martes, 31 de agosto de 2010

Su primera vez.

Las tradiciones machistas persisten en cuanto a la iniciación sexual de los jóvenes varones. Este es el caso de José Juan, filósofo de prestigio en México, oriundo de Veracruz, y de su hijo único Arturo.

Desde hace mucho tiempo José Juan, comentaba con su esposa Diana, qué sería lo indicado para iniciar sexualmente al crío. Se plantearon la contratación de una sirvienta jovencita, con quien su niño tuviera sus primeras relaciones íntimas, así como fue la historia de José Juan en Veracruz, allá en años años ochentas. Eso era lo "normal", acostarse todas las noches con la joven sirvienta de la casa. Una especie de "derecho de pernada", como se estilaba en la época feudal, que consistía en que el señor feudal tenía relaciones sexuales con todas las doncellas de su feudo, antes de que se casaran.

Aquí, evidentemente, no se quería incurrir en el error histórico de hacer lo mismo que en el feudalismo.

El filósofo meditaba el asunto de cómo hacer para que su hijo Arturo tuviera un primer contacto sexual, seguro y divertido.

En primer lugar, optó por no decirle nada a su esposa Diana, sobre lo que pensaba planear con Arturito, para su cumpleaños número quince.

El día que Arturo, el crío de José Juan y Diana, celebró sus quince años, le cantaron "Las mañanitas" al amanecer, luego lo llevaron a desayunar al Sanborn´s de Madero, la Casa de Los Azulejos, y después lo condujeron a "Six Flags", el centro de diversiones más grande América latina, una especie de imitación burda de Disneylandia. Todo el día juntos, esa linda familia se hartó de tanta pegazón, y decidieron ya dejar por la paz al crío y pedirle que escogiera una actividad que a él le gustara hacer sin sus papás. Arturito dijo tajantemente, quiero ir al cine con mis amigos.

Josdé Juan fue a recoger a Arturito a la salida del cine en Perisur, y montó en el auto a todos los amiguitos de Arturito, y enfilaron rápidamente hacia la Colonia Roma, hasta llegar a las calles de Álvaro Obregón, donde se estacionó José Juan, justo frente a la casa residencial marcada con el número 459. La residencia era una vieja casona estilo francés, con un gran portón de madera y con las ventanas selladas por dentro.

José Juan pulsó el timbre y por el interfón le preguntaron la "clave", él la dijo en voz baja, y el enorme portón se abrió de par en par; entraron todos en fila india: José Juan y cuatro chiquillos quinceañeros.

Penetraron hasta una sala decorada con muebles estilo Luis XV, tapizados de terciopelo rojo y molduras doradas. Los chiquillos no atinaban a decir nada,solamente abrían desmesuradamente los ojos ante lo desconocido, las caritas eran de sorpresa. "¿Qué les había preparado el papá para celebrar a Arturito?"

Salió de pronto un mesero, elegantemente ataviado, con frac, y ofreció bebidas a los chicos, todos pidieron Coca Cola, y José Juan un brandy solo.

A la media hora de haber llegado y departir en esa sala enorme y elegante, Arturitop tuvo el arrojo de preguntarle a su padre:"¿Qué estamos haciendo aquí?"

No alcanzó José Juan a respónder, cuando de inmediato aparecieron cinco mujeres vestidas como coristas del viejo oeste, mallas negras caladas, tazones altos, escotes generosos, ropa interior roja con encajes negros, y cubriéndose el rostro un antifaz plateado.

Cada una de las distinguidas damitas se dirigieron a los chicos y los tomaron de la mano y los llevaron al interior de la casona; ellas muertas de la risa, ellos muertos de miedo.

Salió la Madame y habló con José Juan, acordaron los precios de las chicas por media hora de atención a los chicos. Ya todo había sido acordado telefónicamente entre la Madame y José Juan, toda iniciación sexual es más cara porque hay que instruir al chico de una manera pedagógica, y dice la Madame: "del susto ni se les para".

Hay que hacer mucha labor, "y mis muchachas están entrenadas en eso, ya verán que satisfechos van a quedar los chicos".

José Juan tomaba su trago y se divertía imaginando lo que ocurríria allá adentro en las habitaciones. De repente se escuchaban risas de ellas y grititos de ellos.

De golpe y porrazo, José Juan le había robado la inocencia a cuatro niños, de la peor manera, con las putas, como se hacía antes en Veracruz. Muy satisfecho José Juan, recibió a su hijo entre sus brazos y le dijo al oído: "ya eres un hombrecito", "No le digas nada a tu mamá".

Los cuatro chicos salieron mudos de esa casona y se treparon al carro de José Juan y a dejarlos después a cada quien en su casa.

Arturito todavía tiene verguenza de ver directamente a la cara de su madre. Se sonroja y se le hace un nudo en la garganta.

"Pero ya soy un hombrecito"...

lunes, 30 de agosto de 2010

La Brenda en Verona.

Los viajes constantes a Paris, tiene a La Brenda un tanto aburrida, ya compró todos los accesorios para su vestido de novia, además las hijas de su prometido, cual chaperonas incómodas, no la dejan ni a sol ni a sombra.

La Brenda se pudo zafar de sus futuras hijastras, y se largó sola al cine principal de Vitoria, la ciudad de su futuro marido, y próximo sitio de residencia de esa pareja de enamorados otoñales.

La película que a La Brenda le llamó poderosamente la atención se llama: "Cartas a Julieta", y ese día era casualmente el estreno en España. Ella sin saber o imaginarse el tema de la película, se introdujo en la sala armada con un combo de palomitas en un envase gigante de cartón y un vaso de casi dos litro de Coca Cola, su bebida favorita. Ella es golosa en todo sentido, pero la Coca Cola le puede fascinar, naturalmente mejor la de dieta.

Al iniciar la película se da cuenta La Brenda que es una historia de amor inspirada en los "amantes de Verona", o sea Romeo y Julieta. Ella no sabe mucho de literatura y jamás ha leído nada del tal William Shakespeare, autor inglés de la famosa tragedia amorosa de estos jóvenes italianos, que mueren de amor.

Me cuenta por teléfono, durante una larga conversación, toda la trama de la película, con un llanto atravesado en la garganta de la emoción que le produce la historia de unos enamorados. Ella, una mujer inglesa, que vuelve a Verona a buscar al amor de su vida un italiano que conoció cuando era una jovencita y él también.

La casa que supuestamente habitó Julieta en aquellas épocas, tiene un mítico balcón en el primer piso y da a la callejuela estrecha, donde Romeo se ocultaba para espiarla. Hoy hay una estatua de bronce de Julieta al pie de ese balcón, para deleite de los turistas que llegan por miles a Verona en verano.

Lo que La Brenda no sabe, y no tiene porque saberlo, es que hay una nueva tradición que consiste en que las mujeres enamoradas que visitan Verona, escriben cartas dirigidas a Julieta y las depositan en el alto muro de piedra de su casa, pegadas con cinta adhesiva, esperando una respuesta a sus misivas. Diariamente, se dejan pegadas en el muro unas ciento cincuentas cartitas de amor. la cuales son recogidas todas las tardes por un grupo de mujeres que dan respuestas a las mujeres que viven y sufren el amor romántico.

Yo le había contado a La Brenda, una experiencia similar que observé en Roma en aquellos años cuando vivía en el Trastevere, me di cuenta que los jóvenes, principalmente las chicas habían tomado un puente sobre el río Tíber, para colocar pequeños candados metálicos, en cantidades industriales para simbolizar su amor a la pareja amada; los barandales de hierro forjado de ese famoso puente lucián impresionantes con tal cantidad de candaditos cerrados, que las autoridades romanas respetaban. El origen de esa costumbre reciente, tenía que ver con una novela en la cual los amantes jóvenes, protagonistas de esa novela, se juraron amor eterno, simbolizandólo con un candado que colocaron juntos en ese puente.

