Decir y mostrar: un comentario
Teresa del Conde
Con la participación de
especialistas nacionales y extranjeros, se llevó a cabo en el Museo
Nacional de Arte (Munal), la edición 37 del Coloquio Internacional de
Historia del Arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la
Universidad Nacional Autónoma de México, cuya temática ofreció
entrecruces por su misma índole:
La conferencia magistral, que adecuadamente introdujo a las
ulteriores presentaciones, estuvo a cargo de Gottfried Boehm, egresado
de Heildelberg y actualmente profesor en la Universidad de Basilea. Fue
alumno y persona cercana a otro distinguido investigador alemán, Erwin
Walter Palm, cuyas permanencias en nuestro país se recuerda entre otras
razones en el contexto del proyecto Puebla Tlaxcala en el ámbito del
arte virreinal.Los estatutos de la imagen.
Me detengo en la participación de Boehm, debido a que por razones de usos y también del apretado tiempo disponible, no ofreció ulterior comentario, aunque en lo individual existió la posibilidad de departir con él, durante su visita overwhelming (según su propio decir), que efectuó al Museo Nacional de Antropología.
La alocución en el Munal, presentada en alemán, fue directa y elocuente hasta donde pudimos percatarnos en la directa traducción de Linda Báez, a partir del propio paper.
La tesis básica de Boehm se refiere a lo siguiente: las imágenes se han convertido en agentes de masas en el desarrollo social y a eso se adhiere el desarrollo de las llamadas imágenes cognitivas en las ciencias exactas, entre otras en la medicina, de suerte que su uso como instrumento de conocimiento va más allá de la consabida representación o expresión estética.
A la pregunta por él lanzada, ¿eso, tiene que ver con la historia del arte?, respondió:
El giro hacia la imagen es un aspecto integral y propio de la identidad de la historia del arte, pero eso no implica que tal disciplina se mantenga dentro de sus propios límites.
Aby Warburg tuvo la moción, dijo, de sustituir el título
historia del artepor el de
ciencia de la imagen, una tendencia, me digo, muy germánica que fue inherente a la escuela vienesa de historia del arte.
Boehm afirmó que la pregunta, ¿qué es una imagen? alcanzó cenit de interés diagnóstico histórico sobre todo en el siglo XX (a pesar de que ha existido el consenso de que la imagen por antonomasia es la de la fotografía), si bien sus antecedentes letrados pueden remontarse al diálogo platónico de Cratilo o del lenguaje.
Aquí está el inicio de una eterna discusión filosófica sobre el nominalismo, misma que acaso culmina con Wittgenstein (por supuesto mencionado por el conferencista).
Uno de los dialogantes platónicos dice:
es necesario que lo que es la imagen no reproduzca el modelo entero para ser imagen, pues si así fuera,
no tendríamos la imagen de Cratilo, sino un clon, diríamos ahora.
Hay una discrepancia oscilante, aseveró Boehm, entre el interés que formula el
deciry la moción del
mostrar, y esta última está estrechamente vinculada con las representaciones icónico-figurativas, entre las cuales se encuentra hasta Ives Klein. Su fuerza se revela como una fuerza
del mostrar.
Por tanto, la pregunta por la imagen concierne también a aquello que se deja decir y a lo que no se deja decir, según la multicitada concepción de Wittgenstein, Boehm dice: pero que se puede mostrar.
Entre otros ejemplos propuso El estudio rojo (1911), de Matisse. Es buen ejemplo, porque el enunciado incluye la plabra rojo, pero, ¿qué es lo rojo? Salvo emblema o símbolo, lo rojo está en la pintura, en Matisse o, recordando, en el ámbito. Habitando el hueco del brasileño Cildo Meireles exhibido en el MUAC: un rojo invasivo volumétrico y espacial.
La palabra
rojoo es un adjetivo como en Rojo amanecer. Como sustantivo hay que especificar, como en
rojo de cinabrioo
rojo de cadmio, de lo contrario rojo es el color que ocupa el primer lugar en el espectro solar.
Matisse, según Boehm, reconoció que el color posee una fuerza peculiar en el acto de mostrar (que es distinto que demostrar), debido a que se sustrae a su interpretación lingüística como entidad.
Anuente a dialogar, comentó que se ocupa de obras y de documentos escritos por Paul Klee, no tan conocidos ni difundidos, como lo son sus Diarios.
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