Defender sin defensas
Al Barça solo le quedan Piqué y Mascherano como centrales por las bajas de Puyol y Adriano
Ramon Besa
Barcelona
18 MAR 2013 - 20:08 CET18
Mascherano, en el encuentro de Liga contra el Madrid en el Bernabéu. / Jasper Juinen (Getty Images)
El Barça ha ganado a un delantero con la rehabilitación de Villa, hoy
el socio perfecto del pichichi Messi, y ha perdido a dos defensas por
las lesiones de Puyol y Adriano. Al igual que ya pasó precisamente
cuando el equipo jugó en Vallecas (0-5), los técnicos azulgrana deberán
improvisar una defensa con vistas a los próximos partidos después de la visita el domingo pasado del Rayo (3-1).
Apenas quedan dudas sobre la composición de la zaga preferida ahora mismo por Tito Vilanova y Jordi Roura: Alves, Piqué, Mascherano y Alba. Él capitán Puyol, suplente el martes ante el Milan, decidió pasar por el quirófano el viernes para limpiar su rodilla derecha. El dolor hasta entonces soportable en un futbolista irreductible se convirtió en inaguantable y estará de baja mes y medio.
Renovado prácticamente de por vida, Puyol quiere competir en las mejores condiciones, pero el momento que ha elegido para operarse ha evidenciado la precariedad del plantel en la demarcación de centrales. La situación se ha agravado por la rotura del bíceps femoral del muslo derecho sufrida el domingo por Adriano. La quinta lesión del brasileño este curso le tendrá apartado también de cuatro a seis semanas.
Adriano era la segunda alternativa a la pareja de centrales titulares, a veces Piqué-Puyol y últimamente Piqué-Mascherano —el brasileño fue titular en el clásico liguero del Camp Nou por la ausencia de los dos internacionales españoles—, de manera que el Barcelona se queda sin recambios para el dúo Piqué-Mascherano cuando se disputa la fase decisiva del ejercicio futbolístico.
Mascherano, además, está a una tarjeta de la suspensión en la Champions, torneo que en cuartos de final enfrentará al Barcelona con el París Saint Germain. A los técnicos no les quedará más remedio seguramente que recurrir a defensas poco habituales en algunos partidos de Liga, competición que dominan con 13 puntos de ventaja sobre el Madrid cuando faltan 10 jornadas para el final.
Parece llegado el turno de Bartra y Montoya o, en su defecto, de Song y Busquets, reconvertidos en centrales en situaciones de emergencia como la actual —Mascherano dejó de ser centrocampista hace tiempo—. La opción de Abidal parece muy complicada y Muniesa recupera su puesta a punto en el Barça B, después que Fontàs fuera cedido al Mallorca. No hay puesto más delicado en el Barcelona que el de central.
El lateral Montoya ha pasado de ser titular en la final de la pasada Copa del Rey a no figurar ni en el banquillo del Camp Nou, después de jugar cinco partidos de Liga y uno de Champions y ser el primer recambio de Alves y Adriano. Tampoco hay noticias de Bartra: ni siquiera ha sido titular en la Liga y disputó los dos partidos europeos contra el Celtic. No se sabe si los dos jugadores del filial, ambos con ficha del primer equipo, penalizan por su estado de forma o por sus características: Bartra es muy ofensivo y a Montoya le pillan a veces la espalda.
Tampoco funcionaron en su momento las opciones de jugadores como Botía o Sergio Gómez y ya se sabe que la mayoría de fichajes para la demarcación no han cuajado, a excepción del regreso de Piqué. La inversión en jugadores como Mario, Martín Cáceres o Chigrinski resultó fallida y el club no pudo retener en su momento a Touré —a veces medio centro y en otras central— por la competencia de Busquets y la oferta del Manchester City.
Ningún equipo ha improvisado mejor seguramente que el Barça, que llegó a jugar la final de Roma con Puyol, Piqué, Touré y Silvinho. A cambio, no ha sabido corregirse estructuralmente con la incorporación de centrales duraderos, tarea que deberá afrontar el próximo verano. El club da por hecho que por lo menos deberá incorporar a un zaguero además de un delantero y quién sabe si un portero después que Valdés anunciara que no renovará el contrato que acaba en 2014.
Apenas quedan dudas sobre la composición de la zaga preferida ahora mismo por Tito Vilanova y Jordi Roura: Alves, Piqué, Mascherano y Alba. Él capitán Puyol, suplente el martes ante el Milan, decidió pasar por el quirófano el viernes para limpiar su rodilla derecha. El dolor hasta entonces soportable en un futbolista irreductible se convirtió en inaguantable y estará de baja mes y medio.
Renovado prácticamente de por vida, Puyol quiere competir en las mejores condiciones, pero el momento que ha elegido para operarse ha evidenciado la precariedad del plantel en la demarcación de centrales. La situación se ha agravado por la rotura del bíceps femoral del muslo derecho sufrida el domingo por Adriano. La quinta lesión del brasileño este curso le tendrá apartado también de cuatro a seis semanas.
Adriano era la segunda alternativa a la pareja de centrales titulares, a veces Piqué-Puyol y últimamente Piqué-Mascherano —el brasileño fue titular en el clásico liguero del Camp Nou por la ausencia de los dos internacionales españoles—, de manera que el Barcelona se queda sin recambios para el dúo Piqué-Mascherano cuando se disputa la fase decisiva del ejercicio futbolístico.
Mascherano, además, está a una tarjeta de la suspensión en la Champions, torneo que en cuartos de final enfrentará al Barcelona con el París Saint Germain. A los técnicos no les quedará más remedio seguramente que recurrir a defensas poco habituales en algunos partidos de Liga, competición que dominan con 13 puntos de ventaja sobre el Madrid cuando faltan 10 jornadas para el final.
Parece llegado el turno de Bartra y Montoya o, en su defecto, de Song y Busquets, reconvertidos en centrales en situaciones de emergencia como la actual —Mascherano dejó de ser centrocampista hace tiempo—. La opción de Abidal parece muy complicada y Muniesa recupera su puesta a punto en el Barça B, después que Fontàs fuera cedido al Mallorca. No hay puesto más delicado en el Barcelona que el de central.
El lateral Montoya ha pasado de ser titular en la final de la pasada Copa del Rey a no figurar ni en el banquillo del Camp Nou, después de jugar cinco partidos de Liga y uno de Champions y ser el primer recambio de Alves y Adriano. Tampoco hay noticias de Bartra: ni siquiera ha sido titular en la Liga y disputó los dos partidos europeos contra el Celtic. No se sabe si los dos jugadores del filial, ambos con ficha del primer equipo, penalizan por su estado de forma o por sus características: Bartra es muy ofensivo y a Montoya le pillan a veces la espalda.
Tampoco funcionaron en su momento las opciones de jugadores como Botía o Sergio Gómez y ya se sabe que la mayoría de fichajes para la demarcación no han cuajado, a excepción del regreso de Piqué. La inversión en jugadores como Mario, Martín Cáceres o Chigrinski resultó fallida y el club no pudo retener en su momento a Touré —a veces medio centro y en otras central— por la competencia de Busquets y la oferta del Manchester City.
Ningún equipo ha improvisado mejor seguramente que el Barça, que llegó a jugar la final de Roma con Puyol, Piqué, Touré y Silvinho. A cambio, no ha sabido corregirse estructuralmente con la incorporación de centrales duraderos, tarea que deberá afrontar el próximo verano. El club da por hecho que por lo menos deberá incorporar a un zaguero además de un delantero y quién sabe si un portero después que Valdés anunciara que no renovará el contrato que acaba en 2014.
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