Falcao es demasiado
El delantero logra cinco goles, más que ningún otro jugador rojiblanco en la historia, engancha de nuevo al Atlético en la pelea por la Liga y destroza a un Depor que tampoco paró a Diego Costa
Sin perderse en guerras subterráneas. Centrado, al fútbol sin más, a
lo suyo, a moverse y a fajarse, nada de rencillas periféricas que tantos
trastornos le han causado. A arrancarse en cada contra, sin gestos
pendencieros, Diego Costa, el otro, el delantero a secas, desplumó
primero al Deportivo, que como se dice en el mus, fue un pollo que se
peló solo con su ingenuidad. Luego, a Diego Costa se le sumó Falcao con
sus cinco goles, pero el primero que hizo pupa a la bisoña pareja de
centrales del Deportivo fue el delantero brasileño, que llegaba al
partido señalado por ese pronto que le saca del juego. Hizo un gol de
cabeza en un córner, participó a trompicones en el segundo y tuvo un par
de ocasiones claras para firmar una de sus mejores noches con el
Atlético. Se fue aplaudido por la grada, necesitado de ese calor de su
afición después de sus capítulos en el derbi y en el Plzen.
ta (Adrián, m. 58); y Falcao. No utilizados:
Asenjo, Pulido, Emre y Tiago.
Deportivo: Aranzubia; Laure, Roderick, Insua, Ayoze; Alex Bergantiños, Abel Aguilar; Bruno Gama, Valerón (Andre, m. 73), Camuñas (Salomao, m. 65); y Riki (Bodipo, m. 78). No utilizados: Lux, Manuel Pablo, Vázquez y Domínguez.
Goles: 1-0. M. 23. Diego Costa, de cabeza. 2-0. M. 28. Falcao. 3-0. M. 41. Falcao. 4-0. M. 64. Falcao, de penalti. 5-0. M. 68. Falcao, de cabeza. 6-0. M. 71. Falcao.
Arbitro: Hernández Hernández. Amonestó a Camuñas y Bergantiños.
Unos 40.000 espectadores en el Vicente Calderón.
Aseado y pulcro en su propuesta como es y fue el Deportivo, el
Atlético tiene demasiado veneno en su fútbol para un equipo tan blando.
Es un conjunto perrero, que acostumbra a romper al contrario por las
zonas débiles. Se tuvo que presentar Oltra en el Calderón con dos
centrales novatos, Insua y Roderick, aún de academia, y allí que mordió
el equipo de Simeone desde el minuto uno. El primer movimiento de Falcao
fue un desmarque a la espalda de Insua. Un aviso. Una prueba para medir
la pasta de los chicos. El discurrir del partido mostró que aún no
están para parar a Diego Costa o a Falcao.
Fueron arrasados por una pareja de delanteros que los fundió a desmarques. La debilidad coruñesa se reflejó en los goles que le fueron cayendo. Uno de córner, otro de un balón perdido en el centro del campo y otro de un saque de banda. Su condición de equipo más goleado del campeonato la explicó ayer por abajo y por arriba el Depor.
Koke enguanta muy bien las jugadas a balón parado, pero la que cazó Diego Costa por encima de Insua era un globo cerrado que no pudo defender. Fue superado en el segundo palo, sin referencia alguna de dónde estaba el peligro que tenía que defender. No había encontrado su juego el Atlético hasta ese primer tanto, a veces demasiado vertical en la salida del balón por sus laterales, que buscaban el pase en profundidad buscando esa facilidad con la que a su oponente se le saltan las líneas. Riki había amenazado con alguna cabalgada y en una de ellas le puso una rosca a Valerón que remató con toda la ortodoxia que conserva. Su estético giro de cuello mandó el balón al palo. Juega el Deportivo en ataque al ritmo de El Flaco, que es consciente de su debilidad física. Se desenvuelve Valerón transmitiendo la sensación de que cada pelota debe ser una clase de fútbol. A veces lo consigue y a veces no, pero cuando le sale lo que intenta, airea en qué consiste el binomio jugador-pelota.
Con ese remate que astilló el poste se difuminó y con él todo su equipo, cuando al poco Falcao hizo el 2-0. Un robo, una contra lanzada a Diego Costa, que, con inteligencia aguantó a que Falcao no se metiera en fuera de juego para dar un pase interceptado por los centrales del Deportivo, que no ganaron el rechazo. Koke, que venía por detrás y de primeras, asistió al segundo demarque del colombiano, que levantó la cabeza antes de ejecutar a Aranzubia de tiro cruzado.
Noqueado, consciente de su pusilanimidad, la defensa deportivista se desplomó en un saque de banda en corto, una especialidad de la pizarra de Simeone. Enganchó Falcao un derechazo terrorífico que superó a un incrédulo Aranzubia. Tocado como estaba ayer, ese gol lanzó hacia una noche grandiosa que volvió a encumbrarle como el mejor delantero del mundo en el área. Un martillo pilón para un par de aprendices que no olvidarán la noche de ayer. Tuvieron que digerir en el segundo tiempo una oleada de contragolpes que retrató a un equipo con todos los síntomas de estar roto, que se partió por completo, que reculaba a dos velocidades menos.
