jueves, 19 de mayo de 2011

El 15-M no acata órdenes de nadie.

El movimiento 15-M advierte: no acatará prohibiciones de la Junta Electoral


El Movimiento 15-M no está dispuesto a tirar la toalla. Los jóvenes y activistas que defienden una profunda reforma del sistema democrático han avisado que no se sienten vinculados a la decisión que tome la Junta Electoral Central, que se reunirá esta tarde para decidir la doctrina que se deberá seguir en estos días previos a que se celebren las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo. Desde la organización, un portavoz asegura que ellos no han acudido a la Junta, que no son ningún partido político y que su derecho lo recoge el artículo 21 de la Constitución. "Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa", dice dicho artículo.

Además de esta postura, El Tribunal Constitucional avala, en una sentencia del 2010, las manifestaciones que se realicen en la jornada de reflexión de unas elecciones, sean del tipo que sea, siempre que la capacidad de influir de estas en el electorado sea "remota".

Por su parte, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, de visita en Lorca (Murcia), ha respondido que se está a la espera de la resolución que adopte la Junta Electoral Central, con respecto a un eventual desalojo de los ciudadanos concentrados en la Puerta del Sol y ha advertido que la Policía está para resolver problemas y no para crearlos: "la filosofía de la Policía se sustenta en tres normas de funcionamiento: actuaciones congruentes, oportunas y proporcionadas".


Todo este revuelo mientras se aguarda el pronunciamiento de la Junta Electoral Central, que se reúne esta tarde a las cinco para unificar la doctrina sobre las concentraciones en campaña electoral -ayer fueron prohibidas en Madrid, Sevilla y Granada, pero autorizadas en Valencia-, el campamento de la Puerta del Sol se prepara para resistir un día más. Una de las iniciativas para presentar ante a Junta Electoral y avalar estas concentraciones es la recogida de firmas que se está realizando a través de Internet , de las que ya se han conseguido más de 90.500, menos de cinco horas antes de que la institución se pronuncie.

El Tribunal Constitucional avala la celebración de las manifestaciones en jornada de reflexión si la capacidad de influir en el electorado es "remota"
El ritmo habitual de estos últimos días sigue siendo el mismo en el campamento de la Puerta del Sol. Desde primera hora de la mañana el reguero de gente para firmar la petición de los activistas del Movimiento 15-M es continuo. El primer paso, antes incluso que la asamblea, que empezaba al mediodía, era montar un almacén cubierto para conservar los víveres. La maquinaria y la logística no para y ya hay tablones de madera a modo de caseta improvisada para cubrirlos. La solidaridad de la gente ha hecho posible que el almacén de alimentos se volviera a llenar, después de que estaba mañana escasearan.

La mayoría de los congregados coinciden en que el domingo hay que abstenerse y votar en blanco. A Laura García, una joven trabajadora que hasta ahora no había podido acercarse hasta la acampada de Sol, le gustaría que la abstención sea "muy alta". Fernando García, estudiante técnico de emergencias, que durmió ayer en el campamento, asegura estar a favor del voto en blanco masivo: "Porque ningún partido representa lo que queremos". Carlos Udaita, otro ciudadano de mediana edad, que se ha acercado hasta el campamento, sin embargo, sí ha pedido que la gente vaya a votar, con el libro Indignaos de Stéphane Hessel bajo el brazo: "Una opción de izquierda, pero una izquierda radical, no esa que está a los pies de la derecha".

Las manifestaciones de indignación resisten en la Puerta del Sol, el epicentro de la protesta, pese a la prohibición de la Junta Electoral de Madrid y a la lluvia. Si fueron principalmente jóvenes y personas en contacto con las redes sociales las que mantuvieron viva la mecha entre el domingo y el martes, desde ayer por la tarde son también los mayores los que se han subido al carro de la protesta, que pretende continuar hasta las elecciones del próximo 22 de mayo.

"Los partidos políticos no han entendido nada", dice Almudena López, estudiante de 26 años

Bajo la lluvia
El aguacero de la noche de ayer no hizo que el campamento se vaciara y continuaba la actividad. Desde primeras horas de la mañana, reclamaban ayuda por las redes sociales. "Hace falta café y pan", anunciaban los portavoces oficiales a través de Twitter. En el campamento, perfectamente organizado por varias comisiones de trabajo, se comenzó a las seis de la mañana a achicar el agua, recoger los cartones empapados y levantar los toldos que ya no guarecían de la lluvia. Y, con la luz del día, empezaron a apreciarse la veintena de tiendas de campaña tipo iglú que, como champiñones, habían crecido en la plaza.

Llegó el amanecer y los indignados siguen su protesta, después de una noche empapada por la lluvia 

Una jaima improvisada había ido extendiéndose también desde las once de la noche. A las 3.30 de la madrugada ya nadie dormía, informa Sara España. Difícil cuando el suelo estaba empapado y los cartones improvisados como aislantes se deshacen como el barro. La comisión de infraestructuras se reunió a esa hora para buscar soluciones: "Este es el modelo de autogobierno que queremos, donde las decisiones se toman en el momento, cuando hace falta y no durante días", explicaba Nicolas Requelme, estudiante de Comunicación Audiovisual, trabajador y uno de los miembros de la comisión de información.

A primera hora la comisión de cocina ha organizado un desayuno de macedonia y café, que poco después se ha visto engrosado por la generosidad de una vecina, que se ha acercado al lugar con 400 churros para los concentrados. Poco a poco, los más de 300 jóvenes que han pasado la noche, han comenzado a turnarse para regresar a casa a por ropa limpia, de forma que la protesta no muera.

