viernes, 18 de marzo de 2011

EEUU y Europa reprochan a Japón.

La Comisión Europea, Estados Unidos y el Consejo de Seguridad Nuclear español han comenzado a criticar, más o menos abiertamente, la falta de información que reciben desde Japón sobre el accidente nuclear de Fukushima. El problema salpica al Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), dirigido por un japonés y que es el encargado de transmitir a los países los datos que recibe de Japón.

La ONU ha aceptado la calificación a la baja que Tokio ha dado al accidente

La falta de una única fuente fiable ha generado contradicciones
El miércoles pasado, el jefe de la Comisión Nuclear Reguladora (NRC) de EE UU, Gregory Jaczko, declaró ante el Congreso sobre el accidente de Fukushima. Pero avirtió: "Nuestra información es muy limitada". Jaczko llegó a afirmar que una de las piscinas de combustible se había quedado sin agua, lo que sería muy peligroso, aunque Japón luego lo desmintió.

Que la NRC, la agencia con más información nuclear, no sepa con exactitud lo que está pasando en Fukushima da idea de la desinformación reinante. En Fukushima hay reactores con tecnología estadounidense, con lo que las reglas y los conocimientos de EE UU son detallados.

El sentimiento de la Comisión Europea de pisar terreno informativo muy endeble se extiende a los Gobiernos europeos. "Tenemos la sensación de que la información que nos llega es limitada", comenta un portavoz de la presidencia húngara de turno. "Lo entendemos. Solo se anuncia lo confirmado, sin entrar en especulaciones".

No se trata solo de que no se informe de forma precisa al público, sino de que hay problemas de comunicación entre las agencias reguladoras. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) vive con indignación el retraso de la información que recibe del OIEA. Para dejar claro el malestar, tras una discusión entre los cinco consejeros, el CSN comienza sus comunicados advirtiendo de que el OIEA le "suministra información con retraso", aunque lo justifica por "las difíciles situaciones que se producen en el país". Fuentes del CSN explicaron: "Llega la información con retraso y de forma deficiente. No sabemos qué saben los japoneses, pero en España tenemos información en tiempo real de muchos parámetros de las centrales y de la red medidora de radiación".

El OIEA, organismo con sede en Viena y dirigido por un japonés, ha aceptado la información que ha dado Japón sin una evaluación propia. Incluso, que el accidente sea calificado como nivel 4 (en una escala de 0 a 7), como afirmó la agencia nuclear japonesa (NISA). "Tengo muy claro que no es un 4. Es más grave que Three Mile Island, que fue un 5, y menos que Chernóbil, que fue un 7", opinó el director de la Agencia Nuclear de la OCDE y excandidato a la presidencia del OIEA, Luis Echávarri. Fuentes del sector nuclear dan por hecho también que subirá la calificación.

Japón, por ejemplo, no informó de que había problemas en el reactor 4, que estaba parado cuando se produjo el terremoto, hasta que el lunes anunció en televisión que había un incendio en la piscina de combustible. La semana que viene hay prevista una reunión en Helsinki de la asociación de reguladores de la UE en la que previsiblemente se tratará el tema de la desinformación.

La falta de una única fuente fiable ha derivado en excesos. Günther Öttinger, comisario de Energía de la UE, con reputación de incurrir en estrépitos verbales, habló el martes de situación apocalíptica en Japón, el miércoles pronosticó que estábamos a horas de acontecimientos catastróficos con vidas en peligro y ayer remachó el clavo reiterando lo que había dicho los dos días anteriores: que en Europa hay nucleares que no superarán las pruebas de fiabilidad. Francia, más nuclear que nadie en la UE, anunció que pedirá explicaciones al comisario por su incontinencia verbal.

Porque los hechos son que el comisario, como los Gobiernos de la Unión, están mucho menos informados de lo que desearían. Al dar cuenta de los datos que tiene la Comisión, la portavoz de Öttinger refería como fuente la proporcionada a Bruselas por la delegación de la UE en Tokio y a "lo que dicen allí los periódicos".

Una fuente científica comunitaria, que debe preservar su identidad, dice: "Estamos en la catástrofe, por el calor que afecta a la vasija y porque no han logrado estabilizar la situación. Pero eso no quiere decir que no lo vayan a lograr". La fuente señala que ante una situación en evolución, "el que pueda ser peor dentro de dos días no quiere decir que lo que se diga ahora no es cierto".

Öttinger ha secundado las recomendaciones de París de evacuar a sus nacionales en Japón y ha dicho que lo mismo deberían hacer los demás países. También confesó en el Parlamento Europeo que le había saltado en añicos la imagen que él tenía de Japón en vista de la actuación, "a base de mangueras de bomberos o lanzado agua desde hidroaviones".

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