martes, 5 de julio de 2011

Dalai Lama, su aniversario.

El reto del Dalai Lama, aislarse de la política
Para los tibetanos, resulta imposible que Tenzin Giatso sea sólo su líder espiritual y deje de ser un mandatario por completo


En mayo de este año,Tenzin Giatso, nacido el 6 de julio de 1935, dejó formalmente el cargo de dirigente del gobierno tibetano en el exilio para ceder el poder político que él y sus predecesores como Dalai Lama habían ejercido sobre los tibetanos durante cientos de años.

Si bien sigue siendo el líder espiritual del budismo tibetano, su decisión de abdicar causó uno de los momentos de mayor agitación en la comunidad desde que las medidas del gobierno chino lo obligara a exiliarse en India, en 1959.

Y genera dudas sobre si un hombre venerado por su pueblo como una deidad viviente puede en realidad dejar de guiarlos. “Resulta casi imposible para el pueblo tibetano aceptar que su líder político y religioso, su Buda, será truncado a tan sólo un líder religioso”, dijo Tenzin Tsundue, un poeta y activista.

Existen también otras dudas sobre la legitimidad de un gobierno en el exilio, con sede en Dharamsala, que habla en representación de todos los tibetanos sobre la negativa de China por dialogar con los nuevos líderes y si los representantes electos podrían tomar una decisión que contradiga al líder espiritual.

El Dalai Lama, el 14 en una fila de hombres que se dice son la reencarnación de Chenrezig, el buda de la compasión, dijo que no tiene muchas opciones.

Si bien luce sano, esta semana cumple 76 años.

Miles de tibetanos de todo el mundo votaron en las elecciones para “kalon tripa” o primer ministro y para elegir un Parlamento de 43 miembros el pasado 20 de marzo. La medida se produjo días después de que el líder espiritual de los tibetanos, el Dalai Lama, anunciara que se retiraba como dirigente político de su pueblo.

Los candidatos a la jefatura de gobierno eran tres, y Sangay obtuvo 55 por ciento de los votos, de acuerdo con los datos de los funcionarios electorales en Dharamsala.

Sangay, que nació en un asentamiento tibetano en Dajeeling, en el este del país asiático, nunca ha pisado el Tíbet, aunque sí ha estado en Pekín.

Después de graduarse en Derecho en la Universidad de Delhi, Sangay fue en 1995 a la universidad estadunidense de Harvard gracias a una beca Fulbright. Allí obtuvo un doctorado.

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