La seguridad nacional, en todo el mundo
Gonzalo Martínez Corbalá
Hace ya más de treinta
años, la Organización de Naciones Unidas (ONU), auxiliada por el
secretario general y por el grupo de expertos dirigido por Inga
Thorsson, a la sazón ministra del Desarme de Suecia, elaboró el informe
que se tituló Estudios sobre el desarme y el desarrollo, el
cual, en su concepto más amplio, puede proporcionar la base para
inscribir conceptualmente la relación asociativa entre el desarme, el
desarrollo y la seguridad, y es posible concluir que el armamentismo
atrae y captura capitales que, por su naturaleza y su origen, pertenecen
en realidad a las inversiones que debieron ser canalizadas en beneficio
del desarrollo.
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De esta manera, es entendido como una política que
amenaza la seguridad global, así como la seguridad nacional de los
países participantes en todo el mundo, sin importar la distancia
geográfica entre ellos.
Las amenazas, pues, a la estabilidad de la paz, así como el
impedimento a la realización del desarrollo, o su desviación en cuanto a
finalidades y objetivos, incluso de mayor alcance que los objetivos de
naturaleza bélica, no es factible realizarlas simultáneante.
* * *
Las mayores potencias militares han pretendido en muchas
ocasiones dar la impresión general de haber obtenido la victoria y de
haber sometido a los contrarios. Muy claramente podemos visualizar,
tanto en la primera como la segunda Guerras Mundiales y la celebración
del Día de la Victoria liberando a Francia de la invasión de los
alemanes, así como el derrumbe de Adolfo Hitler y sus aliados, que
terminó incluso con el suicidio del patológico líder mundial, que con su
muerte acabó con la ofensiva mundial que había iniciado y conducido por
el camino de un triunfo aplastante sobre los aliados, cuando ya estaba
montada la reacción a su locura por el coronel Claus von Staunfenberg,
el cual fue fusilado junto con sus seguidores, y otros generales muy
destacados, como el propio Erwin Rommel, quien fue igualmente obligado a
suicidarse, cuando en realidad fue el único triunfador del desierto. ¿Qué hubiera sucedido si nada de esto pasa y los aliados, con los soviéticos a la cabeza, entran por el arco del triunfo en París?
* * *
La verdad de las cosas, la realidad, era que Hitler tenía
perdida la guerra y no lo había percibido, como cuando Saddam Hussein,
más de medio siglo más tarde, había perdido la suya antes de empezarla.
Lo que todavía no se sabe es si verdaderamente la ganó el presidente
George Bush, pues muchas de las consecuencias de las crisis económicas,
que actualmente agobian a toda la Unión Europea no son ajenas a la guerra preventiva contra Irak, ni tampoco a la primavera árabe,
como tampoco escapan a sus alcances, en todo el mundo, del eterno
conflicto en Medio Oriente, el que ahora se ha reavivado, incluso
después de la promesa de Barack Obama de no abandonar a sus amigos de
siempre, a Israel y a Palestina, bajo ninguna circunstancia.
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