Volviendo a La Brenda, me cuenta que la dama inglesa acompañada de su nieto, enmprende la aventura de encontrar a su viejo prometido de la adolescencia, para lo cual indagan elposible paradero del tal Luciano barbieri, del cual hay unos cuarenta señores que llevan ese nombre en la región de la Toscana. Había que ir descartando uno a uno, hasta llegar al verdadero principe italiano, el sueño de la dama inglesa.

La película, dice La Brenda, transcurre en esa bella región del norte de Italia, que en alguna época fue romana, luego austriaca, y posteriormente dominio de Milán. Eso no me lo comenta La Brenda, eso lo digo yo.

El caso, es que la dama inglesa y su nieto, recorren toda esa región de buenos vinos y olivares, buscando al verdadero Luciano, aquel chico de ojos azules y mirada penetrante, que ella recordaba vagamente. Habían pasado largos cincuenta años.

La dama inglesa estaba decidida a jugarse la vida por encontrar al amor juvenil, dice La Brenda, entre sollozos.

Casi al finmal del largo recorrido por la Toscana, la dama inglesa pierde la esperanza de hallar a su, ahora, viejo enamorado. Cuando por fin llegan a un rancho vitivinícola de lujo, y ella ve a un joven identíco a su Luciano, el de sus sueños, le pregunta ¿tú eres Luciano? Sí, afirma el joven, pero evidentemente se trataba del nieto de aquel otro Luciano. El parecido era asombroso.

Alñ fin aparece montado en un brioso corcel negro, el tal Luciano, viejo, guapetón, barba cana, cerrada y una elegancia en el vestir, como si fuera modelo de Versacce.
Se apea del caballo y se dirige a la dama inglesa y le pregunta: ¿Tú eres Claire? Sí responde ella, viéndolo a los ojos, ambos lloran de la emoción y se abrazan tiernamente.

Me dice la Brenda, negrito lindo, no me lo vas a creer: ellos planean una boda, ya que ambos eran viudos recientes. ¿No te emociona esto, mi amor? ¿No te parece que bien podría ser nuestra historia más adelante?

Me preocupa La Brenda y sus ocurrencias. ¿Pensará acaso que su José Ignacio Urquiola se le morirá en sus brazos muy pronto, o qué? Es un viudo, pero por lo que ella me cuenta el hombre está fuerte y sano. Ella ya logró que le hicieran varios chequeos médicos (colesterol, corazón, trigliceridos, sida, herpes, diabetes, etcétera). La Brenda es una mujer sumamente precavida, inclusive ya tiene varios seguros de vida a su nombre.

No hay duda "Cartas a Julieta", es una película que conmovió fuertemente a La Brenda, ella tan dura y tierna a la vez. Ahora sí le pegó la emoción, porque casi el cine no le agrada, siempre que ibamos juntos se ponía a dormir plácidamente, hasta roncaba, después de despacharse sus palomitas y su Coca Cola. Antes de caer en un sueño profundo, me alcanzaba a decir: "negrito lindo, luego me la cuentas, plis".

Me preocupa demasiado el aburrimiento que le embarga a La Brenda, porque ella es una mujer de acción, y medio me insinuó que quiere venir a Guatemala, por una razón antropológica, según ella. Esta fascinada con las "profesías Mayas" y el anuncio que en el año 2012 el mundo se acabará según lo pronosticaron los antiguos habitantes de Guatemala. "Negrito, vives en una tierra de sabios y magos, yo quiero conocer allá."

Le digo en broma a La Brenda: "los mayas de Guatemala se la pasan de shopping en los Malls, ya nadie quema copal ni sacrifican gallinas y riegan con sangre las piedras antiguas."

No me importa, yo quiero verte antes de casarme con el tal José Ingnacio Urquiola, sentir lo de la señora inglesa de la película, al encontrar a su viejo amor.

Ah, qué joder de La Brenda con esa historia de vernos antes de casarse.

Yo paso...

Un hombre valiente y arrojado.

No cualquiera busca ser un soldado mercenario en cualquier parte del mundo donde haya guerra. Pero resulta que a James Rodríguez si le encanta pelear, inclusive, cuerpo a cuerpo, si es necesario, a bayoneta calada. James sabe mucho de geografía, ya que se dedica a estudiar a fondo los mapas de Europa, Asia y África, donde hay conflictos armados casi siempre. En todos los países que tienen guerras civiles, se requieren los servicios profesionales de los mercenarios, esos guerreros que pelean por una buena paga, nunca por servir a ese país, desinteresadamente.

James estuvo alistado en el Ejército de los Estados Unidos, es hijo de padres mexicanos, residentes en California, en esa condición sirvió en Irak, Kuwait, Afganistan. Y por su cuenta, se enroló como jefe de unidad en el Ejército de Mozambique, también en el de Angola y Etiopía.

Ha matado en combate a cientos de "enemigos", gracias a su destreza en el manejo de la ametralladora Remington, la más mortífera de esa clase de arma de repetición, cien disparos por segundo.

James sabe pilotear helicópteros artillados y es un consumado paracaidista también.

Durante el gobierno de George W. Bush, hijo, fue condecorado por sus méritos militares en defensa de los intereses de Estados Unidos, en Medio Oriente.

A sus amigos civiles les impresiona mucho escuchar los relatos vivenciales de James, en su ya larga carrera militar y de mercenario.

Hoy se encuentra en Colombia como parte del contingente militar estadunidense, que a instalado algunas bases en plena selva, cercanas a los campamentos de las FARC. A James le fascina la idea de los combates, pero no ha tenido la oportunidad de entrar en acción. El desearía ser contratado por los Paramilitares colombianos, quienes poseen ejércitos privados que imponen su ley en grandes territorios de la selva colombiana. Hay más acción con los Paramilitares, ellos arrasan poblados campesinos, se roban el ganado y secuestran personas por las cuales piden cuantiosos rescates económicos.

James es un hombre tosco de modales, fuerte, musculoso; mide un metro ochenta de estatura y pesa más de cien kilos. Es un hombrón en cualquier parte del planeta donde se pare.

Siempre viste indumentaria militar, botas de combate y ropa camuflada para combatir en la selva.

James habla con voz tronante, para que sepan todos que él está hablando. Se ríe estrepitosamente y fuma tres o cuatro cajetillas de Malboro al día.

Estaba sentado con sus amigos en la cantina "El León de Oro", celebrando que tenía dos meses de licencia para viajar a visitar a su familia en México, y celebraba su éxito como soldado: buena paga y muchos privilegios en la base de Colombia.

Enmedio de la gran comilona, James que come desaforadamente enormes cantidades de carne y bebe como cosaco cualquier bebida embriagante, no pierde la compostura, jamás; le suena el teléfono celular con las dulces notas de "Bésame mucho", James contesta, sabe perfectamente que quien le llama es Teresita, su esposa mexicana.

Teresita, que así está registrada en su acta de nacimiento, también es mexico-norteamericana, de Texas, sabe que su marido es un militar en toda la extensión de la palabra, por eso ella le grita y le dá órdenes. Todos los amigos de james escucharon los gritos desafinados de Teresita:

"Cabrón, te necesito ahora mismo en la casa".
"No acepto excusas de ninguna clase, te vienes de inmediato o voy por ti"
"Te largaste con tus amigos y no me dejaste nada de "money", necesito "money", pero ya. ¿Entendiste?"

Al escuchar la voz de Teresita, al hombrón se le puso lívida la cara, empezó a sudar copiosamente y se le trababa la lengua al hablar.

James, solamente atinó a decirle: "Lo que tu me digas mi vida, ya voy, no te enojes conmigo, plis".

El guerrero temible, salió corriendo de la cantina a buscar un taxi que lo condujera de inmediato a su casa, donde Teresita lo esperaba ansiosamente.

domingo, 29 de agosto de 2010

Preguntas profundas.

Es una especie de asamblea de hombres sólos, son 33, y se preguntan muchas cosas fundamentales acerca de la vida y de la muerte.

¿Quiénes de ustedes tienen miedo de morir? Silencio absoluto.

¿Por qué a nosotros nos sucede esta calamidad? Silencio absoluto.

Yo creo que dios no existe, ¿ustedes qué piensan? Silencio absoluto.

