domingo, 17 de febrero de 2013

Abuela erótica

Abuela, también soy escritora erótica

Por: | 17 de febrero de 2013
Autora invitada: María Paz Ruiz Gil (*)
De periodista a narradora erótica, el making of. Así se podría titular esto. Y les cuento. Ser periodista me costó horrores. Con veinticinco años obtuve mi cartón en mi cuarta universidad, sin duda la menos mediocre que encontré, y empecé a escribir una novela. No tenía muchas ganas de explicar mi mala racha, ni mi desempleo como recién titulada, así que solo mis personajes de ficción me reconciliaban con mi portátil, con el sonido intermitente de las teclas: mi banda sonora.
Siete años después publiqué mi primera novela. La titularon Soledad, una colombiana en Madrid y tuvo la suerte de que Ediciones B la lanzara en la Feria del libro de Bogotá en 2012. Ver mi libro en las librerías me produjo una emoción única que me hizo creer en lapatafísica; y mi padre lo celebró comprando un 10% de la tirada sin preguntarme, yendo una y otra vez a la librería del aeropuerto de Bogotá, desde siempre el mejor punto de venta para mi libro.
En sus páginas solo hay un asomo al erotismo, creo que en la 170, y recuerdo que estuve pensando muchísimo si debía publicar la palabra tetas cerca de la palabra orgasmo.
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Mientras mi novela desfilaba de editor en editor, me dediqué a cultivar microrrelatos pop, piezas cortas de ficción que sorprendían por su final de tormenta, por sus dolores inocentes, o por ser un ejemplo abreviado de lo humano. En una pieza así de corta, los personajes no suelen tener nombre, ni edad, y hasta pueden ser animales; pero se aman, se reproducen y se mueren de amor o de cínico deseo en cinco líneas o en diez.
Un buen día me desperté escribiendo microrrelatos eróticos, y sigo sin saber quién fue mi hagiógrafo. Mi objetivo era utilizar pocas palabras para condensar la pulsión sexual que habita en cualquier humano. Necesitaba textos que mordieran a sus lectores.
Los microrrelatos, al principio, no fueron tan descarados. Mirando el Diario de una cronopia, mi blog literario alojado en La Comunidad de El País, puede verse que las primeras puntadas eróticas aparecen el ocho de diciembre de 2010 en Doloroso Caimito , un micro diminuto que narra una hilarante escena de amor y muerte.
El 2011 se abrió con un texto de sexo poético El pelo en la boca, pero todavía el pudor gobernaba mi cabeza. No estaba segura de querer introducirme en un tema que consideraba delicado, me encontraba a menudo con comentarios de mi madre en mi blog y me parecía horripilante tener que dar explicaciones a mi familia sobre mis narraciones, sobre lo que yo sabía o soñaba que podía ser el sexo.
Vinieron textos como A Salinger también lo leen pendejos, en el que se intuye que puede surgir una escena de cama maravillosa que termina en horror; o el microrrelato Argentino, en el que ya directamente el personaje se harta tanto de sí mismo y de las pelirrojas que cambia de sexo. 
Pero en abril de 2011 llega Estimulación sexual, el primer micro en el que no hay gatillazo literario. Asumo en ese momento que el sexo puedo encararlo como una totalidad, que no es necesario utilizar estrategias de marketing para calentar al lector, y que puedo darle tanto como quiero que a mí me den. Se abre la veda, llega el calor y en julio de ese año, en medio de un torrencial verano en el Caribe, se me ocurre publicar mi manifiesto erótico: De las más putas.
Se riega como la pólvora que me he vuelto puta, que me he quitado los tacones, las medias y hasta las bragas. Casi de inmediato, en los comentarios del blog debo advertir que escribo ficción y que esa a quien “le chasquea el corazón porque es puta”, no soy yo.
