sábado, 2 de abril de 2011

México, tradiciones machistas impiden a mujeres trabajar.

En algunos estados del país persisten normas sociales que impiden la participación laboral de las mujeres, alertó la académica Arlette Covarrubias Feregrino, del Departamento de Economía de la Universidad Iberoamericana.

Expuso que muchas casadas que quieren trabajar no lo hacen porque les imponen unas reglas morales o solas se sujetan a ellas, como lo demostró su investigación “Internalización de normas sociales y participación laboral femenina: el caso de las maquilas en Tehuacán, Puebla”.

En los poblados Santiago Miahuatlán y San Gabriel Chilac, los argumentos principales que les impiden trabajar son que deben ser las amas de casa quienes cuidan a los hijos y tener la comida lista cuando el esposo llegue de trabajar, mientras que ellos han de ser los proveedores del hogar.

Aunque Covarrubias observó que varias mujeres tenían la posibilidad de trabajar porque alguien de su familia, generalmente su mamá, les podía cuidar a sus hijos, sus esposos no se los permitían pues consideran que quienes laboran en la maquila son promiscuas y sólo se contratan para ser infieles.

Estas ideas generalizadas hacen que las casadas que trabajan reciban muchas críticas de familiares, amistades y desde luego sus esposos, a quienes les preocupa qué pensará la gente.

Incluso las propias esposas consideran que si se contratan en la maquila serán tomadas por “mujeres fáciles”, detalló en un comunicado.

Dichas normas sociales afectan el bienestar de la familia y de los dos pueblos donde se efectuó la investigación, pues una mujer casada no tiene la libertad de escoger a qué actividad se dedica porque hay una regla moral que la hace sentir culpable si no la cumple.

Ver a las normas sociales como una obligación restringe la libertad de las mujeres y de los hombres, porque de no ser así, algunos esposos preferirían que sus parejas trabajaran y compartieran con ellos la responsabilidad económica, lo que además les permite comprar más cosas, mencionó la experta.

Pese a ser mal pagado el trabajo en una maquila, con entre 550 y 600 pesos semanales, no hay más alternativas para ellas y el sueldo no es tampoco tan bajo para los niveles de ingreso de la zona.

De hecho, sus maridos ganan en promedio cada semana entre 700 y 800 pesos, por lo que las casadas que trabajan aportan casi 50 por ciento del ingreso del hogar.

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