domingo, 10 de febrero de 2013

Iniesta, el genio.

Iniesta deja boquiabierto al mundo

El majestuoso centrocampista conduce al Barcelona a una goleada (6-1) muy coral frente a un Getafe desbordado


Asegura el dicho futbolístico que se juega como se entrena, de manera que en el Camp Nou se trataba de constatar ante el Getafe que los futbolistas del Barça no matan el tiempo por las mañanas en la Ciudad Deportiva sino que visualizan intensamente los partidos que después disputan por la noche o la tarde, siempre profesionales y aplicados. Y así fue en un radiante mediodía invernal, delicado como el juego azulgrana, especialmente del mago Iniesta, al que se le ha puesto la misma calva de Zidane. Iniesta ya no necesita en cualquier caso que le comparen con nadie porque su fútbol es una evolución del de propio Zidane y de Laudrup. Iniesta es suave y pequeño, tan blando por fuera que se diría todo de algodón, sin huesos, acaso como Platero.
La parafernalia que rodea a los encuentros de las 12.00 afecta la audiencia, a los aficionados y a los espectadores, y mucho más a los periodistas que a los jugadores, ya prevenidos por otra parte por sus entrenadores, que les concentran y advierten del riesgo que supone cambiar de hábitos y rutinas. Advertidos, los azulgrana se acostumbraron bien al horario, a la chiquillería que llenaba el estadio, al templado sol de mediodía que invitaba a tomar el vermut o a il dolce far niente, y abatieron al plantel de Luis García con un recital de Iniesta, majestuoso y desequilibrante, más artista que nunca, muy a gusto de nuevo con su puesto de volante, agradable como el día, el encanto de los niños y, naturalmente, de su niña Valeria.

BARCELONA, 6 - GETAFE, 1

Barcelona: Valdés; Adriano (Alves, m. 46), Piqué, Puyol (Mascherano, m. 76), Jordi Alba; Thiago, Song, Iniesta; Alexis (Tello, m. 73), Messi y Villa. No utilizados: Pinto; Cesc Busquets y Pedro.
Getafe: Codina; Torres, Alexis, Lopo, Escudero; Lacen, Borja; Diego Castro, Barrada (Sarabia, m. 70), Gavilán (Pedro León, m. 64); y Colunga (Álvaro Vázquez, m. 73). No utilizados: Alberto; Álvaro, Alcácer, Fede y Míchel.
Goles: 1-0. M. 6. Iniesta lanza un pase en diagonal a Alexis, que resuelve ante Codina. 2-0. M. 13. Thiago rompe desde atrás, recibe pase de Iniesta y se la cede a Messi, que marca por raso. 3-0. M. 58. Villa define un pase al hueco de Alba. 4-0. M. 79. Tello, tras un pase de Messi. 4-1. M. 83. Alba falla un pase y Álvaro bate a Valdés. 5-1. M. 91. Iniesta, desde el borde del área chica. 6-1. M. 93. Piqué empuja una asistencia de Thiago.
Árbitro: Iglesias Villanueva. Mostró la cartulina amarilla a Lopo, Diego Castro y Song.
Camp Nou. 85.610 espectadores.
¿Acaso los niños no juegan sus partidos a las 12.00? Iniesta fue el hilo conductor de un Barça muy estable, sorprendentemente sólido, más que nada porque después de repetir en cada partido el mismo once titular, Tito Vilanova y Jordi Roura cambiaron a medio equipo, condicionados por la hora, por el calendario, por el virus FIFA. Ausente por lesión Xavi, Thiago tomó el mando de forma seria y responsable, mientras Alexis dinamizaba el ataque con Villa. Jugó bien el chileno, estuvo muy correcto Song y Villa marcó y contentó a Messi. A partir de una formación más natural, con tres delanteros, los tres goleadores, el Barça fue selectivo y efectivo y tuvo un mejor control del juego y del balón. Las virguerías, de todas maneras, correspondieron a Iniesta.
Nada más comenzar el partido, el manchego leyó el desmarque de Alexis y le asistió con un pase interior tan profundo y preciso que solo admitía una respuesta: el gol. Alexis controló la pelota con la derecha y la cruzó con la izquierda ante la salida de Codina. Ofuscado de día y de noche, al Chico Maravilla le sentó estupendamente el mediodía y se estrenó como goleador en la Liga en un momento en que todavía dormía su querido Chile. Iniesta repitió con un nuevo pase excelente para Thiago, quien atemperó el balón para la zurda de Messi. No falló el 10. Tres tiros y dos goles contaba el Barça en menos de un cuarto de hora. Resuelto el partido, no perdió concentración el Barça mientras Iniesta, Messi y Alexis le daban color a la placentera jornada.
A excepción de Lopo, que dejó la pierna de mala manera en cada entrada, el diezmado Getafe fue un equipo aseado, bien trabajado tácticamente, acertado en la presión a Valdés y, por el contrario, desbordado cada vez que tomaba el cuero Iniesta y se marchaba Messi. No hay antídoto contra el manchego ni ante el argentino, más jugador que goleador ante el Getafe. El 10 remató al palo, se adornó con un remate de tijeras y desaprovechó hasta tres ocasiones. No pudo llegar al gol 300 con el Barça: lleva 299, 35 en la Liga, después de 13 jornadas seguidas dejando al menos un gol. No faltó en cambio el gol de Villa, que remató con la zurda por debajo de las piernas de Codina, una asistencia del profundo Alba después de un cambio de orientación de Iniesta.
Iniesta ya no necesita que le comparen con nadie porque su fútbol es una evolución del de Zidane y de Laudrup
Marcaron cuantos delanteros salieron al campo, también el reaparecido Tello, que recibió de Messi y enfocó al meta en la frontal del área, nada de tirar la pared o jugar de nuevo con el 10, como hizo a menudo Villa. Messi desestabilizó a la zaga del Getafe cada vez que tomó el cuero mientras Iniesta dejaba una actuación para el recuerdo por exquisita y completa. Elegante y fino, el volante estuvo tan acertado en las asistencias como en los detalles técnicos, los controles y los regates, igual daba que fuera en la divisoria que en la línea de fondo, omnipresente ante el Getafe. Iniesta ha dejado boquiabierto a todo el mundo. Jugar a las 12.00 tiene sus ventajas, sobre todo en cuanto a audiencias, y al manchego le siguen mucho en el mercado asiático.
La función de Iniesta, que ya cuenta 18 asistencias, ha sido tan redonda que demandaba un gol, y lo encontró en una pelota suelta después de una nueva acción rebuscada de Messi. Ni siquiera el tanto de rigor encajado en cada partido –y van ocho: falló Alba por querer jugar la bola y habilitó a Alvarito- empañó el excelso partido del Barça de Iniesta, coronado con un sexto gol de Piqué, asistido por Thiago a centro de Alves. Un tanto tan delicado como los anteriores, a tono con el sol templado de las 12 del mediodía y con la manera de ser del fenómeno Iniesta. Juegan Iniesta y Messi igual que se entrenan a puerta cerrada. Este domingo, para suerte de los niños y niñas, lo pudieron ver en todas partes. Un regalo.

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