sábado, 16 de abril de 2011

Talentos desordenados.

El lujo y el glamour que rodea la vida de los personajes célebres es solo una de las muchas caras de la existencia de los famosos. Sus admiradores envidian sus amistades, su tren de vida y sus vacaciones, pero lo que no trasciende a menudo es que, como el resto de los mortales, ellos también pueden ser víctimas de todo tipo de enfermedades, entre ellas algunas con estigma histórico, como las dolencias mentales. Y cuando estas atacan, no son muchos los que se atreven a decirlo en alto.

La actriz cobró un duro peaje por el cáncer de su marido, Michael Douglas Britney Spears y Mel Gibson figuran entre los famosos en tratamiento

Pero esta semana, la actriz Catherine Zeta-Jones ha roto esa barrera y ha hecho público un diagnóstico que también recibe el 2% de la población estadounidense y que suele mantenerse en secreto: la actriz sufre un desorden bipolar. A mitad de semana su agente envió un comunicado a la prensa en el que explicaba que la galesa, ganadora de un oscar a la mejor actriz por Chicago, había pasado unos días en una clínica especializada en salud mental puesto que padece un desorden bipolar del tipo 2. Esta enfermedad también se conoce como psicosis maníaco-depresiva y se caracteriza por fuertes cambios de humor que hacen que el camino entre la depresión y la alegría se acelere peligrosamente y machaque emocionalmente al enfermo.

Los brotes más graves de esta enfermedad crónica suelen ocurrir después de que el paciente se vea sometido a experiencias traumáticas. En el caso de Zeta-Jones, parece que el diagnóstico de cáncer de su marido, el también actor Michael Douglas, y su posterior tratamiento le han cobrado a la intérprete un duro peaje. No obstante, según explicó la agente de la galesa el miércoles, "Zeta-Jones se encuentra estupendamente y tiene muchas ganas de volver a trabajar".

Stephen Frears y Gabriele Muccino son los dos directores que han requerido sus servicios para sendas películas que arrancarán en breve, los dos siguen contando con ella. "Creo que es una gran idea combatir este estigma y ayudar a que se entienda que quien sufre un desorden bipolar puede mantener una vida absolutamente funcional y productiva", declaró a la agencia AFP Martin Evers, un médico especializado en desórdenes del comportamiento del hospital de Northern Westchester.

"La franqueza de Zeta-Jones ayudará a otras personas a eliminar el estigma que pesa sobre muchos pacientes y que daña sus vidas", afirma Sue Baker, directora de la campaña Time to change, organizada en Reino Unido para cambiar la percepción que se tiene de quienes padecen enfermedades mentales. A lo largo de la historia, han sido muchas las personalidades que han sufrido trastorno bipolar, entre ellas el presidente Winston Churchill, los escritores Graham Greene y Jack London, el pintor Jackson Pollock o la cantante Nina Simone.

En Hollywood, lo que le ocurre a Zeta-Jones tampoco es una novedad: Mel Gibson y Carrie Fisher son algunos de los nombres que citaba esta semana la revista Hollywood Reporter en relación a la enfermedad. Además también afirmaba que el músico Brian Wilson y la cantante Britney Spears llevan años en tratamiento por la misma causa, pero solo algunos se atreven a hablar de ello abiertamente. Carrie Fisher lo contaba con mucho humor en un monólogo teatral que triunfó en Broadway el pasado año. La cantante Sinead O'Connor también se atrevió a hablar abiertamente de su caso en el diario The Guardian, al igual que Axl Rose, de Guns N'Roses. De hecho, la lista de artistas con desorden bipolar es tan larga que hay quien sostiene que esta enfermedad tiene una conexión directa con el talento artístico, algo sobre lo que se ha escrito en libros como Touched by fire, de la psicóloga Kay Redfield.

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