domingo, 10 de abril de 2011

Cuando los hombres pierden el deseo.

La falta de deseo en los hombres es una realidad encubierta hasta por ellos mismos, su cultura penecéntrica se lo impediría. El deseo trastocado, él no quiere tener sexo
Diez mitos sexuales para replantearse

“Dicen que nuestro pene manda en nuestras vidas, que nuestro cerebro y alma están ahí, que somos seres penecéntricos, pero esa una idea que han impuesto socialmente algunos hombres”, afirma Patricio Vergara, sicólogo, terapeuta sexual y de pareja de la Universidad Andrés Bello.



Esa idea tan particular sería una de las razones socioculturales que explican el por qué algunos hombres encubren su falta de deseo sexual pues les resultaría imposible aceptar que su virilidad está en pausa.



El tema es complejo y multifactorial. Lo cierto es que la ausencia o disminución del deseo causa incomodidad en la pareja, infelicidad y desasosiego. La mujer se pregunta qué pasa y no recibe respuestas. Entonces incrimina: “En realidad andas con otra… no me quieres o eres homosexual y con ese tipo de frases la autoestima del hombre va disminuyendo”, relata Mauricio Salas Sironvalle, urólogo, sexólogo y magíster en sexología clínica.



Lo preocupante –advierte– es que hay muchas parejas que dejan pasar hasta 10 ó 20 años sin hacer nada y muchas veces es la mujer, la que “arrastra” al hombre a pedir ayuda profesional.



Sin embargo, la falta de relaciones sexuales sería una tendencia mundial que se está manifestando en el último tiempo. Algunas causas se deberían a que “las personas orientan su vida más a la producción económica y el estrés que conlleva; o porque pasan largas horas en sus trayectos o viven en ciudades contaminadas”, cuenta el Dr. Salas Sironvalle.

Factores biológicos, sicológicos y sociales

Para entender la pérdida del interés por la sexualidad y lo lúdico de la vida no existiría una explicación unitaria. El primer factor a considerar sería la edad del paciente y su estado de salud.



“El hombre empieza a tener falta de deseo cuando bajan las hormonas. A esto se le llama andropausia o déficit de testosterona tardío y empieza a los 50 años. También genera irritabilidad y baja de ánimo”, explica el sexólogo.



En el área sicosocial, estaría dado en hombres sometidos a estrés por condiciones laborales muy extremas y de inestabilidad, lo que provocaría una disminución de su capacidad eréctil y potencia sexual, por tanto, de su masculinidad:



“El estrés del rendimiento genera que haya una deformación cognitiva de la acción.



Es decir, por una vez que no tuvieron una erección piensan que les va a volver a suceder y se anticipan negativamente al hecho. Se produce una disociación entre lo que pasó y las explicaciones que ellos se dan. Una especie de pensamiento automático negativo donde pierden el deseo, se bloquean y se aíslan”, argumenta el especialista en sexología clínica.

Pareja proactiva

Para determinar las causas de esa falta de deseo, el sicólogo Patricio Vergara propone revisar si esa disminución o pérdida de actividad sexual “es de larga data, puntual o situacional; o si se refiere solo a la pareja o con todas las potenciales parejas sexuales. Puede ser también que haya falta de deseo con la pareja pero no afecte la práctica de excitación autoerótica. En otras palabras son múltiples las características que tiene esta disfunción”.



Por otro lado, la creencia que el hombre tiene que ser un maestro en las artes amatorias estaría quedando, en algunos casos, sólo como fantasía erótica. Para que eso no suceda se requiere ser proactivo.



“El tiene que buscar una solución y comprometer a la pareja para resolver el problema juntos, porque esta falta de deseo puede llegar a provocar la ruptura de la pareja”, comenta el Dr. Mauricio Salas Sironvalle.



Al establecer el origen –afirman los especialistas– se podrá optar a diferentes tratamientos con medicamentos, sicoterapia y aprenderán a generar actividades lúdicas entre la pareja, para reinventar lo que se llama “el mito fundacional de la pareja” y poder volver a encontrar esa sexualidad pérdida.

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