lunes, 9 de mayo de 2011

El Photoshop en las campañas políticas.

Los candidatos rejuvenecen en los carteles electorales. Arrugas, bolsas y canas desaparecen sin dejar rastro
GUILLERMO D. OLMO / MADRID


La campaña electoral les sienta bien a muchos candidatos. Al menos, eso se colige del rejuvenecido aspecto que muchos presentan en los carteles electorales con los que su partido ha llenado las calles del país. En los mencionados carteles, colocados desde el pasado viernes, muchos parecen réplicas rejuvenecidas de sí mismos.

El caso de los candidatos del PP al Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid es de los más llamativos. Una Esperanza Aguirre sin arrugas y un Alberto Ruiz-Gallardón casi sin canas es lo que aparece en los carteles, una imagen muy alejada de la que ambos transmiten personalmente.

Cualquiera que haya visto a Esperanza Aguirre en los últimos tiempos se habrá percatado de que en el rostro de la presidenta madrileña, de 59 años, ya son visibles las arrugas. Los que diseñan las campañas electorales no parecen compartir eso de que la arruga es bella. No se entiende muy bien, teniendo en cuenta que en todas las encuestas se da por seguro que los madrileños renovarán su mayoritaria confianza en una presidenta que, con todas sus arrugas, los ha convencido. No consta en ninguna parte que la tersura del cutis influya en absoluto a la hora de tomar decisiones políticas.

De igual modo, a Alberto Ruiz-Gallardón le han aplicado una apreciable capa de tinte fotográfico para oscurecer las canas que hace ya algún tiempo que lo caracterizan. Lejos quedan los tiempos en los que, como en la Antigüedad clásica, el cabello encanecido se consideraba atributo del gobernante sabio y provecto. Decía Cicerón que, como ocurre con los vinos, la edad mejora a los hombres buenos. Nada de eso hay en el mundo de los dirigentes que hacen jogging rodeados de guardaespaldas y se machacan los abdominales en el gimnasio. El pelo grisáceo ya no vende.

En el PSOE también tiran en esta campaña de este recurso. Destaca el caso del alcalde de Zaragoza y candidato a repetir en el cargo, Juan Alberto Belloch, que aparece en las fotos que durante estos días se toparán por doquier sus convecinos con muchas menos canas de las que tiene en realidad. También han conseguido los estetas del photoshop reducirle al candidato las bolsas bajo los ojos. Todo vale con tal de inspirar confianza al potencial votante.

El PSOE aragonés aporta otro de los ejemplos más destacados de esta campaña. La candidata de esta formación a presidir su comunidad, Eva Almunia, es otra en el cartel electoral. Basta confrontar cualquier foto de sus comparecencias públicas, con la de su cartel electoral para comprobarlo.

También Obama y Sarkozy
En realidad, el fenómeno del retocado de la imagen de los políticos no es exclusivo de España. Grandes líderes mundiales como Barack Obama o Nicolas Sarkozy han visto su imagen adulterada por sus equipos de comunicación para mejorarla, aunque no fuera en el ámbito de una campaña electoral. Obama fue retratado con un traje de baño rojo por la revista The Washingtonian. En la imagen, el presidente estadounidense lucía una esculpida silueta. Poco después se descubrió el pastel. En la escena real, Obama llevaba un bañador rojo y su figura no era todo lo esbelta que parecía en la instantánea retocada.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, también protagonizó uno de estos montajes. La revista «Paris Match» publicó unas imágenes del presidente remando en una barca, con el torso al descubierto... y sin el original michelín que poco tiempo después reveló la publicación de la fotografía real. Ni siquiera los más poderosos dirigentes son invulnerables a los estragos del michelín.

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