miércoles, 18 de mayo de 2011

Experimento macabro/ cuento corto.

Marieta iba en franca carrera hacia la llamada "mediana edad", o "los años maduros", o "la Crisis existencial", o "el principio del otoño", o como se le quiera llamar. Nada parecía que pudiera detenerla. Y la verdad, se la pasaba bastante bien. En su vida habían muchas pequeñas y constantes alegrías que la llenaban casi que plenamente.

Pero le molestaba alguna que otra falta de lisura en la piel, una que otra arruguita no tan simpática, uno que otro rollito debajo de la cintura y habían días en que honestamente se sentía bruja: vieja y pavorosa.

Un día fue invitada a una ceremonia con su correspondiente baile de gala posterior, el cual no habia forma alguna de poder evitar. Así que, filosóficamente, se engalanó y emperifolló haciendo todas aquellas cosas que hacen sentir a la mujer que puede ser hermosa: peinado diferente, manicure y pedicure, vestido refinado, zapatos coquetos, y ya con ello completado, salió a conquistar a la partida de ancianos que seguramente acudirían a la elegante fiesta.

Naturalmente se dio una aburrida de ostra, de avestruz, de ballena, de hipopótamo en zoológico; pero eso sí, iba como una reina.

Resulta que dentro del montón de fotos que le tomaron- muchas de las cuales le gustaría eliminar de la esfera terráquea ya que en muchas de ellas logró -saber ni cómo !- tener un gran parecido con el Sr Grinch- salió una de esas fotos que realmente nos hacen el día.

Marietta observaba la fotografía y se maravillaba del momento en que su expresión había denotado la serenidad que siempre había buscado; la independencia que siempre había perseguido y la seguridad que bien se merecía sentir. La verdad es que si salía guapa pero sobre todo, se sentía muy feliz con la foto.

Vanidosa a morir decidió mandársela a todos sus enamorados, los de antaño, los de siempre, los de nunca, los de hoy. Era importante que no la olvidaran y que comprobaran que aun que lejos seguía bien vivita y coleando.

Empezó a recibir respuestas. Cada una de ellas pintaba en su alma una sorna difícil de ignorar… pero de dónde creerán los hombres que las frases tan masticadas como tabaco de beisbolista, crean algún impacto en un corazón que esta "podrido de latir" como diría Sabina.

Desde exclamaciones relacionadas a la alfombra roja, Cannes, hasta proposiciones obvias y ridículas. Desde juramentos de amor idealizado y platónico, hasta promesas de amor y pasión eterna. Desde ofrecimientos de viajes y compra de propiedades hasta un lacónico: buena foto!

El único que no respondió ni se dio por enterado fue el único que en los últimos tiempos, deveras le había hecho palpitar su corazón de emoción.

!Qué divertidos y cuán polifacéticos pueden ser los hombres!

!Jesús, si era solo una foto! Un instante de un buen momento, una conjugación de luz y pose, nada más.

Las amigas en cambio, menos impresionadas con los atributos físicos, como buenas conocedoras de los mismos, alabaron nada mas y nada menos que el vestido, el cual nada tenía que ver con Marietta – o mencionaron el escote y lo que el mismo revelaba, lo cual tampoco tenia nada que ver con Marietta sino mas bien con Evelino Persistence medico con quien estaba en deuda para el resto de sus días

Esa misma noche, la noche de las respuestas, decidió crear: El experimento macabro.

Su hipótesis era que todo es vacío y superfluo, y hasta falso. Y su tesis mostrar lo que las múltiples fotos con gran semejanza a Mr Grinch producirían:
Un desencanto total. Y adicional a ello, por supuesto, ni un solo comentario y segurísimo, tampoco ningún ofrecimiento

Bravo, bravo, bravo la sabiduría que dan los años definitivamente no tan mozos.
Con filosofia y una cierta aceptacion , saboreó las alabanzas, las sopesó antes de quedarse profundamente dormida y empezar a roncar, y desechó las reacciones de aquellos del pasado, del presente y del nunca, como se desecha un pañuelo tras un catarro infeliz, sin ninguna contemplación.

Beatriz Illescas Putzeys

No hay comentarios:

Publicar un comentario