miércoles, 16 de marzo de 2011

Mujeres que prefieren ser hombres.

Son más las que quieren ser ellos que los que quieren ser ellas. Casi un trabalenguas que, en realidad, es el resultado de una seria encuesta de Metroscopia. A la pregunta “si volviera a nacer y pudiera elegir su sexo, ¿qué elegiría, ser hombre o ser mujer?”, el 14% de las encuestadas responden que preferirían ser hombres. El 8% de los varones apostarían por ser mujeres. ¿Por qué?

Las responsables de la encuesta sobre discriminación por sexo que contenía la pregunta, Susana Arbas y Silvia Bravo, se muestran cautas al interpretar los resultados de una cuestión introducida “por curiosidad”.

Iba intercalada entre otras que revelaban, por ejemplo, que dos de cada tres españoles creen que la vida femenina es más dura y difícil que la masculina, tal como publicó EL PAÍS. Las expertas destacan por encima de todo “el elevado grado de satisfacción” que ellos y ellas tienen con el sexo que les ha tocado. El 83% de las mujeres querrían volver a serlo de nacer de nuevo. Y el 81% de los hombres volvería elegir el sexo masculino. Al 3% de ellas y al 9% de ellos les daría igual nacer hombre o mujer.


En cuanto a los disconformes, los que elegirían nacer de nuevo con el sexo contrario, las expertas de Metroscopia apuntan una sola razón: “Hay hombres y mujeres que piensan que la vida del otro sexo es mejor”. ¿Un punto de envidia? Arbas y Bravo no ven aquí ninguna lectura que apunte a la discriminación femenina que sí determinaban otras respuestas del sondeo, realizado a 2.500 personas. Tampoco sacan ninguna conclusión de que sean más las mujeres que los hombres que elegirían el sexo contrario. Ni siquiera la diferencia salarial: las españolas ganan 5.300 euros menos al año que sus compañeros, tal como contó en este blog Inmaculada de la Fuente.
Las diferencias por edades apuntan a que el mayor interés masculino por ser mujer se da entre los 35 y los 54 años (11%). Entre las mujeres se sitúa en el 15% por encima de los 35 años la proporción que elegiría ser varón en otra vida. La mayor conformidad con su sexo se da, en los dos casos, entre los 18 y los 34 años, ese momento de la vida en el que todo, o casi todo, parece aún posible.

Ante la cautela de las responsables de la encuesta, y en busca de la miga que puede tener el tema incluso en las reuniones de amigos -¿quién no se ha preguntado alguna vez cómo sería su vida si tuviera otro sexo?-, uno puede ir a Google.

Si teclea “si yo fuera hombre” encontrará 670 mil resultados, incluida una canción de Paquita la del Barrio (“si yo fuera varón, le daría a las mujeres mi total comprensión”...) y un libro la feminista estadounidense Charlotte Perkins Gilman. Para “si yo fuera mujer”, el buscador ofrece menos de la mitad: 305 mil, incluida una desgarrada canción de Patxi Andión (“si yo fuera mujer no me casaría, nada de sostén, nada de pastillas, que las tome él…). También en Google pesa más la expectativa de ser hombre que la de ser mujer, así que volvamos a la sociología.

Desde la Universidad Carlos III, la profesora Constanza Tobío ofrece otras claves. "Lo que más me sorprende en que haya un 8% de hombres que elegirían ser mujeres, porque en la infancia la identidad masculina se construye por rechazo a la femenina, cosa que no ocurre entre las niñas", dice. Asegura que la proporción de hombres y mujeres que optarían por el sexo contrario no supone una diferencia relevante estadísticamente.

Para esta catedrática de Sociología queda clara una conclusión: "La inmensa mayoría está a gusto con el sexo que le ha tocado. Eso tiene que ver con que hay menos barreras y diferencias entre hombres y mujeres porque se han equiparado los derechos".

En cambio, la directora general del Instituto de la Mujer, Laura Seara, ve las cosas de otra forma. "El que haya más mujeres que hombres que desearían tener otro sexo tiene que ver con que los varones lo han tenido más fácil. Pese a los avances en igualdad, todavía es más difícil ser mujer que hombre en muchos ámbitos, empezando por el laboral", afirma.

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