Yo siento que me ahogo, me falta el aire para respirar, ¿ustedes no sienten lo mismo que yo? Silencio absoluto.

Yo quiero estar en otro sitio, no aquí, ¿ustedes también? Silencio absoluto.

Creo que he perdido la fe, aunque nunca fui un hombre de fe, ¿ustedes no han perdido la fe? Silencio absoluto.

Yo tengo hambre, mucha hambre, ¿ustedes no? Silencio absoluto.

Yo quiero llorar de impotencia y de rabia, ¿cómo es posible que esto nos ocurra a nosotros? Silencio absoluto.

En esta gran oscuridad, me puedo imaginar que así será el fin del mundo, ¿ustedes no? silencio absoluto.

Tengo mucha sed, quiero beberme un río completo, ¿ustedes no? Silencio absoluto.

Quiero ver a mi mujer y a mis hijos, ¿ustedes no? Se oyó un coro en voz baja, si, si, si, si, si, si, si, si, si, si, si...

Estas son las preguntas que se siguen haciendo todos los días, 33 mineros chilenos sepultados en el fondo de una mina de oro, a 700 metros de profundidad, y que saldrán a la superficie hasta la navidad.

Oremos por ellos.

Los Salguero, una familia como tantas.

Yo estoy orgulloso de mi apellido Salguero, me parece que es de origen gallego, y en Guatemala somos muchos parientes que vivimos por el Oriente del país.
Mi tío Filomeno Salguero, que en paz descanse, pudo formar un batallón de soldados, casi todos parientes suyos, que fue reclutando por Zacapa, Jutiapa, Jalapa y Santa Rosa, para formar el “Ejército de Liberación Nacional”, que ayudó al coronel Carlos Castillo Armas a combatir el comunismo, allá por 1954.

Los Salguero somos campesinos y ganaderos, en su gran mayoría. Aunque debó reconocer que hay algunos parientes que se han dedicado al comercio en general.
Mención aparte, merecen aquellos Salguero que están en las filas de la Policía Civil Nacional, y ,otros, en el glorioso Ejército chapín.

Como somos gente brava, valientes, y no le tenemos miedo a nada ni a nadie, ahora mis parientes son contratados como seguridad personal de las familias adineradas de Guatemala, después de haber sido dados de baja de las corporaciones policiacas y militares. Seguimos aferrados a las armas de fuego, nos encanta el olor a pólvora y la adrenalina que produce traer en el cincho una escuadra o un revólver automático.
Yo, por poner un caso, desde que era un niño de unos siete u ocho años, mi papá me dio una pistola y diez balas para que empezara a practicar el tiro al blanco. En el patio de mi casa, al fondo, puse varias botellas de vidrio en fila, y las rompí todas a pura bala.

Y así son mis primos también, los de Cuilapa y los de Jutiapa, patojos buenos para las armas, también mis primas saben disparar al cuerpo.
Yo estoy orgulloso de mi familia de la cual provengo, me enseñaron a trabajar y a ser valiente, y además todos los Salguero nos ayudamos cada vez que podemos y nos piden auxilio económico o les quitamos del camino a alguien estorboso.
A mi me busca mucho la familia porque he podido progresar, sin decir que soy muy rico. Es cierto que acabo de comprar un caballo de pura sangre, que me costó trescientos mil dólares en efectivo. Pero vale la pena, le tengo entrenador y veterinario, y lo saco a pasear a las ferias de las ciudades de Oriente, acabo de estar en la feria anual de Barberena, y otros compas también, traían buenos caballos de raza. Es como un concurso de belleza, pero de animales.

Mi negocio tiene que ver México. Hace algunos años, me vinieron a visitar unos rancheros de allá, del norte de México, creo que de Chihuahua, quienes me propusieron un bonito negocio.
Tengo una finca ganadera, grande, con buenos pastizales y tengo ganado de engorda tipo cebú, que vendo a los rastros mexicanos de la frontera, en canal.
Mi finca “El Porvenir” está situada a unos pocos kilómetros de la frontera de Guatemala con Honduras. Está medio escondida, entre las montañas. No sé cómo estos rancheros mexicanos me localizaron y me dijeron que si quería entrarle a un buen negocio, rentable, sin hacer nada. La oferta era tentadora: ganar plata y no tener que hacer nada, ¡! pues genial ¡¡

Les dije: “yo soy Alfonso Salguero y estoy a sus órdenes. En qué puedo servirles”. Ellos, me pusieron enfrente de mí, un portafolio negro retacado de billetes de cien dólares. Y, se fueron, no sin antes decirme que necesitaba que les adaptara una pequeña pista para avionetas, con luces a lo largo de la pista de setecientos metros. Todo ese trabajo había que tenerlo listo para dentro de quince días.
Llamé a todos mis primos de la región para que me echaran una mano en ese proyecto. Acudieron muchos de ellos, que estaban desempleados y que solo sabían matar.
En quince días teníamos preparada la pista para las avionetas de los mexicanos, con sus luces azules a lo largo de la pista, eso sí intermitentes. Conseguí un trascabo y una aplanadora con un compadre de Esquipulas, quien me hizo un precio de risa por el alquiler de la maquinaria por una semana.

Los vuelos nocturnos de las avionetas se hicieron muy frecuentes en mi finca, apenas aterrizaban, descargaban los bultos, bien empaquetados, calculo yo como de una tonelada en total. Y, luego se iban de inmediato. Al día siguiente un tráiler de grandes dimensiones, refrigerado, cargado con bananos, colocaba la mercancía en un doble fondo, y se iban.

Los pagos en dólares que yo recibía cada mes, superaban mis expectativas de ganadero próspero de esa región. Me estaba volviendo loco de tanto dinero en efectivo del cual podía disponer de inmediato.

Yo no preguntaba nada a los mexicanos que me frecuentaban con el dinero cada cierto tiempo. Simplemente, me llamaba la atención que los primeros vuelos eran de pequeños aviones, después siguieron vuelos de aeronaves un poco más grandes pero que eran capaces de aterrizar en pistas cortas. Yo, como si soy previsor, alargué cuatrocientos metros más la pista y la iluminación. Y los mexicanos me lo agradecieron infinitamente, con más dólares por supuesto.

Nunca ví a los pilotos de las aeronaves, aterrizaban, y yo ya tenía lista mi gente para descargar los bultos, y enseguida levantaban el vuelo rumbo al sur.
Así llevo ya varios años de ayudar a mis amigos mexicanos, simplemente dejándolos aterrizar sus aviones en mi finca, y yo ya logré juntar varios millones de dólares.
Mi familia, mi esposa y mis hijas, están muy orgullosas de mi, les doy todo lo que necesitan para vivir felices. Pero casi no las veo porque mi trabajo es muy demandante, casi todas las noches llegan los aviones a la finca, y yo soy el responsable de que nada falle.

Mi hija mayor, Jessica Salguero Salguero, se apellida doblemente Salguero porque me casé con mi prima Concepción Salguero, quien me regaló tres princesas maravillosas: la Jessica, la Nancy y la Shirley. Pues, mi princesita Jessica cumple quince años, y quiero hacerle una fiesta inolvidable.

La Jessica quiere que le traiga a su fiesta de quince años, a Vicente Fernández, el papá de Alejandro “el potrillo”, pero mis amigos mexicanos dicen que ya tiene compromisos para esas fechas de la fiesta de mi chiquita linda. De cualquier modo, ya contraté al Mariachi Várgas de Tecalitlán, Jalisco, a un ballet folklórico, un mago, un cómico, y a un par de jovencitos cantantes que salen en la televisión de allá. Solo el elenco artístico lo integran más de cuarenta personas de México, más los técnicos e ingenieros de sonido e iluminadores.

Mi hija se merece eso y más.

Saben cómo llegarán a la fiesta? Pues, directamente volaran a la finca, y de ahí los trasladarán hacia Jutiapa en varios autobuses de lujo que renté, que hasta tiene baños sanitarios, televisión, café y galletas.
La fiesta tendrá lugar en mi casa de Jalapa, la cual ya se acondicionó para recibir a los quinientos invitados, que mi hija y mi esposa seleccionaron desde hace un año. Muchos son parientes nuestros, pero otros son amigos y amigas de mis hijas.
Estos eventos necesitan ser planeados por profesionales, así fue como dimos con una empresa mexicana que nos recomendaron los rancheros de Chihuahua, y toda está cuidado al detalle.

