viernes, 9 de septiembre de 2011

Huellas y presencia.

Huellas remplazan presencia
José Cueli
¿Quién es aquel que en su rocín cabalga, la lanza en ristre y fiero el continente, altivo porte y condición hidalga? ¿Quién es ese que va siendo burla de la gente por su grotesco yelmo y su figura de andante caballero y el trote de su pobre y ruin cabalgadura? Dejémoslo avanzar por la llanura y que a su paso brote la divina lección de locura. En la noche sobre Rocinante, por una ruta incierta y el cielo con nubarrones que lloran tinta roja se advierten misteriosos rumores de pelea, una zozobra extraña, inquietud de espíritus y voces que vibran.

¿Qué sucede? ¿Qué es esto? Acaso es que despierta el alma dormida y abre una nueva conciencia. Estamos ciegos, ciegos, nuestra vida penetra en la crueldad, ¿Qué papel representa este Quijote en el drama que vivimos, ante la realidad de un futuro cuya distancia se acorta? Nada sabemos, nadie a nuestra voz contesta, sólo percibimos extraños rumores de guerrillas, inundaciones, ruidos, relámpagos, siniestras exclamaciones, hondos lamentos, agoreras palabras, llantos y quejidos de una mujer, palabras enigmáticas, signos de una ruta incierta, hundidos en los infiernos en que cabalga el Quijote.

Dejemos caminar a este Quijote intrépido y glorioso detrás de su Dulcinea que nació en la tierra donde el sol por entre los maizales, juega y le dio esa vocación para la libertad de imágenes donde todo desaparece, el hambre se anestesia y escapa en la mente a llanuras inmensas, sin límite, sin horizonte y en silenciosos éxtasis suspenden el pensar, sin que nadie lo detenga y sin ver nunca el fin del camino.
Dejemos a este Quijote con sus nubes y sus sombras, sus serpentinas, y confetis… si logra salir de los encantamientos de la imaginación y el adormecimiento, acabará vislumbrando con terror cómo el México donde vive pierde, día a día los estrechos límites que lo definen. Al perder los límites ya sin tiempo y sin espacio externo fijo, se comunica vía la imaginación mientras el resto del mundo se ahoga en la vorágine de cifras, datos y pronósticos en torno al derrumbe de la economía mundial.

Naufraga este Quijote en el mundo globalizado, en la miseria que acumula más miseria y millones de sus paisanos se mecen en la hamaca de la imaginación y del letargo y otros millones se asfixian en la desesperación y la pobreza. Tristes fiestas del mes de la patria ensangrentada en que el clásico ¡Viva México! se escucha débil.

PD: Quiero agradecer a entrañables amigos su participación en la presentación de mi libro Entre el delirio y el sueño: Freud y Cervantes: Carlos Payán, José María Pérez Gay, José Camacho, Alfredo Valencia y Salvador Rocha, efectuada el sábado pasado en el auditorio de la Asociación Psicoanalítica Mexicana

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