miércoles, 18 de mayo de 2011

Almodóvar, quizá no gane nada.

Estoy preparado para irme de vacío"


La habitación del cineasta Pedro Almodóvar en el hotel Martínez da justo a La Croisette. No está en una planta muy alta y desde un gran ventanal se ve el jaleo de la terraza de los salones delanteros y un poco más allá, masas que gritan ante la posible llegada de un famoso. En el otro extremo de la playa, en el Palais del festival, algunas personas piden con carteles invitaciones para las películas.

En muchos se puede leer La piel que habito, y es extraño, porque normalmente se demandan para las proyecciones del día, no durante la jornada precedente. Este curioso medidor de la popularidad solo lo han alcanzado Malick y Almodóvar. "Me he enterado, sí. Me hace ilusión". El director trae La piel que habito a un certamen que da miedo. "Es un año de buena cosecha, y me gusta estar en una edición así. Es muy estimulante. Estás en mejor compañía.

Arriesgarte te arriesgas siempre; así que prefiero que en este salto compita con gente que también asumen riesgos". Pero, ¿no es hora de una Palma de Oro? "La primera vez que vinimos, lo hicimos con Todo sobre mi madre, y creo que nunca he estado tan cerca de haberla logrado. Tanto es así que viví un espejismo, porque tras decirnos que teníamos un premio, vi en el único periódico que se edita aquí los domingos el titular 'Palma de Oro', me chocó y me fijé que ya en pequeño contaba: 'Si se cumplen los pronósticos'.

Después me enteré de muchos más chismes, pero es que el premio lo da un jurado, no el público, ni los críticos, ni los corrillos. En otra edición estuve con otra película -no puedo decir cuál- con un jurado muy a favor de obra y tampoco rasqué". En la memoria, su primer recuerdo de Cannes, en 1982. "No sé si ya había empezado Laberinto de pasiones o estaba a punto. Tengo una foto en la que parezco un cubano, con un bigote grande y el pelo negro, negro. Me gusta mucho estar, disfruto mucho del ambiente del certamen".


"Los pocos que la han visto dicen que no se relaciona con mis otras películas"
Hoy se proyecta a concurso La piel que habito, justo cincuenta años y un día después de que Viridiana ganara la Palma de Oro. "Eso lo hace especialísimo, y más para mí que uno de mis padres cinematográficos es Luis Buñuel por miles de razones y no solo geográficas. Viridiana en concreto es una de sus obras claves, y más aún con todo lo que ocurrió a su alrededor y cómo vino aquí. A mí me provoca una emoción especial que no sé cómo expresar. Hace que esta edición tenga un sabor especial". Ante el momento nervios en la competición, Almodóvar propone otra perspectiva, la de la novedad absoluta de la película.

"Los nervios surgen cuando anticipas la situación. Ahora, recién aterrizado en Cannes, ya no pienso. La excitación, eso sí, está ahí. Encima, habiendo un jurado de por medio, todo es incontrolable. Si de algo me sirve haber concursado aquí antes es que mentalmente estoy preparado para irme de vacío, y que eso ni me prive del placer de haber disfrutado del festival. Este año además nadie, y digo nadie excepto gente del equipo, distribuidores internaciones y el director de Cannes, ha visto mi trabajo. Nunca yo había vivido esta situación y quiero ver las reacciones en las proyecciones".

En Madrid, a Almodóvar gente anónima le ha deseado suerte. "Debo dar impresión de familiaridad, porque se me acerca todo tipo de personas y me dicen lo que piensan. De hecho en los últimos cuatro días me han dado ánimos, y se sorprendían de que estuviera en Madrid y no aquí". Este aquí es Cannes, donde también cosecha seguidores. "Pues sí. Mira, el francés, que suele ser tan borde en todo lo demás, cuando quieren a los artistas se vuelcan con ellos. Julio Iglesias, en su frase más inteligente, decía: 'Si un francés te quiere y te sigue, es para siempre'.

Tienen gran cariño a quienes en su vida cultural les ha producido algún momento de placer. Cannes es uno de los pocos lugares donde no solo se ven películas o se compran películas, sino donde además se celebra el cine. Aquí los turistas son amantes del cine, es la única ciudad en la que el cine puede competir en fanatismo y entusiasmo con el deporte. En el resto del mundo nadie derrota al fútbol. Solo aquí y tal vez en San Sebastián salen las masas a la calle por amor al hecho cinematográfico".

Desde casa, además de los parabienes, ha dejado un efervescente movimiento popular, capitaneado por la gente que está acampando en la Puerta del Sol. "Me parece un hecho muy importante, y demuestra la enorme insatisfacción de muchísimos españoles, y yo me incluyo. De golpe se acercan unas elecciones y no sabes a quién votar. Sé lo no quiero votar, pero lo que quiero votar no lo veo. Eso produce una impotencia enorme y los políticos deberían darse por aludidos.

El lema Democraciaya me parece adecuado para plasmar la sensación de que no nos representan. A la joven democracia española le ha llegado el momento de crecer y cambiar, y este es un gran síntoma. Me alegro enormemente de este fenómeno pacífico y ciudadano, y no creo que desaparezca tras las elecciones".

Vuelta al cine. ¿Significará La piel que habito un cambio en su carrera? ¿Provoca doble excitación estar en Cannes con un giro artístico? "No soy muy consciente de esto, pero los pocos que la han visto apuntan esa dirección, dicen que La piel que habito no se relaciona con las otras películas. Pedí a los actores mayor austeridad porque la historia me lo demandaba. Veremos qué opináis. En fin, todo tiene su lado malo y su lado bueno, porque a mayor excitación, mayor grado de frustración".

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