El banquete se contrató en la ciudad de Guatemala, ya tuvimos varias degustaciones, de las que mi esposa se hizo cargo, junto con mi madre y mi suegra. Los vinos y la champaña ya están en la cava que construí recientemente. Pero como mi familia bebe cerveza Gallo, ya contraté el servicio de barriles al por mayor, los buenos vinos y el tequila será para brindar con los amigos mexicanos que ya ofrecieron asistir a la fiesta de mi niña.

Toda la fiesta se llevará a cabo en los jardines de mi casa, no quiero que los invitados entren a la casa, ni siquiera a los baños, porque ya tendrán servicios sanitarios en el extremo del jardín. Tengo muchas cosas de valor en las salas y en las habitaciones.

El helipuerto está acondicionado, así como un parqueo techado para más de cien automóviles, con sus respectivos “valet parking” para acomodar los autos en forma ordenada.

Hoy están mis hijas con mi esposa en Nueva York de compras, quieren impresionar a los invitados con la ropa de moda en Estados Unidos.
Mi preocupación es la siguiente, y no soy paranoico ni mucho menos, pero ando con chaleco antibalas por la inseguridad en Guatemala, ya ven ustedes cómo anda suelta la delincuencia; pero últimamente la policía guatemalteca y el Ejército han circulado muy cerca de mi fina “El Porvenir”, haciendo preguntas a mi gente sobre las actividades que realizo y queriendo saber mi paradero.

La fiesta de los quince años de mi princesita, es una ocasión propicia para que me tiendan una trampa y me quieran atrapar, a mí y a mis amigos mexicanos, por eso hemos decidido no aparecernos por ahí ese día, y que me perdone mi princesita linda porque su papi no estará con ella bailando el vals, que tantas veces ensayamos en la finca.

Los Salguero somos una familia guatemalteca como tantas otras…

sábado, 28 de agosto de 2010

La guerrilla sin fusil.

En aquellos gloriosos años de la universidad, cuando éramos jóvenes y bellos, llenos de ideales; cuando queriamos cambiar al mundo sin cambiar nosotros, tomamos el camino de la guerra de guerrillas.

Ya habíamos cursado varios talleres de reflexión sobre "El Capital", esta actividad era extracurricular, porque todos cursabamos la carrera de antropología o sociología, para comprender a la sociedad explotadora de la clase obrera.

Llegó septiembre, época de vacaciones en la UNAM, así que decidimos emprender la aventura guerrillera inspirados en "El Che", y con las lecturas ya digeridas de las Obras completas de Carlos Marx, eso nos inspiraba valor y enjundia, teníamos, pues, ya el marco teórico para la lucha cuerpo a cuerpo.

Nos juntamos doce compañeros, seis hombres y seis mujeres, tal como fue el grupo que desembarcó en Cuba al mando de Fidel, fue también nuestra motivación y ejemplo a seguir.

Todos compramos mochilas y botas, además de cantimploras, y ropa de camuflaje, y navajas suizas, esas color rojo, con destapador y abrelatas. Nos surtimos en una tienda para Boys Scouts, que se localiza en la esquina de las calles de Córdoba y Durango, en la colonia Roma. Ya que nos habíamos abastecido de todo lo necesario, en cuanto a equipo de montaña, faltaba adquirir los boletos de autobús para viajar al estado de Chiapas.

Nos fuimos en grupo a la terminal de la TAPO, donde abordamos un bús de la línea Cristobal Colón, que nos depositó en San Cristobal de Las Casas, veinticuatros horas después. Nos tardamos más de la cuenta, porque en una curva del camino se nos atravesó un burro y el bús no alcanzó a frenar, y el burro terminó despanzurrado a un costado de la carretera. Fue el susto del impacto del burro sobre el parabrisas, lo que nos despertó a todos.

Llegamos a San Cristobal muy de mañana, todos llevabamos puestos nuestras chamarras con forro de borrega por dentro, pero aun así el frío nos hacía doler todos los huesos.

Nuestro grupo era dirigido tácticamente por el Comandante "cero a la izquierda" o Comandante "Perisur", porque él todo su equipo de campo lo adquirió en el Palacio de Hierro de Perisur.

Había un solo comandante general y el resto eramos vil tropa.

Mis compañeras cargaban unas mochilas pesadísimas, porque no pudieron prescidir de los artículos de belleza y de varios pares de zapatos. Porque la consigna era que todos cargaban sus objetos personales, pesaran lo que pesaran.

Llevabamos un mapa de carreteras del Estado de Chiapas, un poco antiguo, no aparecían los caminos nuevos. La idea era caminar hasta la zona lacandona, por la montaña caminando en línea recta, unos setenta kilómetros al sur de San Cristobal.

Todos cargabamos alimentos enlatados y unas cuantas botellas de agua mineral. Después de un día de largas caminatas por la montaña, entre veredas lodosas y vegetación tupida, llegamos a una aldea de campesinos indígenas, quienes nos recibieron con desconfianza y temor. Pese a todo, nos prestaron un rancho con piso de tierra donde acomodamos los sacos de dormir, esos que parecían sarcáfagos egipcios, y nos dispusimos a dormir. La noche fue inquietante por tantos zancudos y ruidos extraños en las afueras del rancho.

A la mañana siguiente, emprendimos de nuevo la marcha y alcanzamos a beber un café hecho de maíz y garbanzo que sabía a gloria, comimos unas tortillas duras y a seguir andando.

El calor empezó a hacer estragos en el grupo, así que en el primer arroyuelo que nos encontramos nos dispusimos a beber agua como animalitos del bosque. Kilómetros adelante, la diarrea hizo que algunos compañeros se rezagaran, porque las deposiciones eran intermitentes.

Llegó la noche, y ni un poblado cercano a la vista. Dormimos en plena selva bajo unas ramas improvisadas como techo. La mayoría de nosotros llorabamos de dolor de pies, y hambre y de sed. De nada nos sirvió haber leído "El Capital".

Después de largos cuatro días andando por la selva chiapaneca sin rumbo fijo, sin haber encontrado ni un alma a quien indoctrinar sobre la lucha de clases, decidimos que lo mejor era retornar a nuestros hogares y nos olvidaramos de combatir al sistema capitalista e imperialista.

Por casualidad nos aproximamos a un camino de terracería, por donde se escuchaba que venía un camión de carga. Al que detuvimos y obligamos que nos llevara a la civilización. Las compañeras protestaban porque no se habían podido bañar desde que salieron de México, en cambio los hombres protestabamos por no conseguir cigarros ni cervezas frías.

Las compañeras se deshicieron de la mayor parte de su equipaje, zapatos, blusas, playeras, trajes de baño, cosméticos. La desesperación por salir de esa zona era muy grande.

Por cierto, nunca usamos los seudónimos que habíamos escogido para cada uno en aquella reunión en el Samborn´s de Madero. Se nos olvidó cuales eras esos alias guerrilleros.

Al llegar a San Cristobal, nos alojamos en una pensión para estudiantes pobres, al menos para darnos un regaderazo y proseguir el retorno a casa. Por cierto, las armas que ibamos a adquirir con los contrabandistas de madera de esa región, nunca las pudimos ver, ni a los contrabandistas de madera.

Ya todos sentaditos en nuestros asientos del bús Cristobal Colón, el comandante "cero a la izquierda", nos quiso echar un discurso sobre la lucha de clases y la incorporación del proletariado a la guerra de guerrillas, cuando ya todos dormíamos plácidamente, soñando con volver a ver a nuestros cuates y a nuestras madres adoradas.

Esta es la historia verdadera de la primera guerrilla, de las postrimerías del siglo XX, que jamás entró en combate, solamente con los moscos y abejorros.

