jueves, 18 de octubre de 2012

Pasivos ambientales: Chevron y Shell.

Pasivos ambientales: Chevron y Shell
Joan Martínez Alier
Chevron tiene un enorme pasivo ambiental y social en Ecuador, como heredera de Texaco. Hay dos sentencias judiciales que lo reconocen. La deuda de Chevron en Ecuador es casi de 20 mil millones de dólares. Supone unos seis dólares por barril extraído (entre los años 1970 y 1990) como compensación de daños, más otros seis dólares de multa o de penalidad punitiva por no haber ofrecido ni tan siquiera disculpas.
Hace unos días fracasó una fuerte maniobra de la petrolera estadunidense para impedir que las sentencias ecuatorianas en su contra se ejecutaran. Un juez de Nueva York, de nombre Lewis Kaplan, se había hecho eco de los argumentos de que el juicio en Ecuador había sido corrupto. El juez Kaplan había considerado una demanda de la Chevron para bloquear la ejecución de las sentencias en todo el mundo. Pero el 9 de octubre de 2012, la Corte Suprema de Estados Unidos decidió que eso no es posible.
Texaco usó prácticas que nunca hubieran sido aceptadas en su país de origen y que sabía que eran dañinas. El cálculo de las compensaciones en la sentencia de la corte de Sucumbíos del 14 de febrero de 2010 fue el siguiente.
Seiscientos millones de dólares irán para la limpieza de aguas subterráneas, 5.396 millones a remediación de suelos en las piscinas de aguas de formación de la Texaco, 200 millones (a 10 millones anuales por 20 años) a la recuperación de flora y fauna, 150 millones a planes de agua potable, mil 400 millones por daños imposibles de reparar, como la salud perdida; 100 millones de dólares por daño cultural y restauración étnica, y 800 millones como fondo de ayuda para la salud pública. Se añade 10 por ciento para gastos de gestión del fideicomiso que el Frente de Defensa de la Amazonia debe constituir. La falta de disculpas de la Chevron ha llevado, según había previsto la sentencia, a doblar ese monto total.
Algunos ítems en la compensación están cuidadosamente calculados. Otros dan números redondos. Eso no es una crítica. Es imposible establecer una cifra exacta a costos por pérdida y recuperación de biodiversidad.
Los abogados del Frente de Defensa tienen que ir buscando ahora en Canadá, en Brasil, cómo cobrar el pasivo ambiental y social que dejó la Chevron-Texaco.
Hay expertos de la Bolsa que están recomendando vender acciones de Chevron, porque al pasivo ambiental y social en Ecuador se añade también la deuda de ésta en Brasil, debido a dos derrames de unos pocos miles de barriles en el mar cerca de Río de Janeiro. En abril de 2012 Chevron fue demandada por un fiscal brasileño por esos derrames; la petición es otra vez de miles de millones de dólares.
Mientras tanto, en su refinería de Richmond, California, hubo un incendio el 6 de agosto de 2012. La refinería está ahora cerrada. Este accidente puede llevarla a otro juicio en su contra, que se añade a la investigación de la EPA (siglas en inglés de la agencia de protección ambiental) por haber quemado contaminantes ilegalmente en esa refinería entre 2005 y 2009. Asimismo, podría ser llevada a juicio por ciudadanos de Richmond que sufren daños respiratorios.
Con todos estos pasivos, Chevron se atreve todavía a repartir dividendos a sus accionistas y a repartir insultos a los abogados del caso Chevron- Texaco: les ha llamado mafiosos que quieren chantajear a la compañía. Ecuador la ha calificado de cómplice de un fraude.
Otras compañías estatales o privadas causan daños similares tanto en Ecuador como en otros países. Actualmente se sigue con máximo interés el juicio en Holanda contra Shell por tantos años de actividad literalmente criminal en el Delta del Níger. Por fin la empresa petrolera angloholandesa deberá responder. Muchas veces ha sido condenada en Nigeria por jueces locales, pero no ha hecho ningún caso. Los demandantes son, para empezar, cuatro agricultores y pescadores perjudicados por un derrame petrolero.
La Shell causa muchos derrames y continúa quemando el gas que sale al extraer petróleo (como también hacía la Texaco) en zonas densamente pobladas del Delta del Niger. En mayo de 2008, cuatro ciudadanos de Goi, Ikot Ada Udo and Oruma, apoyados por Amigos de la Tierra de Holanda y ERA, de Nigeria (encabezados por Nnimmo Bassey), empezaron un juicio en Holanda contra Shell. Uno de los demandantes, Eric Dooh, de Goi en Ogoniland, declaró que después de tantos desastres que ha causado, Shell deberá remediar lo ocurrido e impedir futuros daños.

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