domingo, 3 de abril de 2011

Lo que precede a la epilepsia.

Científicos españoles y franceses han identificado el mecanismo que precede a las crisis epilépticas, en concreto, las que se originan en la región cerebral del lóbulo temporal, junto a la oreja, y que precisamente se asocian a los ataques con peor pronóstico en los tratamientos farmacológicos.

La investigación, publicada en el último número de la revista Nature Neuroscience, ha sido realizada conjuntamente entre el Consejo Superior de Investigadores Científicas (CSIC) y el Instituto del Cerebro y la Médula Espinal del hospital de la Pitié-Salpêtrière, de París.

El trabajo abre la puerta a la futura predicción de ataques de epilepsia, una enfermedad con causas múltiples, tanto genéticas como infecciosas, y que sólo en España afecta a unas 400 mil personas, con unos 20 mil nuevos casos diagnosticados al año. La investigadora del CSIC Liset Menéndez de la Prida, una de las responsables del diseño y desarrollo del estudio, se ha referido al periodo de transición que se produce minutos antes de las crisis epilépticas, con la aparición de un tipo de descargas denominadas preictales.

La investigación se ha centrado en la epilepsia del lóbulo temporal, frente a la cual los tratamientos farmacológicos fracasan en el 80% de los casos; por el contrario, en el resto de epilepsias, de las que se conocen más de 40 tipos, la ineficacia de los tratamientos con fármacos desciende hasta niveles del 20%. Los investigadores han analizado registros de pacientes a los que se les implantaron electrodos profundos, como parte del proceso previo al tratamiento quirúrgico al que fueron sometidos posteriormente.

Actualmente, la cirugía es la alternativa principal contra la epilepsia en aquellos casos en los que los tratamientos farmacológicos se han suministrado durante años sin resultados positivos. En esas situaciones, se extirpan las áreas epileptógenas o regiones en donde se originan las crisis epilépticas para que el paciente no vuelva a padecerlas.

Los electrodos implantados a los enfermos, en el marco de esta investigación, reflejan la actividad eléctrica del conjunto de neuronas que los rodean y miden los cambios producidos. Además, su incorporación en el paciente permite localizar las áreas que originan los ataques, y que serán extraídas en la operación. A partir del tejido cerebral retirado en las intervenciones, se ha puesto a punto un modelo in vitro que ha permitido a los investigadores estudiar de modo independiente los diferentes tipos neuronales y caracterizar su actividad.

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