La protesta de funcionarios se frena en Neptuno sin conato alguno de tensión
La convocatoria llamaba a acampar ante el Parlamento, blindado por la policía
Los manifestantes han ido del Congreso a Génova, pasando por Sol y de vuelta a la carrera de San Jerónimo
La protesta marcha esta tarde por el Paseo del Prado. / ALVARO GARCÍA (EL PAIS)
La protesta contra los recortes liderada esta tarde por funcionarios
se ha frenado en Neptuno sobre la medianoche. Unas 500 personas corean
consignas junto a la icónica fuente madrileña en un ambiente pacífico
que distaba de la tensión y las cargas policiales del sábado. El
Congreso de los Diputados, muy cercano al lugar ha donde ha derivado la
manifestación, se encuentra blindado. Unas 50 furgonetas policiales
aseguran la zona.
"Arriba, arriba, todos a luchar" o "Hasta las pelotas de rosas y gaviotas [por los símbolos de PP y PSOE, los dos principales partidos españoles]" son dos de las consignas de los manifestantes. Un hecho llamativo ha sido la especie de acercamiento que ha habido entre antidisturbios y ciudadanos tras días de agresividad y cargas policiales. Los agentes, en Neptuno, se han sacado los cascos de seguridad y se han puesto viseras de tela, un gesto que la gente ha interpretado como un signo de cierta empatía. Los manifestantes se han acercado a los policías y les han dedicado un aplauso colectivo entre gritos de "Sí se puede-sí se puede".
Una nueva marcha que no llega al Congreso
La manifestación comenzó por la tarde en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, en protesta por el tijeretazo del Gobierno, que incluye la supresión este año de la paga extra de Navidad a todos los empleados públicos y la reducción de los moscosos.
El Parlamento estaba rodeado de policía y la marcha recorrió las calles del centro de la capital: de la carrera de San Jerónimo, los manifestantes han bajado por Neptuno, paseo del Prado hasta la calle de Génova, donde se encuentra la sede nacional del PP, aunque no pudieron acceder hasta este edificio al estar también protegido por agentes. Entonces, decidieron marcharse a la Puerta del Sol, de allí han vuelto a la carrera de San Jerónimo y bajan ya por Neptuno de nuevo.
Aunque la convocatoria inicial a través de las redes sociales llamaba a acampar frente al Congreso, la policía había vallado la zona y ya desde las nueve y media de la noche impedía el acceso a los manifestantes, reunidos en las cercanías desde hora y media antes.
Policías, bomberos, profesores, sanitarios o trabajadores de la Administración pública se han sumado a esta protesta, en la que se han coreado gritos en contra del Gobierno y se ha reclamado la dimisión del presidente, Mariano Rajoy. A medida que pasaban las horas se han ido sumando los transeúntes, que han llegado a ser más de 500.
Acompañados de pitos y tambores, en un ambiente festivo, los manifestantes coreaban gritos como Manos arriba, esto es un atraco o Menos crucifijo y más trabajo fijo, y en varias ocasiones se han dirigido a los antidisturbios que custodian la zona del Congreso para invitarles a sumarse a la protesta. Dos motoristas, uno de ellos policía local, se han acercado al lugar de la concentración y han acelerado sus motos para protestar haciendo ruido ante los aplausos de los asistentes.
Ambos han sido identificados por la policía, aunque no les ha multado.
También han sido repetidos los gritos contra la diputada Andrea Fabra y contra los políticos en general. Más bomberos, menos consejeros, era otro de los lemas coreados.
"Arriba, arriba, todos a luchar" o "Hasta las pelotas de rosas y gaviotas [por los símbolos de PP y PSOE, los dos principales partidos españoles]" son dos de las consignas de los manifestantes. Un hecho llamativo ha sido la especie de acercamiento que ha habido entre antidisturbios y ciudadanos tras días de agresividad y cargas policiales. Los agentes, en Neptuno, se han sacado los cascos de seguridad y se han puesto viseras de tela, un gesto que la gente ha interpretado como un signo de cierta empatía. Los manifestantes se han acercado a los policías y les han dedicado un aplauso colectivo entre gritos de "Sí se puede-sí se puede".
Una nueva marcha que no llega al Congreso
La manifestación comenzó por la tarde en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, en protesta por el tijeretazo del Gobierno, que incluye la supresión este año de la paga extra de Navidad a todos los empleados públicos y la reducción de los moscosos.
El Parlamento estaba rodeado de policía y la marcha recorrió las calles del centro de la capital: de la carrera de San Jerónimo, los manifestantes han bajado por Neptuno, paseo del Prado hasta la calle de Génova, donde se encuentra la sede nacional del PP, aunque no pudieron acceder hasta este edificio al estar también protegido por agentes. Entonces, decidieron marcharse a la Puerta del Sol, de allí han vuelto a la carrera de San Jerónimo y bajan ya por Neptuno de nuevo.
Aunque la convocatoria inicial a través de las redes sociales llamaba a acampar frente al Congreso, la policía había vallado la zona y ya desde las nueve y media de la noche impedía el acceso a los manifestantes, reunidos en las cercanías desde hora y media antes.
Policías, bomberos, profesores, sanitarios o trabajadores de la Administración pública se han sumado a esta protesta, en la que se han coreado gritos en contra del Gobierno y se ha reclamado la dimisión del presidente, Mariano Rajoy. A medida que pasaban las horas se han ido sumando los transeúntes, que han llegado a ser más de 500.
Acompañados de pitos y tambores, en un ambiente festivo, los manifestantes coreaban gritos como Manos arriba, esto es un atraco o Menos crucifijo y más trabajo fijo, y en varias ocasiones se han dirigido a los antidisturbios que custodian la zona del Congreso para invitarles a sumarse a la protesta. Dos motoristas, uno de ellos policía local, se han acercado al lugar de la concentración y han acelerado sus motos para protestar haciendo ruido ante los aplausos de los asistentes.
Ambos han sido identificados por la policía, aunque no les ha multado.
También han sido repetidos los gritos contra la diputada Andrea Fabra y contra los políticos en general. Más bomberos, menos consejeros, era otro de los lemas coreados.
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