domingo, 3 de abril de 2011

Francia controla Costa de Marfíl.

Las tropas francesas desplagadas en Costa de Marfil se hiceron con el control del aeropuerto de Abiyán, la capital económica del país, durante la madrugada de este domingo, según ha informado el Estado Mayor del Ejército francés. El pasado jueves, Francia añadió 300 soldados más al despliegue miitar que tiene en Abiyán, en coordinación con la misión de Naciones Unidas, donde patrullan los barrios donde viven los expatriados. El Ejército no ha ofrecido por el momento detalles sobre la toma de control del aeropuerto, ni tampoco sobre las unidades de origen ni el lugar del que partieron los nuevos efectivos que refuerzan la actual presencia francesa de 900 militares en el país.

Unas horas después de tomar el aeropuerto, el presidente Nicolas Sarkozy ordenó el reagrupamiento "sin demora" de todos los ciudadanos con nacionalidad francesa residentes en Abiyán "para garantizar su protección". "No expondremos a ciudadanos franceses aconvertirse enrehenes o víctimas indirectas de la confrontación entre las dos fuerzas", explicó el ministro de Defensa, Gerard Longuet,en relación con los combates entre leales al presidente saliente, Laurent Gbagbo, y el vencedor de las últimas elecciones, Alassane Ouattara. El siguiente paso que estudia París es la evacuación de sus nacionales, unos 12 mil en todo el país.

La misión de Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI) ha comenzado a evacuar a 200 empleados tras los frecuentes ataques a su cuartel general por parte de los leales del presidente saliente, según ha confirmado un portavoz del organismo internacional. Un helicóptero los ha trasladado desde el centro de Abiyán hasta el aeropuerto que esta madrugada ha sido tomado por tropas francesas. Desde allí, otro helicóptero los trasladará al norte del país.

Aumenta el número de víctimas

Mientras los combates se suceden en Abiyán, el recuento de las víctimas de la suerte de guerra civil en la que se ha visto sumida Costa de Marfil esta semana se incrementa: la Cruz Roja aseguraba que en Duékoué, al este del país, habían muerto 800 personas. La cifra fue rebajada después por la ONU, que añadió que ellos habían contabilizado "de momento" 330 cadáveres, "la mayoría a manos de las tropas de Ouattara", según Guillaume N'Gefa, jefe de Derechos Humanos de la misión de la ONU en Costa de Marfil. La pasada madrugada la ONG Cáritas volvió a elevar la cifra y asegura que ya son más de 1 mil las personas que han muerto o se encuentran en paradero desconocido. Desde las filas de Outtara ya se han apresurado a negar que hayan tenido nada que ver con la masacre.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, ha instado al presidente electo, Alassane Ouattara, a investigar los cientos de muertes de los que se culpan a sus seguidores. Moon ha afirmado que estaba "preocupado y alarmado" por los informes, de la ciudad de Duekoue, donde, según el periodista de la BBC Andrew Harding, trabajadores de Naciones Unidas han encontrado cientos de cuerpos. Outtara por su parte ha afirmado que sus seguidores no están involucrados.

Se recrudecen los combates

La situación en las calles de Abiyán es también cada vez peor y crece día a día el número de extranjeros que se han refugiado en la base militar de Port-Bouët, cercana al aeropuerto internacional. Este sábado se contaban ya 1.400, la mayoría franceses, comunidad que cuenta con 12 mil personas en Costa de Marfil. Dejan sus casas por miedo a los saqueos, a las bandas de ladrones y a los disparos. Una decena de blindados franceses, pertenecientes a la fuerza de la ONU desplazada en Abiyán, patrullan constantemente los barrios habitados por extranjeros para protegerles y, en su caso, conducirles a la base militar.

Cuatro cascos azules resultaron gravemente heridos por disparos de las tropas de Gbagbo. "Vi a los blindados pasar por mi calle y no me lo pensé", contaba un residente de Abiyán de nacionalidad francesa a la cadena de televisión i-Télé. "Les dije que esperaran a que buscara a mi familia. Nos montamos en el coche y les seguimos hasta el campamento".

El periódico Le Monde recogía testimonios de extranjeros recluidos en almacenes o en los despachos de sus fábricas o comercios, ocultos, con miedo a ser descubiertos por los saqueadores. Jean-Luc Cancel, un industrial francés, relataba por su parte al periódico Le Figaro que lleva dos días escondido en una habitación interior de la casa de unos amigos de Costa de Marfil.

"Me ocultan de los estudiantes partidarios de Gbagbo, que armados de fusiles Kaláshnikov, disparaban contra todos los blancos. Una vez escapé por poco. Me pararon por la calle y dijeron que me iban a quemar vivo, me llamaban 'Sarkozy'. Gente que me conocía me salvó justo cuando los estudiantes ya habían sacado un bidón de gasolina".

La ofensiva de las tropas leales a Ouattara comenzó el lunes en el norte del país y en cinco días se han hecho con todo el territorio excepto un puñado de barrios de Abiyán. Pero esos barrios, últimos reductos de las tropas del presidente saliente, Laurent Gbagbo, no ceden. Los combates en estas zonas, que comenzaron el jueves, son cada vez más duros. Los jefes militares de Ouattara, sin duda, minusvaloraron la capacidad de resistencia de los últimos fieles a Gbagbo. Y los cerca de 3.000 miembros de la Guardia Republicana se han hecho fuertes y se niegan a rendirse. En las últimas horas se han producido fuertes explosiones en varios lugares estratégicos de la ciudad, entre ellos el palacio presidencial.

Todas las informaciones apuntan a que Gbagbo está acorralado, bien en el palacio presidencial bien en su residencia particular, las dos situadas en el centro de Abiyán, en el barrio de Cocody. Pero si el viernes se pensaba que el final estaba cerca -de hecho hubo rumores de que Gbagbo había huido de Abiyán-, ahora pocos se atreven a pronosticar el fin de la batalla. La secretaria de Estado de Estados Unidos ha subrayado que "Gbagbo debe retirarse inmediatamente".

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