miércoles, 13 de abril de 2011

Una ciudad mágica, hasta que te maten.

'Una ciudad mágica, hasta que te maten'
Judith Torrea | Carolina Jardim

La única periodista extranjera que vive en Ciudad Juárez
Son 15 años cubriendo la frontera entre Estados Unidos y México
La lucha contra el narcotráfico ha dejado más muertos que en Bagdad

Estaba en uno de los restaurantes más exquisitos de Manhattan, entre tazas de vino y rostros planchados por la cirugía estética, cuando interrumpió a un millonario neoyorquino con la provocativa pregunta: "¿Cuántos muertos se necesitan para que tú consumas un grano de cocaína?". Era Judith Torrea, la española de Navarra, en una fiesta más de 'People', la revista en la que trabajaba.

Pero ese día, la periodista explotó: "¿Qué hago aquí, en este mundo del espectáculo?". Ya no podía acompañar desde su ordenador las cifras de muertos que solo aumentaban en la mexicana Juárez, la ciudad más peligrosa del mundo, mientras el resto de la sociedad consumía "substancias ilícitas" sin pensar en las consecuencias. "Veía sangre en el polvo", relata.

Compró el billete de avión, comunicó la decisión a su familia y abandonó el glamour norteamericano y el periodismo pijo para saciar su "vómito de justicia" en la puerta de entrada de la droga colombiana a Estados Unidos. "No hagas eso; te van a matar", recuerda lo que le dijo su madre, en el día de una entrevista para El Mundo, en que llevaba un vestido azul justificando ser el color que representa la protección.

El temor de su madre no la intimidó. Siguió adelante. Sus convicciones como reportera superaban todos los miedos. "Fue como una puñalada. Intenté no llorar. Soy periodista, es mi deber y sentía que era lo que debía hacer". Y se fue.

Hace nueve años que Judith cubre la frontera entre México y Estados Unidos como corresponsal y dos años y medio que vive en Juárez. También conocida como "la ciudad del homicidio", registra un índice de violencia superior a Bagdad. Solo en el último año se cometieron 2.660 asesinatos en sus calles.

Esta localidad es el telón de fondo del primer libro de la periodista, presentado ayer en la Casa de América de Madrid y ha despertado un amplio interés en el público, señala la periodista, con expresión de quien siente que su deber se ha cumplido.

Desapareciendo del mapa
La obra, "Juárez en la sombra: crónicas de una ciudad que resiste a morir", reúne algunos de los textos que la autora publicó en su blog, ganador del Premio Ortega y Gasset de Periodismo Digital 2010. Judith describe la llamada guerra contra el narcotráfico, liderada por el presidente Felipe Calderón, que costó la vida a 8.300 personas en cuatro años.

La periodista denuncia el sistema y a todos aquellos que contribuyen a que "la droga sea un fantasma viajero", dejando rastros de violencia en la ciudad mexicana y llegando a los destinos finales en paz. "¿Por qué la droga es mortal en mi Juárez, y no en EEUU y en España, por ejemplo?", cuestiona.

Judith retoma el pasado para explicar el caos de hoy: "La desigualdad social y la pobreza vienen desde el tiempo en que los conquistadores llegaron a México. Juárez es el paradigma del capitalismo que no ofrece trabajos y salarios dignos, transformando el narcotráfico en un negocio seductor o en la única alternativa para muchas familias y jóvenes que no tienen posibilidades de estudiar".

Además, denuncia a las autoridades por haber creado una guerra "sin pies ni cabeza", como dice. Critica a Estados Unidos por alimentar el mercado con la venta de armas y por ser el gran consumidor de drogas y el "imperio de la injusticia", en el que 97% de los crímenes son impunes.

Denuncia a los narcotraficantes, que matan a "niños, señores, a todos". La extorsión de los criminales que piden dinero a los propietarios de negocios para que no les roben o maten. Los empresarios y los banqueros que también son los "narcos no publicados". Y los policías corruptos que se benefician con el mercado de una "ciudad sin ley, que está desapareciendo del mapa".

Ciudad fantasma
Judith revela el peligro de estar en una ciudad donde no hay nadie en las calles a partir de las 21 horas y no se puede tomar un café con tranquilidad: "Todos los lugares son peligrosos. La gente vive entre cadáveres. Si estás en un parque, jugando fútbol, te pueden matar", cuenta.

Según la escritora, la violencia ha penetrado de tal modo en la vida cotidiana de Juárez que se ha convertido en algo natural: "Es habitual decir que alguien llegó tarde a una cita con amigos porque había un muerto en medio del camino. O borrar a un amigo de Facebook porque ha sido asesinado", dice.

Una de las alternativas, según Judith, es cruzar la frontera y llegar a la ciudad más segura de los Estados Unidos. "Los que tienen dinero van a El Paso para pasar el fin de semana", cuenta. Sin embargo, según ella, las personas están empezando a salir. "No por la seguridad, sino por que están hartas de vivir cuatro años en guerra", dice la periodista, mientras saca de su bolso unos rosarios que la gente le regaló para protegerse.

"Hay gente que cree en dioses. Yo creo en el universo. No tengo miedo, tengo buen instinto", explica. Pese sufrir amenazas, no lleva ningún tipo de seguridad.

El sentido de la vida
Su buen instinto la llevó a sus personajes. La autora transforma números en gente, con "nombre y apellido". Con sentimiento, deseos e historia. Aborda el narcotráfico desde diferentes ángulos. Desde los vecinos que asisten a ceremonias de ejecución, desde los niños huérfanos, desde las viudas y viudos, desde la policía o desde la mujer que tiene miedo que su esposo salga a la calle un domingo y no vuelva. Y otro ángulo es el de la cárcel, desde donde se muestra la periodista, en la contraportada del libro.

Está también la impresionante figura de los buitres, definidos por Judith como los "freelancers de las funerarias". "Son los profesionales que van en busca del cadáver, que van donde están los muertos. Son ellos y me presentan la ciudad y a sus personajes", explica.

Más que personajes, las fuentes la llevaron a un aprendizaje que está expreso en su libro, que dedica a sus "queridos juaritos que la enseñaron a vivir". Como la señora Villigrana que le ha mostrado que es posible "convertir adversidad en fortaleza".

"Mis fuentes me han abierto sus vidas. Me siento tan privilegiada por aprender con personas que siguen luchando con tanta dignidad", dice al terminar la entrevista, mientras se acuerda de los colores del atardecer en el desierto que eligió para vivir. "Es una ciudad mágica, hasta que te matan".

Reflexión como inicio del cambio
El libro de Judith constituye un "grito de auxilio". "Yo intento que la gente reflexione y actúe. Las personas vegetarianas no consumen animales para no matar animales. Con el narcotráfico pasa lo mismo. Las personas no se dan cuenta de que consumir drogas mata gente", compara.

La periodista confiesa que espera que los lectores "sientan lo que es Juárez, muy distinta de aquella divulgada por el presidente". "Tenemos que salir de este teatro mortal que quieren vender las autoridades mexicanas, y sobre todo el presidente Calderón, que dicen que no es la ciudad más peligrosa del mundo.

Si no informamos, nos convertimos en partícipes de la masacre", añade Judith, que no ha firmado el acuerdo, recién lanzado por el gobierno que "censura la cobertura periodística de la violencia".

Después del libro, la escritora pretende hacer el guión de una película. "Hacía mis artículos, las circunstancias me llevaron a crear un blog y ahora el libro. Con la película, las personas tendrán todos los ingredientes. Podemos cambiar muchas conciencias. El principio del cambio es la reflexión. Si consigo que una persona más reflexione, habré logrado algo".

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