del Parlamento una enmienda a la ley del proceso breve que parece especialmente destinada a aniquilar el caso Mills, cuya primera audiencia debe celebrarse el lunes próximo.

La enmienda modificará el tiempo máximo de prescripción de los delitos para los acusados que no hayan sufrido antes una condena en firme. Se trata del caso de Silvio Berlusconi. Hoy, el tiempo de prescripción de un crimen es igual a la pena máxima prevista para ese delito. Cuando ese tiempo se interrumpe por causa mayor (por ejemplo interrogatorios o rogatorias), el techo máximo aumentaba hasta ahora en un 25%. La enmienda de Paniz propone aumentarlo solo en una sexta parte cuando el imputado tenga su expediente penal limpio.

El diputado de Italia de los Valores Li Gotti ha explicado lo que supondrá la enmienda con un ejemplo: "Si se aprueba, el delito de corrupción en acto judicial, que es el que afecta a Berlusconi, no prescribiría en diez años sino en nueve años y cuatro meses, es decir en junio. Y como los abogados han programado las vistas precisamente hasta junio, está claro el jueguecito".

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