Hoy cuendo nos reunimos a rememorar aquella hazaña de intrépidos estudiantes universitarios, llegamos a la conclusión que lo único que había podido matarnos a todos en Chiapas, era la diarrea.

Nos reímos mucho de nuestra aventura estúpida,y hasta la fecha padecemos de malestares estomacales. !!Vaya revolución, la del ...estómago¡¡

viernes, 27 de agosto de 2010

La Brenda en Ibiza de vacaciones.

Con La Brenda todo está claro y transparente, ya le comentó a su prometido José Ignacio Urquiola, que tuvo un amante chapín, a quien todavía recuerda con cariño y tremendo afecto. Pepe-Nacho, no dijo nada al respecto del amante guatemalteco, él quiere complacer en todo a su amada, ¿nuestra amada?, La Brenda.

El hombre enamorado calla su verdadero sentimiento, de aquello que le provoca celos y desesperación incontenibles, él quisiera que La Brenda hubiera nacido a la vida en el momento en que el la conoció y que no tuviera pasado, ni historia.

Pero, si algo tiene de bello La Brenda es su sinceridad a todas luces, siempre dice la verdad aunque le duela al otro. Cuando conoció a José Ignacio en Madrid el año pasado, y tuvo una semana de aventura sexual con él, se lo comentó a su amante guatemalteco. Esperando que él lo comprendiera y que no la juzgaría con severidad por ese desliz de verano.

Lo que sí nunca se imaginó La Brenda fue que esa aventura concluiría en matrimonio, aunque tenía el vestido de novia en su poder, que su prometido le había comprado en Paris, para asegurarse que ella aceptaría la propuesta matrimonial del rico industrial vasco.

En esta semana, le escribe una larga misiva La Brenda a su amante guatemalteco, para contarle que se encuentra en la Isla de Ibiza de vacaciones con las hijas de su prometido, la Irene y la Josefa, quienes la adoran por haberle dado tanta felicidad a su padre.

Es una estancia maravillosa para relajarse y estar lista para la próxima boda el día 15 de septiembre del 2010, sí, el mero día de la Independencia de México. La Brenda no pierde el tiempo durmiendo, lleva ocho días durmiendo tres horas nada más, se revienta todas las noches en las dicotecas de moda de la siempre alegre Ibiza, acompañada de las hijas de José Ignacio, quienes no le aguantan el paso febril de parreandear de ella. Es posible que la cuerda infinita que trae La Brenda ahora, sea el resultado de una crisis de su bipolaridad, en la fase maniaca. Además, le confesó a su amante guatemalteco que no está tomando sus medicamentos para controlar sus accesos de manía, así que es posible que pierda los estribos y haga demasiadas locuras, como la de bailar casi desnuda en esas fiestas donde llenan el salón de baile de espuma de jabón y todos terminan empapados y con las camisetas mojadas. A ella eso le fascina.

Así puede lucir su fina, y diminuta, lencería francesa. Le gusta lucir su cuerpo escultural, todo natural, sin intervención de la cirugía plástica. Y qué mejor ocasión que la de estar en Ibiza, la isla de la fantasía y el desmadre sin límites.

Las hijas de su prometido, ya le dijeron a La Brenda que ellas la acompañarán a Móncaco y a Cannes para buscar emociones fuertes en las discotecas de esos sitios. Al fin que su padre es un hombre liberal y permisivo con ellas, por qué no hacerlo también con su futura mujer.

Con algunos tragos encima, La Brenda tomó el celular desde el crucero que la trae de regreso de Ibiza a Barcelona, para comunicarse con su amante guatemalteco y decirle enmedio de su euforia, que lo ama y que en realidad el hombre de su vida es su "negrito adorado". Y que José Ignacio es un buen hombre, al que habría que conocer para calibrar su bondad y su generosidad.

Insiste en que su amante guatemalteco vaya a la boda y atestigue el acto de entrega de una mujer al hombre que sí aceptó casarse por la iglesia y sacarla de blanco, como siempre lo soñó.

El que tanto José Ignacio, como su amante guatemalteco, sean hombres mayores, maduros, dejan ver en La Brenda esa ausencia del padre que tanto anheló durante su infancia y adolescencia.

José Ignacio, como viudo, puede desempeñar mejor ese papel de "padre sustituto", al amante guatemalteco se le complica mucho jugar ese rol de papá de una mujer mayor.

finalmente, La brenda quiere tener algo que represente a Guatemala en su boda, por eso encargó la compra de textiles multicolores de Chichicastenango, para adornar el salón de la fiesta y las mesas con esos manteles y servilletas típicas, adornadas con quetzales y figuras humanas.

Mandó un cheque por valor de tres mil Euros para la compra y envío de esos objetos chapines hasta Vitoria, España, por medio de Federal Express.

Junto al cheque de tres mil Euros, adjuntó La Brenda un boleto redondo por Ibera, Guatemala, Madrid, Guatemala, a nombre de su amado chapín. Faltan solamente quince días para la tal magna celebración de la boda de La Brenda, sus amigas íntimas sí asistirán, porque ella pidió que fueran sus damas y se vistieran iguales, les pidió que el vestido fuera estraples en color turquesa, y ellas aceptaron encantadas.

Todo está planeado minuciosamente, la decoración de la iglesia a cargo de sus hijastras, así como la música también, que habrá de ser interpretada por el famoso tenor mexicano David Ivker. Y luego un pequeño concierto de clavecín, ejecutado por la maestra Claudine Romero.

El banquete será para quinientos invitados y el menú ya pasó la prueba de degustación, por parte de las hijastras y de la propia Brenda, quienes aceptaron complacidas los platillos escogidos y los vinos españoles de La Rioja.

El traje de novia es divino, costó una fortuna, y fue diseñado por la casa francesa de Cocó Chanel.

El asunto está a punto de concluir de manera maravillosa, salvo que La Brenda insiste en que su amante guatemalteco esté presente, a la distancia, como una manera de avalar esa unión conyugal.

El amante guatemalteco, aguarda cautelosamente que algo ocurra de aquí al 15 de septiembre, para tomar una decisión. Todo puede suceder, tratándose de La Brenda.

Con el corazón estrujado el amante guatemalteco, despierta todas las noches, bañado en sudor, por las pesadillas que lo asaltan en la madrugada.

La pesadilla consiste en que La Brenda no entra a la iglesia y deja plantado a José Ignacio, y a los quinientos invitados, para salir despavorida al aeropuerto y tomar un avión con destino incierto...

Eso sí, vestida de novia...

jueves, 26 de agosto de 2010

Mirada de lince.

Todas las personas en el mundo se parecen a un animal, eso afirmaba aquel viejo profesor de zoología que tuvo Manuel en la Facultad de Biología de la UNAM, esa frase contundente de su amado profesor lo ha perseguido toda la vida como si fuera un mantra budista.

Manuel, cuando escuchó en su clase de zoología comparada, que las personas tenían caras de animales, el de inmediato buscó el animal que más se identificara con él, con su rostro. Por eso encontró gran similitud entre él y el lince, ese felino que nada más habita en España, en condiciones de extinción como especie, y que algunos desean proteger de los depredadores humanos.

Pero Manuel, que en efecto tenía en su rostro rasgos felinos, aparte de sus ojos verdes y sus orejas puntiagudas y su bigotito ralo, sentía que su mirada era de lince, sin duda alguna.

No se le escapaba el más mínimo detalle de las personas, a las que observaba larga y detenidamente. Manuel se graduó con honores en la Facultad de Biología, pero no tuvo suerte en la cuestión del empleo en su profesión, lo único que pudo conseguir fue ser el encargado de producción en la fábrica de pan BIMBO, donde se dedicaba a catalogar las cientos de toneladas de huevo de desecho que esa empresa utiliza en la
elaboración de sus panes y galletas. Manuel, simplemente observaba con su mirada de lince, los cientos de cajas de huevo podrido que serían batidos minutos después en las enormes batidoras mecánicas.

Su encargo en BIMBO era simplemente vigilar que esas toneladas de huevo podrido no tuvieran un grado mayor de descomposición que afectara el producto final, era pues una destreza de vista y de olfato que Manuel desarrolló.

