Mini-biografía

Como siempre he escrito a mis corresponsales, que tienen nombre y rostro definidos, y grabados en mi memoria; ahora que me he atrevido a escribir bajo el formato de un blog, mis escritos literarios van ahora a un sector de lectores desconocidos para mi, a los cuales les doy la bienvenida a esta página modesta, que no pretende más que compartir unas letras lúdicas.

Soy psicoanalista y antropólogo, y he ejercido estas profesiones a lo largo de muchos años, además de la profesión magisterial, a la cual le dediqué más de 40 años, formando varias generaciones de estudiantes en la UNAM, Chapingo, Universidad Iberoamericana y en la Universidad de Londres.

Mi afición por la literatura es añeja, tengo escritos más de 60o cuentos cortos. En varias ocasiones impartí cursos de iniciación a la literatura en Bellas Artes y en las librerías del Fondo de Cultura Económica, de la ciudad de México y en la ciudad de Querétaro.

Por mi origen guatemalteco, mi sentido del humor es "ácido" o "negro", pero no es algo intencional sino algo natural. Los nativos de Guatemala hacen bromas y chistes todo el tiempo, pero la especialidad es colocar apodos o motes exactos a todas las personas que tenemos alrededor, y son apodos que duran toda la vida, al grado de que nadie sabe el nombre verdadero de esas personas.

Mi justificación de practicar y promover la escritura de cuentos cortos en la actualidad, tiene una conexión directa con las formas de leer y de pensar a toda velocidad. En los tiempos del predominio de la Internet, las costumbres de lectura se han modificado radicalmente, cuando enseñé en los niveles de licenciatura y maestría, los estudiantes protestaban por el exceso de lecturas (2 ó 3 libros al semestre). en mis tiempos de estudiante en la UNAM el ritmo de lectura de obras era de 2 ó 3 libros por semana.

El cuento corto se instala fácilmente en la mente de mis lectores, ya que no les exige mayor tiempo para su lectura y disfrute, se acomoda al vértigo moderno de vida de cada uno de ellos.

El cuento corto tiene su encanto y su dificultad intrínseca, que consiste en poder contar una historia completa en una o dos cuartillas máximo; y tener la capacidad de causar asombro y sorpresa en el lector, los finales de los cuentos cortos no son predecibles.

A mis nuevos lectores los invito a reír y gozar estos cuentos escritos con pasión.