viernes, 16 de noviembre de 2012

Ortega se enfada con el Premio a Cardenal.

Ortega da plantón a la cumbre de Cádiz por un premio de poesía a Cardenal

El presidente nicaragüense anunció anoche que no acudiría a Cádiz por "causas de fuerza mayor"

Fuentes diplomáticas afirman que se debe al premio Reina Sofía que que el sacerdote recibió este jueves

El sacerdote Ernesto Cardenal recibe el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana de manos de la reina española. / GCH (©GTRESONLINE)

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, tiene muy poco encaje. A pocas horas del inicio de la Cumbre Iberoamericana y cuando ya se había anunciado su presencia en Cádiz, el líder sandinista hizo saber anoche que no acudiría. ¿El motivo del plantón? Oficialmente, “causas de fuerza mayor”. La realidad, según fuentes diplomáticas, su irritación por el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana que doña Sofía entregó el jueves al sacerdote y revolucionario nicaragüense Ernesto Cardenal. Ortega no perdona a su antiguo compañero de filas revolucionario y ministro de Cultura hasta 1987 que se haya vuelto uno de los críticos más acérrimos de su régimen. Aunque a Cardenal no lo calla ni el Papa, como se vio durante la visita de Juan Pablo II a Nicaragua en 1983.
La baja inesperada de Ortega ha elevado a siete la lista de mandatarios ausentes, integrada por el cubano Raúl Castro (que no acude nunca a estas citas), el venezolano Hugo Chávez, la argentina Cristina Fernández de Kirchner (que ha alegado motivos de salud), el uruguayo José Mújica (también por motivos de salud), el guatemalteco Otto Pérez Molina (por el terremoto que ha castigado a su país) y el paraguayo Federico Franco (a quien se le disuadió de que viniera, para evitar el boicot a sus vecinos). Nadie esperaba que viniera Chávez, pero se creía que enviaría a su canciller y vicepresidente, Nicolás Maduro. No ha sido así y la delegación venezolana, la de menor nivel, está encabezada por un viceministro: el responsable de las relaciones con Europa, Temir Porras. Una forma de decir que las relaciones no Venezuela con sus hermanos americanos no pasan por la antigua metrópoli.
En una cumbre tan nutrida como la de Cádiz las ausencias, previstas o sobrevenidas, son inevitables. Incluso entre los invitados, como el primer ministro marroquí, Addelilah Benkirán. También hay invitados cuya presencia no se había anunciado, como el expresidente José María Aznar, que ha llegado acompañando al jefe del estado José Manuel Santos. En conjunto, los anfitriones, el Rey y el Gobierno español, se dan por satisfechos.

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