Está previsto que al mediodía se celebre un asamblea en la Puerta del Sol para que los indignados decidan qué hacer, especialmente el sábado, la jornada de reflexión, independientemente de lo que con posterioridad decida la Junta Electoral Central.

Mientras, los jóvenes pasan el rato conversando y debatiendo sobre cuál será el voto en el 22-M. "La gente no tiene que votar en blanco el domingo", sentenciaba esta mañana Almudena López, estudiante de 26 años, que sostiene que el voto blanco, el nulo y la abstención favorece a la mayoría.

Pero la tesis varía, según a quien se pregunte. Fran Herrería, estudiante de Ciencias Ambientales de 24 años, defiende en cambio que el voto nulo, el blanco y la abstención "son una opción política más". En lo que ambos están de acuerdo es que los partidos políticos han hecho mal en tratar de influir en el Movimiento 15-M. "No han entendido nada", asegura la estudiante. "Los partidos políticos que intentan apropiarse del movimiento son como hienas", recalca él.

Si los jóvenes son los que mantienen la llama por la noche, ayer por la tarde fueron los mayores los que la avivaron por el día. Victoria Espadas caminaba junto a una amiga en medio del bullicio. A sus 78 años. Eran las 20.30 cuando se acercaba a una de las carpas, la que ofrecía merienda gratis, y agarraba un cruasán. “Estoy aquí por apoyar a esta gente. Mi hija viene todos los días. Hay muchos jóvenes con carrera que no pueden trabajar”, explicaba. Espadas es una más de los muchos mayores que por la tarde se acercaron a la Puerta del Sol a pesar de los cordones policiales que ralentizaban y dificultaban el acceso con respecto a días anteriores. “Estoy de acuerdo en lo de los partidos, que PSOE y PP la misma caca es”, sentenciaba Espadas.

Los manifestantes desafiaron un serio obstáculo. Por la tarde llegaba la noticia de la prohibición de la convocatoria por parte de la Junta Electoral Provincial de Madrid, aduciendo que la manifestación puede afectar a la campaña electoral porque la petición de "voto responsable" que hace el Movimiento 15-M puede afectar a la libre decisión del voto del ciudadano.

Desde las seis de la tarde empezaban a desplegarse más de una docena de camionetas de Policía Nacional. Un total de 500 agentes se desplegaron por la tarde, algo que no ocurrió en días precedentes. Los policías controlaban los accesos, revisaban mochilas. Pero la marea humana era incontenible. Finalmente no hubo intervención policial.

Un hombre de unos 50 años paseaba entre la gente al grito de “Qué bueno es Internet, la gente está de pie”. Por megafonía, la organización insistía una y otra vez en que todo se desarrollara de forma pacífica, en no dar motivos a las fuerzas del orden para que intervinieran.

A las nueve de la noche, la Puerta del Sol estaba absolutamente abarrotada. “Esto es histórico”, declaraba eufórico Carlos, con su cartel de portavoz, escrito con bolígrafo negro, pegado a la camiseta. “Esto está lanzando la conciencia ciudadana colectiva”.

”Lo llaman democracia y no lo es” fue uno de los lemas más coreados por los indignados. Miriam Shit, inmigrante de 43 años en paro, se quejaba: “Estoy en la misma situación que la juventud. Estamos agobiados”. Vive con 677 euros al mes: 200 de la pensión de su marido fallecido y 500 euros de la prestación por desempleo.

Los jóvenes, en cualquier caso, fueron un día más los dinamizadores de la protesta. “Esto es el fin del borreguismo”, decía Paula Gómez, estudiante de Filosofía de 23 años. “Estas movilizaciones demuestran que existe una actitud crítica. Ojalá se hicieran programas políticos que fueran más allá de los cuatro años”.

Olmo Gálvez, uno de los impulsores de Democracia Real Ya, la organización que convocó la manifestación del pasado domingo, se mostraba muy satisfecho con el éxito. “Hoy esto ha sido un foro de debate muy ilusionante”. Por la mañana, se repartieron folios en blanco para que los indignados reflejaran protestas y propuestas. Los manifestantes están preparando y consensuando una lista de propuestas que incluirá, probablemente, la petición de una reforma de la ley electoral, el bloqueo de políticos imputados en candidaturas y la revisión de la financiación de los partidos. Un joven escribió en un folio en blanco: “Estoy cansado de ser el futuro, soy el presente”.

La BBC comparaba este miércoles las protestas en España con las revueltas en Egipto y la CNN Internacional se hacía eco de las protestas. En Sol, una de las consignas que más se oyen es: “El mundo nos está mirando”. Los activistas del kilómetro cero saben que hay jóvenes en toda Europa que les están observando.

La Puerta del Sol madrileña es por ahora el corazón de la protesta. Pero la movilización se siguió extendiendo por plazas de toda España. En Bilbao se reunieron 800 personas; en Valencia, 1.000; en Sevilla, 500. Hubo también cientos de personas en plazas de Granada, Santiago, A Coruña, Vigo, Pontevedra... En Sol también están también muy orgullosos de que sus reivindicaciones se hayan extendido a otras ciudades europeas como Lisboa, Budapest, Berlín, Atenas, o Montpellier, donde se han convocado concentraciones frente a Embajadas y Consulados españoles. Esta madrugada la protesta ha llegado también a Ciudad de México.

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