domingo, 15 de julio de 2012

Londres blinda las Olimpíadas.

Londres blinda sus Juegos ante la amenaza terrorista

Los soldados pasan de Afganistán a controlar los escenarios olímpicos | El gasto adicional en defensa eleva el coste de los juegos a 14.000 millones de euros

Internacional | 15/07/2012 - 00:00h
Londres blinda sus Juegos ante la amenaza terrorista
Mascarón de seguridad. Una de las joyas de la Royal Navy, el buque de asalto HMS Ocean, atracado frente a los muelles de la zona de Greenwich, al sudeste de Londres, proporcionará seguridad en las orillas del Támesis durante los Juegos Ki Price / Reuters
Rafael Ramos | Londres
Corresponsal
A doce días del comienzo de las Olimpiadas, Londres se ha convertido en una fortaleza casi inexpugnable, en el marco de la mayor operación logística y de seguridad desde que la Inglaterra de Churchill resistió heroicamente los ataques de la Alemania de Hitler en los años cuarenta: misiles en parques y en las azoteas de bloques de viviendas, el mayor buque de la Navy británica patrullando el Támesis con 800 marines a bordo, 17.000 soldados en las calles, aviones y helicópteros en estado de alerta en bases militares próximas a la capital, y la movilización de todos los efectivos de la policía y los servicios de inteligencia.

Todo había ido sorprendentemente sobre ruedas en la larga maratón hacia la meta del Londres 2012, a pesar de que el presupuesto del evento se había disparado desde los 3.000 millones de euros originales cuando la capital inglesa ganó la candidatura en el 2007, hasta las 11.500 que se convirtieron en la cifra oficial una vez hechas las cuentas, o los 14.000 que es la cifra más realista (no reconocida por los organizadores) si se tienen en cuenta los costes adicionales de seguridad de última hora, y la compra de los terrenos del parque Olímpico. Pero de repente, a punto de que comience la función, el miedo escénico se ha apoderado inevitablemente de la ciudad.

El detonador ha sido la admisión por parte del Gobierno de que la compañía privada de seguridad G4S, contratada a cambio de 360 millones de euros para encargarse de los controles rutinarios a la entrada de los escenarios de las competiciones, no había podido adiestrar y acreditar al personal suficiente para realizar el trabajo. Con toda la Policía Metropolitana ya desplegada, la única opción posible fue desplegar al ejército, de manera que las calles y plazas de Londres estarán tomadas por 17.000 soldados, casi el doble de los que operan actualmente en Afganistán, y casi tantos como los que el Reino Unido tiene en bases militares de la OTAN en Alemania.

Algunos de los militares afectados por la orden acababan de regresar de Kabul después de una tensa estadía de varios meses, y contaban con vacaciones que les han sido canceladas. "Me apunté al ejército para combatir a Al Qaeda y defender la patria de amenazas externas, no para sacar lápices de labios de los bolsos de las señoras a la entrada del Estadio Olímpico -dice un cabo del Regimiento de Fusileros-. Estoy francamente disgustado, espero que por lo menos me devuelven el precio de los billetes de avión que tenía comprados para ir a Grecia con mi novia". El enfado es aún mayor por el hecho de que 20.000 soldados van a ser despedidos dentro de los recortes que afectan al Ministerio de Defensa por culpa de la crisis. Esta movilización adicional pero repentina del ejército ha despertado una considerable alarma y puesto sobre la mesa los errores de cálculo tanto del Comité Organizador que preside el ex atleta Sebastián Coe, como del Ministerio del Interior y el Gobierno en su conjunto a la hora de evaluar el personal que iba a resultar necesario, el tiempo de su adiestramiento y el coste. Sólo el presupuesto de seguridad es superior en 700 millones de libras al originalmente calculado.

Quizás era inevitable, pero en la recta final hacia Londres 2012 el énfasis se ha puesto en la seguridad. Dos bloques de viviendas populares en los barrios de Waltham Forest y Tower Hamlets se han convertido en destinos turísticos en un infructuoso intento de fotografiar o cuando menos intuir la presencia de los misiles tierra-aire instalados en sus azoteas a pesar de las protestas de sus vecinos, que se han manifestado y han acudido incluso a los tribunales alegando la violación de sus derechos humanos, al ser puestos innecesariamente en peligro y convertido en blanco de presuntos terroristas. Pero por supuesto han perdido.

Si por desgracia pasa algo no será porque el despliegue de fuerzas haya sido insuficiente. La policía y los marines han empezado a patrullar en lanchas ultrarápidas de goma las aguas del Támesis, donde se halla estacionado el buque HMS Ocean con helicópteros Lynx. Aviones de caza Typhoon se encuentran listos para intervenir en la base de Northolt, al norte de Londres. Además de en los dos bloques de viviendas del East End, misiles de alta velocidad Rapier han sido instalados en el bosque de Epping, Greenwich, el pantano de Lea Valley y el parque de Blackheath.

Consciente de los enormes inconvenientes que las medidas de seguridad y las restricciones en el transporte van a causar a los londinenses durante los Juegos, el Gobierno ha invocado el espíritu de "sangre, sudor y lágrimas" de la Segunda Guerra Mundial, y pedido que todos aquellos que puedan trabajen desde casa, realicen desvíos para llegar a la oficina o se queden a tomar un par de pintas en el pub hasta que terminen por la tarde las competiciones, y todos los atletas, periodistas y turistas hayan regresado a sus hoteles. Londres se prepara para la gestión del caos.

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