Pero al cumplir la faena diaria, Manuel se encaminaba de inmediato al restaurante VIP'S, que se localiza en las calles de Niza, en la Zona Rosa, donde le habían comentado sus compañeros de trabajo, se daban cita una gran cantidad de mujeres en búsqueda de aventuras amorosas, fugaces y sin compromisos. El chiste, le dijeron, es que debes fijarte bien quienes de ellas arden de deseo sexual, y eso lo puedes observar en su frente, y seguro te la llevas a la cama de inmediato.

La instrucción a Manuel, que era un biólogo muy tímido, que nunca había tenido contacto con mujeres, más que con su madre, era que "leyera" en la frente de todas las mujeres que llegan al VIP´S, esa visible letra "D" en la frente, letra que significa "D"isponible.

La mirada de lince de Manuel no le alcanzaba para leer esa dichosa letra "D", en ninguna frente de nadie. Por más que invertía algunos minutos en esa aguda observación, incluso se jalaba los ojos como japonés, para ver si así notaba mejor la famosa letra "D", no había modo. El se desesperaba porque se sentía un lince de verdad, aunque no viera nada "escrito" en las frentes de las mujeres, de lo que sus compañeros le dijeron.

Manuel iba todos los días al VIP´S de la calle de Niza, y se estaba largas horas en plena observación y consumiendo tantas tazas de café, que más tiempo se la pasaba en los sanitarios orinando lo que su vegija almacenaba, que en la barra del restaurante. Las meseras ya lo conocían de sobra, consumía sólo cafe y unos molletes, que son la cena de los estudiantes pobres.

A las once de la noche, después de permanecer cuatro horas sentado en la barra, haciendo observaciones de todas las mujeres que entraban al restaurante, sacaba el teléfono móvil para reportarse con su santa madre, y decirle con voz de hombre serio que estaba todavía trabajando en la planta de BIMBO.

Después de largos meses el lince que se creía Manuel, encontró su presa, su trofeo de caza.

Vio de lejos a una estupenda rubia, sentada con una amiga en una mesa cercana a la barra, donde solía Manuel instalar su puesto de observación de las frentes de todas las mujeres.

Ahora si vio claramente la "D" en la frente de la rubia, es más ella le sonreía todo el tiempo de manera abierta y provocativa, no cabía la menor duda esas miradas y esas sonrisas iban dirigidas para él. Al principio él dudaba, que la rubia lo mirara a él, pensaba que había alguien detrás que ateraía las miradas y sonrisas de la rubia despampanante. No. El era el sujeto de las miradas voluptuosas de la rubia enigmática, pero que si traía escrita la letra "D", ni duda cabía.

Manuel se puso nervioso y tuvo que hacer varias visitas al baño para tirar el miedo, en forma de orina, y se repetía: "Le gusto a la rubia, le gusto a la rubia". Cuando volvió a la barra, la rubia seguía ahí, pero sola, la amiga ya no estaba.

La rubia sin palabras se acercó a Manuel y le puso una mano en el hombro, y con disimulo le echó el aliento en su nuca, con una especie de jadero cachondo, situación que provocó en Manuel un cierto mareo y una leve erección. La rubia depositó amorosamente un papelito en la mano derecha de Manuel. Y le indicó la salida, con un gesto de su mano izquierda y su dedo índice señalando la puerta más cercana.

En el papelito estaba escrito el nombre de un hotel de paso que se localiza en la calle de Campeche en la colonia Roma, muy próxima a la Zona Rosa. Manuel se subió a su auto nuevo, y se lanzó gozoso al hotel indicado, tenía miedo pero muchas ganas de follar, nunca lo había hecho, era más bien un puñetero profesional.

Al llegar al hotel, el encargado le indicó a Manuel que la rubia estaba en la habitación 304 y que ya lo estaba esperando. Manuel subió despacio los treinta y cuatro escalones que separaban el primer piso del tercero, el corazón galopaba a toda velocidad.

Manuel no podía dar crédito a su atractivo sexual con las rubias, decía: "!Es que nunca me había sucedido algo así". Mientras escalaba rumbo al tercer piso y llegaba a la habitación donde la rubia esperaba, Manuel le habló a mami por el móvil y le indicó que le había tocado hacer guardia nocturna en la planta de BIMBO.

Llegó por fin a la puerta de la habitación 304, no tuvo ocasión de tocar, estaba entreabierta, él solo veía en la penumbra un bulto en la cama, cubierto con una sábana blanca, se adivinaban las curvas femeninas de la rubia, al poco tiempo de estar en la habitación pudo percibir los largos cabellos rubios sobre la almohada, eso lo tranquilizó mucho, sí era ella.

El pénsó, "ella no habla, se hace la interesante y eso me excita demasiado."

Manuel se desnudó por completo, y de nuevo fue al baño se moría de ganas de orinar, claro despues´de diez tazas de café, quién no. Regresó al cuarto oscuro, se metió dentro de las sábanas y comenzó como un verdadero felino a ronronear de placer, parecía un gato de Angora.

Acarició a la rubia en toda su geografía corporal, subió, bajó, descansó sobre ella, la besó en los labios tiernamente, ya sentía que la quería tanto que se le ocurrió pensar, en que lo mejor sería ofrecerle matrimonio a la mañana siguiente.

Despues de una noche tormentosa de Manuel con la rubia, ella se dedicó a realizarle varias felaciones estupendas que llevaron a la gloria a Manuel, varias veces.

Al amanecer, Manuel despertó sobresaltado, no podía creer que existiera tanta dicha en su corazón.

Al voltear hacia el sitio que la rubia ocupó toda la noche, Manuel encontró la peluca rubia sobre la almohada, y un vago olor a su perfume. Ella estaba en la ducha, cantando una cierta canción de Juan Gabriel, que a Manuel le gustaba mucho, "Querida".

Pero a Manuel dos cosas no le agradaron mucho. la primera es que su billetera había desaparecido con todo y sus tarjetas de crédito y la voz que salía del baño, tarareando "Queridaaaa", era una voz muy masculina, fuerte, recia, imponente...

miércoles, 25 de agosto de 2010

De amores ridículos.

En una fiesta privada en la cual homenajeaban al escritor laureado por sus triunfos literarios recientes, llegó inesperadamente un joven poeta deseoso de ser mirado por todos, que obviamente no estaba invitado a dicha reunión.

El poeta vestía modestamente un traje de azul marino, ya desgastado por el uso, y una boina española, negra. Sus anteojos eran de una época pasada, grandes y pesados, con los lentes de fondo de botella por su avanzada miopía. Sus zapatos negros hacía mucho que nadie limpiaba con cera o grasa de calzado.

El poeta, 35 años recién cumplidos, no dejaba su libro favorito por nada del mundo, siempre lo traía bajo el brazo, por si había ocasión de ponerse a leer en cualquier sitio, la obra era de Pablo Neruda, su poética inmensa.

El poeta se arrinconó en la sala de la casa y se sentó plácidamente en un silloncito estilo Luis XV, forrado de terciopelo rojo, y la madera con filos dorados.

Los meseros corrían presurosos llevando viandas y bebidas para todos los concurrentes, todos estaban contentos charlando de literatura y de los triunfos del gran escritor, dueño de la casa.

De pronto sale a escena la esposa del gran escritor, una señora de 45 años, guapa ricamente ataviada con un vestido de Chanel, vaporoso, color esmeralda fuerte. Ella entra en la gran sala, sonriendo a todo el mundo, y saludando de beso en las mejillas a hombres y mujeres que se encontraban a su paso. Su marido, satisfecho con el triunfo de hoy, sacaba el pecho como gallito de pelea, estaba orgulloso de ser quien era, y, naturalmente de su bella esposa.

En esa sala estaba reunido lo más selecto de la literatura, la creme de la creme, dirían los franceses, solo triunfadores y arrogantes escritores afiliados al sistema político dominante y usufructuarios de las jugosas becas oficiales que son vitalicias.