No le había salido al Atlético el plan de matar a la contra al rival con tanta rotundidad desde la final de la Supercopa de Europa contra el Chelsea. Falcao hizo el cuarto al transformar un penalti que le sacó a Roderick, que metió el pie de manera inocente. El quinto, y el cuarto de El Tigre, llegó en otro contragolpe que Arda quiso culminar picándolo por encima de Aranzubia, que lo salvó con la mano. El rechazo lo empujó Falcao en plancha, con su voracidad en pleno desate. Con la defensa de Oltra y todo el Depor hecho trizas.
El martirio continuó para Roderick perdiendo a la carrera otro desmarque a la espalda de Falcao y tragándose el recorte previo al latigazo que suponía su quinto tanto, una marca que hasta ahora no había logrado ningún jugador rojiblanco y que le mete en la historia más selecta de la Liga.
ATLÉTICO, 6 - DEPORTIVO, 0
Atlético: Courtois; Juanfran, Cata Díaz, Godín, Filipe (Manquillo, m. 73); Gabi, Mario, Koke; Arda (Raúl García, m. 69); Diego CosDeportivo: Aranzubia; Laure, Roderick, Insua, Ayoze; Alex Bergantiños, Abel Aguilar; Bruno Gama, Valerón (Andre, m. 73), Camuñas (Salomao, m. 65); y Riki (Bodipo, m. 78). No utilizados: Lux, Manuel Pablo, Vázquez y Domínguez.
Goles: 1-0. M. 23. Diego Costa, de cabeza. 2-0. M. 28. Falcao. 3-0. M. 41. Falcao. 4-0. M. 64. Falcao, de penalti. 5-0. M. 68. Falcao, de cabeza. 6-0. M. 71. Falcao.
Arbitro: Hernández Hernández. Amonestó a Camuñas y Bergantiños.
Unos 40.000 espectadores en el Vicente Calderón.
Fueron arrasados por una pareja de delanteros que los fundió a desmarques. La debilidad coruñesa se reflejó en los goles que le fueron cayendo. Uno de córner, otro de un balón perdido en el centro del campo y otro de un saque de banda. Su condición de equipo más goleado del campeonato la explicó ayer por abajo y por arriba el Depor.
Koke enguanta muy bien las jugadas a balón parado, pero la que cazó Diego Costa por encima de Insua era un globo cerrado que no pudo defender. Fue superado en el segundo palo, sin referencia alguna de dónde estaba el peligro que tenía que defender. No había encontrado su juego el Atlético hasta ese primer tanto, a veces demasiado vertical en la salida del balón por sus laterales, que buscaban el pase en profundidad buscando esa facilidad con la que a su oponente se le saltan las líneas. Riki había amenazado con alguna cabalgada y en una de ellas le puso una rosca a Valerón que remató con toda la ortodoxia que conserva. Su estético giro de cuello mandó el balón al palo. Juega el Deportivo en ataque al ritmo de El Flaco, que es consciente de su debilidad física. Se desenvuelve Valerón transmitiendo la sensación de que cada pelota debe ser una clase de fútbol. A veces lo consigue y a veces no, pero cuando le sale lo que intenta, airea en qué consiste el binomio jugador-pelota.
Con ese remate que astilló el poste se difuminó y con él todo su equipo, cuando al poco Falcao hizo el 2-0. Un robo, una contra lanzada a Diego Costa, que, con inteligencia aguantó a que Falcao no se metiera en fuera de juego para dar un pase interceptado por los centrales del Deportivo, que no ganaron el rechazo. Koke, que venía por detrás y de primeras, asistió al segundo demarque del colombiano, que levantó la cabeza antes de ejecutar a Aranzubia de tiro cruzado.
Noqueado, consciente de su pusilanimidad, la defensa deportivista se desplomó en un saque de banda en corto, una especialidad de la pizarra de Simeone. Enganchó Falcao un derechazo terrorífico que superó a un incrédulo Aranzubia. Tocado como estaba ayer, ese gol lanzó hacia una noche grandiosa que volvió a encumbrarle como el mejor delantero del mundo en el área. Un martillo pilón para un par de aprendices que no olvidarán la noche de ayer. Tuvieron que digerir en el segundo tiempo una oleada de contragolpes que retrató a un equipo con todos los síntomas de estar roto, que se partió por completo, que reculaba a dos velocidades menos.
No le había salido al Atlético el plan de matar a la contra al rival con tanta rotundidad desde la final de la Supercopa de Europa contra el Chelsea. Falcao hizo el cuarto al transformar un penalti que le sacó a Roderick, que metió el pie de manera inocente. El quinto, y el cuarto de El Tigre, llegó en otro contragolpe que Arda quiso culminar picándolo por encima de Aranzubia, que lo salvó con la mano. El rechazo lo empujó Falcao en plancha, con su voracidad en pleno desate. Con la defensa de Oltra y todo el Depor hecho trizas.
El martirio continuó para Roderick perdiendo a la carrera otro desmarque a la espalda de Falcao y tragándose el recorte previo al latigazo que suponía su quinto tanto, una marca que hasta ahora no había logrado ningún jugador rojiblanco y que le mete en la historia más selecta de la Liga.
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