sábado, 3 de noviembre de 2012

El voto dividido de los puertorriqueños

Inmigración y economía dividen el voto puertorriqueño en Florida

El estado puede decidir en resultado de las elecciones este martes

Paloma Gómez (arriba, izda.), Wilfred Benítez y Laydis Cabezas forman parte del equipo de Mi Familia Vota que ha registrado a 11.500 votantes hispanos en Tampa, Florida. / C. F. P. (EL PAIS)

A pesar de que los puertorriqueños no han protagonizado el debate sobre la inmigración en la campaña electoral, su voto es un factor decisivo en los resultados de Florida, uno de los Estados clave, y la designación del próximo presidente de Estados Unidos. Las variaciones en su voto -republicano en 2000 y 2004, demócrata en 2008- y el aumento de los votantes indecisos e independientes entre ellos, añaden incertidumbre al resultado final. Si el presidente Obama pierde este martes los 29 votos electorales del estado, se alejará de un segundo mandato. Si vence, Mitt Romney se despedirá de la Casa Blanca. Y en Florida, el veredicto puede depender del corredor de la I-4, los alrededores de la autopista que conecta Tampa y Orlando y donde miles de votantes puertorriqueños independientes esconden una de las mayores incógnitas de estas elecciones.
“No se pueden entender las elecciones en Florida sin entender el corredor I-4. Y no se puede entender el corredor sin entender a los votantes puertorriqueños”, dice Wilfred Benítez, coordinador estatal de la organización Mi Familia Vota, impulsora del voto hispano en la región. Este boricua de 42 años explica que los puertorriqueños mantienen posturas conservadoras en términos económicos, y han sufrido duramente la crisis de empleo y la burbuja inmobiliaria, pero también decidirán el próximo martes pensando en una futura ley de inmigración y el drama de los indocumentados.
Ni Obama ni Romney, empatados en los sondeos a tres días de los comicios, quieren dejar escapar ni uno solo de sus votos. Las campaña demócrata ha colgado su eslogan “Forward” en una de las vallas publicitarias de la autopista. A pocos kilómetros, los republicanos reclaman el voto. El expresidente Bill Clinton ha pasado por Florida dos veces esta semana y este jueves coincidió en el estado con Romney. Este domingo se espera al presidente en Fort Lauderdale, durante su última gira antes del día electoral las elecciones.
La ley de inmigración de Arizona nos persigue como un fantasma”
Florida cuenta con un 1,5 millones de votantes hispanos -el 13,5% del electorado, según datos del Centro Pew- de los que 460.000 están registrados como republicanos, 590.000 como demócratas y 315.000 como independientes. Entre estos últimos hay una mayoría de puertorriqueños, el segundo grupo de población hispana más grande, por detrás de los cubanos. Y aunque respaldaran a Obama en 2008, el presidente no puede dar su voto por contado porque en 2010 apostaron por el senador republicano Marco Rubio. Deberá afianzar su candidatura con argumentos sobre inmigración, "el asunto más importante" o "uno de los más importantes" para el 62% de los puertorriqueños, según Latino Decisions. “Si se sienten atacados por un candidato o por sus opiniones, es muy difícil que escuchen lo que tiene que decir sobre cualquier otro tema”, afirma Gary Segura, estadista y profesor de Política en Stanford.
El estatus de Puerto Rico otorga a sus ciudadanos la nacionalidad estadounidense, por lo que el debate migratorio no les afecta directamente. “Aún así simpatizan con el resto de hispanos”, afirma Pamela Gómez, coordinadora de la organización. “Saben que si se está discriminando contra nosotros por nuestra apariencia, nos van a atacar a todos”. Benítez añade que "la ley de inmigración de Arizona nos persigue como un fantasma” desde que el gobernador Rick Scott prometió aprobar una legislación similar.
Ambos trabajan con Mi Familia Vota para concienciar a los hispanos de la importancia de participar en las elecciones. En la sede de Tampa, Gómez camina orgullosa por la sala donde ha coordinado a decenas de voluntarios que todos los días se despliegan por la región. A sus 22 años ha registrado a 11.500 hispanos que votarán por primera vez en estas elecciones. Cada tarde añaden un número de registros al calendario. Apenas cuatro días de tormenta en estos cinco meses les han obligado a quedarse en casa. José Bayarres, un exiliado político de Venezuela que lleva dos meses ‘tocando’ puertas de decenas de hispanos en todo el corredor y ha hecho de su historia personal una causa para convencerles de que participen. “No saben que viven en este corredor tan importante que ha elegido a casi todos los presidentes”.
Su mayor reto es convencer a una comunidad que ha manifestado su decepción con Obama por no lograr la reforma migratoria, pero que aplaude la cancelación de deportaciones de jóvenes indocumentados. El 64% de los hispanos se declaran “más entusiasmados” con las elecciones a causa de esta medida, según un estudio de Latino Decisions, y la campaña demócrata ha querido aprovechar ese entusiasmo invitando a los hispanos a seguir el ejemplo del presidente Obama, el primero en votar por adelantado. De momento, un tercio de los votantes previstos para Florida ya han participado de manera anticipada, permitida hasta ayer sábado.
La organización Mi Familia Vota ha registrado a 11.500 hispanos que votarán por primera vez en estas elecciones
“Todos quieren asegurarse de que les da tiempo a votar”, dice Brady Daykin, coordinador del voto anticipado en el centro electoral de Tampa. En la entrada, Alvin Pimento responde las dudas de los votantes. “He solicitado el formulario para votar por correo y todavía no lo he recibido”, pregunta una joven. Pimento, que trabaja como asesor desde las elecciones de 2000, le da las instrucciones para que emita su voto. “Estamos viendo mucha más gente de lo que esperábamos”, asegura.
En el piso 26 de este rascacielos del centro de la ciudad, todas las cabinas están ocupadas. Familias con niños que acaban de salir del colegio, parejas que se escaparon una hora del trabajo. “Creo que la economía y la inmigración decidirán las elecciones en Florida”, asegura Melinda McLane, abogada de 42 años que acaba de dar su voto a Obama. “Espero que ahora sí apruebe la reforma migratoria”, comenta. Jodi Baudean, de 46 años, tampoco ha querido arriesgarse a quedarse sin votar el martes por falta de tiempo. “Tenía que votar como fuera”. Y ha vuelto a apostar por el presidente “porque él sí entiende que las personas son lo más importante, no me creo que lleven tanto tiempo hablando de la economía como si fuera un problema único de las empresas”. La economía también decidió el voto de Lewis Delgado, trabajador de Walgreens, aunque asegura que solo puede estar de acuerdo con Romney. “Yo nunca he querido nada del gobierno, nunca he aceptado dinero de nadie, y siempre votaré al candidato republicano”.
Un tercio de los votantes de Florida ya han participado de manera anticipada, permitida hasta ayer sábado y favorecen al Partido Demócrata, aunque puede que no con la misma diferencia que en presidenciales anteriores, prorrogando la incertidumbre hasta la noche del martes, que promete ser larga.

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