Me inclino a saber más y empiezo a interesarme por el sexo comercial. En lugar de ir al gimnasio, empleo mi tiempo en conocer a las mujeres de la Calle de la Cruz en Madrid. En ese año trabajo haciendo piezas sonoras para un periódico mexicano, a quienes les mando una pieza corta de voz que habla sobre cómo se hace una prostituta.
Le pongo de nombre Alicia, y su historia vuela por la red. 
Maria Paz Ruiz - Retratos 2013 5890-Editw-2El sexo no es para mí un pretexto literario, es un motor de creación, un sentir humano. A veces placentero, a veces no. A mi Alicia le dedico un microrrelato que escuece un poco: Que los hombres nazcan sin pene y ella es la primera persona real sobre la que escribo en mis micros eróticos.
No quiero que se me confunda con una feminista que odia a los hombres. No escribo para defender a nadie, ni siquiera a mí, pero consideré necesario destapar esa ventana del sexo. Desde entonces Alicia y yo somos amigas, y es frecuente que me detenga a hablar unos minutos con las prostitutas de la calle de la Cruz.
El destape lo conseguí así, viviendo, y observando, hablando y captando imágenes. Empiezo a asistir a bares gays de forma regular y a hacer entrevistas encubiertas para poder conocer otras recetas sexuales, otra forma de amar. Encuentro con éxtasis uniones nuevas, hablo con bisexuales y homosexuales; y recuerdo con mucha gracia que lo primero que me preguntaban al verme era: "¿Y tú qué eres?". Lo mejor es que después de tanta denominación de origen he visto que la hetero puede ser bi, y el homo puede ser hetero según qué casos, y qué bebida esté tomando. La música, en bares como los que frecuentaba, también ayuda a los cambios de carril sexual. Todo es posible, y todo está bien.
Cuando ya escribo sin rubores textuales, y consigo que mis micros eróticos sean seleccionados en antologías y revistas literarias de España, Estados Unidos, Alemania y México, empiezo a gestar la idea de publicar un libro con 20 micorrelatos eróticos de altísimo voltaje. Lo titulo Pop Porn y busco la forma de convertirlo en libro ilustrado. Algunas noches pienso si debo firmar mis relatos con otro nombre, pero decido tomar la responsabilidad de cada letra y me lanzo con un tuit que me da fuerzas: “El seudónimo es como ponerle condón a mi escritura”. Ya está, esa que escribe soy yo, y mis personajes son los que seducen, los que se besan, se lamen, tienen encuentros en taxis o caen con sonrisa de gloria en el incesto.
Portada pop pornEl libro encuentra editor en Colombia y en México. Para la portada en Colombia, el artista Maldoror me compone un lienzo  en el que estoy vestida de dómina, sentada sobre una pila de libros y sosteniendo un látigo de Hello Kitty. Ese día me muero de dicha y supongo que pasaré algo de vergüenza cuando mi padre acuda al lanzamiento, situación que no me resulta cómoda pero tampoco vergonzosa. Con el nacimiento del libro afloran experiencias cómicas, como por ejemplo ir a promocionarlo en un programa de televisión que esa noche hablará de juguetes sexuales que yo ni siquiera he visto en mi vida, o tener que discutir con los fotógrafos de revistas que prefiero salir vestida en los reportajes.

Mi abuela me dice, antes de recibir el libro, que voy
a instruirla. Después de leer Pop Porn me reprende diciendo que yo no tengo porqué escribir pornografía. Ahora puedo hablar sobre el tema con ella y explicarle que, aunque tengo una clara vis erótica, sigo siendo su nieta autora de novelas y de microrrelatos; y que cuando quiera le explico lo que es un squirt, un fisting, un bondage, o un strap-on.
Pop Porn, editado por el Museo Arte Erótico Americano se presenta en Madrid el 20 de febrero a las 21.30 en Diablos Azules, Calle Apodaca 6, y en Barcelona el 7 de marzo a las 20.00 en Sex Academy Barcelona, Carrer de Neptú 26. Ya en librerías independientes de Madrid y en la tienda Los Placeres de Lola.
Correo de la autora: mariapaz29@hotmail.com

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