Al filo de la media noche, la esposa del escritor consagrado se fijó en la figura del joven poeta, e hizo una mueca que quiso decir, "y a esté, ¿quién lo invitó?" Se acercó al poeta y el poeta se quedó mudo al ver esa escultural mujer frente a su cara, no atinó más que a decir: "buenas noches, señora".

Ella le sonrió con coquetería, y le pidió que le dijera qué hacia en su casa, si no era nadie conocido en ese mundillo. Él solo balbuceó, que era admirador de su marido, el gran escritor, pero que ahora descubría que a quien en verdad admiraba era a ella. Ella se sonrojó. El siguió con su galantería de caballero de la edad media, y sin venir al caso, empezó a recitar de memoria el Poema Veinte, de Pablo Neruda, ella lo escucha con atención y con los ojos cerrados.

Horas más tarde, la fiesta no decaía en su animado estruendo que provocan las risotadas y charlas en voz alta. Suele pasar que entre escritores, nadie escucha a nadie, son en realidad largos monólogos que no tienen a ningún interlocutor. No importa ser escuchado, lo que importa es el decir lo que se les venga en gana.

El único diálogo ocurría entre el poeta y la bella esposa del escritor consagrado. La poesía fluía entre ellos de un modo natural. Se generó una especie de corriente eléctrica entre ambos, que iba más alla del embeleso del poeta, que observaba como la señora se deleitaba consu charla y la recitación de poemas de amor, de diversos autores clásicos.

Al filo de las cuatro de la madrugada, la señora esposa del escritor consagrado decide, en un arrebato de locura amorosa, largarse con el poeta a otro sitio, no sin antes redactar una nota atenta dirigida a su esposo. La nota decía: "No me esperes más, no vuelvo". El sentido era enigmático, pero lo único verdadero que ocurría en ese instante es que la señora de la casa abandonaba para siempre el hogar conyugal, arrebatada por quién sabe qué pasión interior.

El escritor consagrado no sabe qué pasó con su linda esposa y por qué esa fuga tan aparatosa, delante de todos los invitados. !!Qué bochorno¡¡

Hasta la fecha la señora de la casa jamás volvió, ni por su guardarropa y joyas.

El escritor consagrado soló alcanza a decir: "esto es rídiculo, cómo mi mujer se enamora así de golpe de un poeta menesteroso."

"Ese amor, si así se le puede llamar a esa huída, es simplemente algo ridículo".

martes, 24 de agosto de 2010

El viejo que escribía historias de amor.

Las historias de amor siempre han gustado a todo el mundo; el mundo entero está ávido de ellas.

La inspiración de este viejo escritor sobre una historia de amor, que habla de una mujer enamorada como una loca de un hombre imposible, tiene una razón de ser que la hace real, La Brenda existe como mujer adorable y enigmática, con una recia personalidad y una sed de amar sobre todas las cosas. Vive para el amor.

Las aventuras de La Brenda están reseñadas puntualmente en este blog, sus idas y venidas por todo el mundo, sus contradicciones entre ser una mujer independiente o mejor casada, su incomparable belleza física muy mexicana (ahora que el concurso de Miss Universo lo ganó una mexicana, se comprenderá mejor el atractivo visual de La Brenda.), sus arranques súbitos para ir directamente al descubrimiento de lo insospechado, sus desplantes para conquistar el amor del hombre de su vida, su infinita capacidad de sorprender a propios y a extraños, sus lealtades y sus traiciones como le ocurre a cualquier ser humano.

Hoy, La Brenda se encuentra en Vitoria, una linda ciudad del país Vasco, España, dispuesta a casarse con un hombre viudo que está perdidamente enamorado de ella. Jósé Ignacio Urquiola es el nombre de este acaudalado empresario vasco, que pondrá a los piés de La Brenda todo su patrimonio, que es bastante para que ella simplemente le alegre la vida con su presencia y sus ocurrencias sin límites.

La Brenda dejó una historia de amor pendiente con un hombre guatemalteco que conoció en México, psicoanalista él, para ir en búsqueda de la felicidad a España, que para ella consiste en ser una mujer casada y bien pertrechada económicamente hablando.

Su amante guatemalteco, gozó y sufrió las aventuras de La Brenda durante dos largos años, durante los cuales ella viajó por Europa y Africa, queriendo "comerse el mundo" con sus enormes ojos verdes. Exponiéndose a enfermedades, secuestros y a noches de amor forzadas con hombres de otras culturas. Pero siempre mantuvo la lealtad a su hombre guatemalteco, a quien le confió todo lo sucedido en esa travesía. Inclusive le comentó que un hombre muy rico español, le ofreció de inmediato matrimonio y hasta le compró el vestido de novia en Paris, cosa que ella aceptó gustosamente.

La Brenda tuvo la osadía de enviarle a su amante guatemalteco una invitación a la boda, y un pasaje de avión de ida y vuelta (Guatemala-Madrid-Guatemala). Quiere que él sea testigo de su felicidad al casarse por primera vez, con un hombre que bien podría ser su padre.

El amante guatemalteco sufre las consecuencias de la decisión de La Brenda, aunque él fue el primero al que ella le pidió casarse por la iglesia, siempre mantuvo su postura de seguir soltero o de conviviente pero llevando vidas separadas, cada quien en su casa, cosa que a La Brenda la enojaba mucho, porque ella estaba convencida que uno se casa para compartir la cama y el baño todos los días. !!Cómo que en casas separadas¡¡ Eso era algo inaudito para ella, tan romántica y tan posesiva.

La Brenda se casa en la catedral de Vitoria, el día 15 de septiembre, que es la fiesta de la Independencia de México, ella quiere simbolizar con eso su independencia del hombre que eligió como marido. La Brenda tiene un patrimonio propio, no se casa por dinero, se casa por querer vivir lo que toda mujer sueña desde niña, vestir de blanco y escuchar pajaritos sobre su cabeza. Y tirar el ramo a las solteras y solteronas que van a la fiesta. Y, brindar mesa por mesa con los cientos de invitados de él, porque de su parte habrán unos cuantos invitados que llegarán desde México, por eso era muy importante que su amante guatemalteco la acompañara y atestiguara silenciosamente su sueño realizado.

Para su amante guatemalteco, La Brenda es más que un hermoso cuerpo escultural, más que un par de ojos verdes aceituna, más una larga cabellera negra azabache que le llega a la cintura, y más que su metro ochenta de estarura. Es, sobre todo, una niña demandante de afecto y de enorme cariño, que nunca tuvo de pequeña.

El amante guatemalteco estará atento el día 15 de septiembre, considerando las 7 horas de diferencia entre América y Europa, para acompañar a La Brenda en su boda fantástica que ella planeó detalladamente y que costará una fortuna, y ella lo vale.

A las 7 de la mañana del día 15 de septiembre, las 2 de la tarde en España, en Guatemala un hombre enamorado de La Brenda le deseará a la distancia que sea muy feliz.

Quizá derrame algunas lágrimas de nostalgia...

El escritor que solo pensaba en sexo.

El motivo era lo de menos, en este caso se trataba de una invitación a participar en un concurso de "Cuento erótico", que celebra cada año el Puerto de San José (en el Pacífico guatemalteco), para festejar la fiesta de su santo patrón. Pero al escritor, simplemente se le secó el seso, no podía escribir nada erótico; solo se le venían a la mente imágenes pornográficas. Su angustía crecía día a día, por esa aridez que de pronto le invadió hasta dejarlo sin ideas.

El renombrado escritor, oriundo de Mazatenango, ciudad ubicada en la llanaura costera, muy cerca del mar, no podía inspirarse para escribir ese cuento que él consideraba podía ganar el primer lugar, que consistía en un premio de mil quetzales, diploma y dos noches de hotel para dos personas. En realidad a él le interesaba más el dinero en efectivo, pero también las noches de hotel con todo pagado, porque acababa de conocer a una linda chica en el taller de cuento que el dirige, y la quiere seducir a como dé lugar.

El prospecto de relación que el escritor desea es una guapa mujer, divorciada, de treinta años, estudiante universitaria de psicología. Es una mujer coqueta, que siempre está en plan de seductora irresistible. El escritor no escapa a esos guiños de mujer fatal, que ella lanza a diestra y siniestra, a cualquier hombre que se encuentre a veinte metros a la redonda.

