lunes, 5 de septiembre de 2011

Chirac en el banquillo.

El banquillo aguarda a un enfermo Chirac
Un tribunal decide hoy si el expresidente puede ser juzgado por corrupción


El juez que preside la Sala 11 del Tribunal Correccional de París tomará hoy una decisión histórica: deberá ordenar si sienta en el banquillo de los acusados por primera vez en la V República Francesa a un jefe del Estado o si, por el contrario, le libera por razones de salud.



El jefe del Estado es Jacques Chirac, de 78 años, presidente de Francia desde 1995 hasta 2007, acusado de estar al corriente de un viejo y laberíntico caso de corrupción, desvío de fondos públicos y amiguismo sucedido hace más de 20 años, en su época de alcalde de París, de 1977 a 1995. Los abogados de Chirac remitieron al tribunal la semana pasada un informe médico en el que se asegura que el expresidente francés no se encuentra en condiciones de comparecer porque padece una enfermedad neurológica cercana al alzhéimer.

El semanario Journal du Dimanche revelaba ayer el nombre del mal que padece Chirac, la anosognosia, una dolencia que impide a los enfermos darse cuenta de que pierden facultades mentales y de memoria. "Olvidan que se olvidan", explica un médico. Esta enfermedad puede desencadenarse tras un accidente vascular cerebral. Chirac sufrió uno en 2005, cuando aún estaba en el Elíseo.

El juicio por el llamado caso de los empleos ficticios en el Ayuntamiento de París se iba a celebrar en marzo (después de innumerables retrasos ligados, en parte, a la inmunidad que protegía a Chirac en virtud de su cargo de presidente). Pero un recurso de última hora presentado por el abogado de otros encausados (se juzga a nueve personas además de a Chirac) obligó a posponer la vista. Entonces ya se especulaba con su salud.

El mismo expresidente aseguró entonces que acudiría al tribunal y su mujer, Bernadette, lo confirmó: "Es un guerrero e irá". Pero, según asegura Le Journal du Dimanche, la salud de Chirac parece haberse deteriorado en los últimos meses.

"Ya nada le divierte. No es capaz de mantener una conversación. A veces pregunta ¿quién es Fillon?

[por François Fillon, primer ministro francés] y a veces se levanta de golpe porque tiene ganas de irse...", dice un amigo a Le Journal du Dimanche.

Adjunto al informe médico, solicitado por la mujer y la hija del exjefe del Estado, los abogados de Chirac han entregado una carta del propio expresidente en la que afirma su deseo de comparecer: es una forma de dejar en manos del juez toda la decisión. Hay varias posibilidades abiertas: obligarle a comparecer, dispensarle de asistir o no juzgarle.

El episodio por el que se juzga a Chirac es todo un clásico de la política francesa. El Ayuntamiento de París, reconvertido en el cuartel general político de Chirac desde su nombramiento como alcalde, sirvió de pantalla (y de caja registradora) para disfrazar una treintena de puestos de trabajo inexistentes.

Esas personas cobraban del Ayuntamiento sin que efectuaran ninguna labor municipal. La mayoría de ellas pertenecía al Reagrupamiento por la República, el partido político creado por Chirac en 1976 y del que nació en 2002 la Unión por un Movimiento Popular de Nicolas Sarkozy, y trabajaban para esta formación. El juicio trata de dilucidar si Chirac estaba al corriente de todo eso o no.

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