Bukowski y Crumb, juntos.

Libros del Zorro Rojo recupera tres relatos del maestro del "realismo sucio" junto a las ilustraciones del mítico dibujante norteamericano

Albert Lladó

Portada de 'Tráeme tu amor', de Charles Bukowski y Robert Crumb Libros del Zorro Rojo

Dios los cría – o no – y ellos se juntan. Se admiraban mutuamente, y es que eran testigos, y testimonios, de un mismo mundo, fuertemente marcado por la exclusión, la precariedad, la decadencia de una sociedad no tan "beautiful", la precariedad laboral y los excesos del alcohol y otras sustancias.

Tráeme tu amor, editado por Libros del Zorro Rojo, recoge las ilustraciones inéditas que Robert Crumb llevó a cabo, entre 1975 y 1984, para tres relatos de Charles Bukowski. Se trata de los cuentos 'No funciona el negocio' y 'Bop, bop, contra aquel telón', además del texto que da título al libro.

Crumb, padre del cómic underground, cree que Bukowski "dice las cosas como hay que decirlas" y añade que "para ser artista o escritor en el mundo moderno hace falta una fuerte dosis de alienación. Si eres muy equilibrado, no tienes nada interesante que decir". De ese "desequilibrio" nace este libro, lleno de trazos gruesos, poco esteticistas, que reflejan a la perfección la mirada triste y desengañada de los personajes que van viviendo sin esperar gran cosa a cambio.

En el relato 'Tráeme tu amor', Bukowski nos habla de la locura, el sexo y las frustraciones que nacen de las irremediables pasiones humanas. En 'No funciona el negocio', un cómico observa, sin poder hacer nada al respecto, el inevitable paso del tiempo. El alcohol es el único compañero de viaje de alguien que, encargado de hacer reír al público, sólo puede trasladar el ambiente decrépito que los envuelve y ahoga. El tercer relato, 'Bop, bop, contra el telón', es una inmersión en la juventud que creció en medio de la Gran Depresión surgida del Crac del 29, y que les obligó a buscar, en los locales nocturnos y las strippers, la ilusión de una vida mejor, menos gris y aburrida.

Bukowski y Crumb solo coincidieron una vez en persona, pero el escritor veía claramente su literatura en aquellas ilustraciones: "En la gente que él dibuja hay energía y resplandor. Una de las personas más verdaderas que he conocido". Un muy particular "resplandor" que, sin embargo, encajaba a la perfección con sus obsesiones, y los protagonistas de su literatura, una colección de perdedores que habitan la ciudad y que nos hablan desde las esquinas más oscuras. Pero que son auténticos.