domingo, 10 de abril de 2011

Tarde de entierro/ poema corto

Por Beatriz Illescas


Aunque aun es temprano el día parece transcurrir como impávido, como molesto de tener que ser, como lánguido, silente, triste.

Ningún sonido enturbia el sentimiento donde parece que hubiese vida y no la hubiese al mismo tiempo.

Se fue finalmente. Su intensidad abandonó la lucha y partió aburrido y sin más ganas de mi.

Como una tarde de entierro se siente su ausencia, no hay más cascabeles internos que repican cantando a la vida. No hay más retos ni tampoco temores.
Quería mi paz, ahora la tengo de vuelta… pero no es paz feliz, es paz de muerte.

Todo vuelve a ser gris, cansado, solo. Es como si estuviese aquí respirando pero con un corazón ajeno a mi; mío,pero latiendo lejos y a saber ni en dónde.

Se que no debería ser pero es…
se que pasará pero aun no ha pasado…
se que no vale la pena…pero lo he amado y su ausencia pedida duele tanto!

Tarde de entierro...
voy caminando detrás del ataúd de una ilusión que, aunque agoniza, continúa sostenida por esta esperanza necia que se niega a abandonarme…

Los árboles suaves e inclinados parecen saludarme, el viento me susurra que es cierto que esta vez se ha ido finalmente y sabiendo que es mejor así, que no era para mi, el sabor de su distancia sabe y sabrá siempre a tarde de entierro.

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