La chica divorciada siempre llega tarde al taller de los jueves, lo hace de un modo deliberado, para que todos los participantes la vean llegar partiendo plaza. Además, suele usar unas blusas escotadas que apenas pueden contener sus enormes pechos. Al verla entrar todos dejan de prestar atención al escritor, quien se afana por seguir leyendo el texto que siempre lleva como introducción teórica. Pero los hombres del taller no pueden dejar de mirarla con lascivia y las mujeres con envidia.

La chica divorciada siempre viste de negro, blusas y faldas, a veces pantalón, botas negras hasta la rodilla, y muchos collares, pulseras, aretes; también las enormes pestañas postizas que le hacen marco a sus ojos negros oscuros, no pueden ser soslayados por nadie. Se hace un silencio breve, mientras la chica toma su asiento y sonríe a todos.

El taller va a cumplir un año y la chica divorciada no ha podido escribir una sóla línea literaria, simplemente va y escucha la lectura de los trabajos de sus compañeros, y toma notas minuciosas de todo, a lo largo de las dos horas que dura el taller. Obviamente, a nadie le importa demasiado que la chica divorciada no haga las tareas que encarga el escritor renombrado. Basta con que llegué y les sonría a todos, para que la armonía del taller sea total.

Mientras la chica se sienta en el extremo de la mesa y coloca sus senos sobre sus brazos cruzados, en tanto se decide a escribir frenéticamente, el escritor le dirige miradas furtivas que delatan deseo. Aquí se cumple cabalmente el asunto que planteó Freud en el psicoanálisis: ellos son deseantes todo el tiempo, y ellas son deseables siempre. Esa es la pequeña gran diferencia entre un hombre y una mujer. Ellos las desean y ellas quieren ser deseables.

El escritor no puede disimular las erecciones que le produce la voz y la cercanía de la chica divorciada, quien lo ve con miradas seductoras, que quieren decir algo pero en forma velada. Por ello, el escritor jamás puede ir al baño a orinar durante las dos horas del taller, porque haría evidente que su miembro está erecto y las observaciones irían directamente a su parte intermedia del pantalón, ahí en la entrepierna.

Sin embargo, pese a que la chica divorciada da suficientes motivos para pensar en ella cachondamente y escribir páginas y páginas, hasta completar una novela breve, el escritor se cohibe y no le sale nada. Intenta escribir sobre ella, pero no alcanza más que a pergeñar unas cuantas frases y ya.

El taller se impregna de feromonas sutiles, esas que emanan de los cuerpos humanos para atraer sexualmente a los opuestos. En el taller privan las hormonas sexuales que anulan a los neuronas de los varones en celo. No solamente el escritor renombrado piensa en sexo todo el tiempo, los otros varones ahí presentes también lo hacen sin recato alguno, al no dejar de mirar entre los pliegues de la blusa escotada de la chica divorciada.

El escritor se ha llegado a imaginar una orgía en pleno taller, claro teniendo a la chica divorciada como manjar de esa fiesta desenfrenada. El escritor ha generado tal cantidad de imágenes eróticas, sexuales y pornográficas, que ya se confundió entre todas esas categorías.

Pero el concurso de cuento dice claramente: "Cuento erótico".

Una semana antes de que se cerrará la fecha de la entrega de los cuentos eróticos de la fiesta de San José, el escritor se propuso dos cosas importantes: escribir el mejor cuento erótico del 2010, inspirado en la chica divorciada, obviamente; y ganar el primer premio y compartirlo con ella, en una habitación calurosa del puerto.

Justo cuando el escritor renombrado decidió que ya era hora de ponerse a escribir ese famoso cuento erótico: "La Dama de Negro". Supo por una persona del taller que la chica divorciada había vuelto con el marido y que se había largado a vivir a Miami con él.

No hubo más erecciones, ni cuentos inspirados, ni premios de literatura, ni viaje al puerto.

El renombrado escritor se encuentra ahora recluido en un afamado sanatorio privado, que se dedica a la atención de pacientes conun cuadro agudo de depresión profunda.

El escritor solo alcanza a musitar: "perdí el premio mayor y ya no me gustan las mujeres"...

lunes, 23 de agosto de 2010

México ganó el Miss Universo.

La hermosa tapatía Jimena Navarrete, oriunda de Guadalajara, México, ganó el concurso de belleza denominado Miss Universo, dejando en el camino a las siempre guapas venzolanas.

Estos concursos de belleza, que son los torneos de la subjetividad más absoluta, porque quiénes son esos jueces que dictaminan quiénes son las mujeres más bellas del orbe y quiénes no lo son tanto.

Desde siempre los grupos feministas más radicales se han opuesto a que se exhiban a las mujeres como simples masas de carne, com si fueran ganado vacuno. Es un atropello a las mujeres de todo el mundo, que un ramillete de niñas burguesas, todas operadas de todas partes del cuerpo, para poder competir se mutilen el cuerpo con cirugías plásticas sin fin, tratando de crear un modelo de belleza ficticio. Las mujeres de verdad, las comunes y corriente no son así, ni de lejos.

"Sin tetas no hay paraíso", reza el refrán popular colombiano, donde las mujeres jóvenes que desean ser amantes de los narcotraficantes se colocan implantes de silicona en sus pechos, para agrandarlos a medidas estratosféricas y así ser apetecibles para los criminales, de cualquier país.

Para atajar las críticas a este tipo de concursos de "belleza física", los jueces han hecho un cuestionario sobre cultura general que las chicas suelen reprobar públicamente, mostrando en todo su esplendor su gran ignorancia del mundo en el que viven. Son chicas que en sus países de origen viven en burbujas artificiales, de espaldas a sus realidades socioeconómicas y políticas.

El año pasado le preguntaron a una señorita de América Latina, acerca de cuáles son las tres maravillas naturales de este continente, ella respondió muy oronda: "Las cataratas del Niágara, el Machu Pichu y !!la muralla China¡¡.

Es muy probable que este triunfo de una mexicana en este tipo de certámen haya sido patrocinado por el gobierno mexicano que encabeza el derechista Felipe Calderón, quien seguramente desembolsó millones de pesos para sufragar los costos de esa elección. Este gobierno suele comprar toda clase de elecciones, hasta las de belleza.

Finalmente, solo basta decir que este es un gran distractor de los problemas que aquejan a México (narcotráfico, decapitados, extorsiones, secuestros, crimenes de mujeres, venta de empresas estatales al mejor postor, etcétera).

Al pueblo mucho circo y poco pan.

Linda la muchacha, lástima de la ocasión tan inapropiada para celebrarlo, cuando la sociedad está harta de problemas que nadie quiere solucionar.

La testosterona en exceso causa dolor de cabeza.

La próstata es la glándula que produce la hormona de la testosterona en los varones, debe haber una producción suficiente de esa hormona para que la función sexual se realice adecuadamente. Pero llega una edad, después de los cincuenta años, en que esa pequeña glándula deja de servir y empieza a causar serios problemas: inflamación, dificultad para la micción, y, a veces hasta cáncer, por ello es indispensable que los varones realicen una vez al año, cuando son adultos mayores, un análisis de sangre que se denomina "antígeno prostático", para observar los niveles de producción de testosterona y advertir a tiempo ciertos peligros.

Lo más eficaz es el tacto rectal, al cual los hombres le temen demasiado, por ignoracia y machismo, ¿cómo es eso de dejarse introducir un dedo de varón en el ano para ver cómo está la próstata?

Los varones piensan así: "mejor muertos que permitir ser violentados en su dignidad de varón, macho".

Esto viene a cuento, porque Federico, sin él saberlo, desde muy joven tuvo una producción excesiva de testosterona, que lo hacía tener un comportamiento peculiar con respecto a las mujeres, con todas quería tener sexo, sin importarle edad, condición física, belleza, estatura o grado escolar.

Desde muy jovencito Federico le dio rienda suelta al instinto sexual, se acostó con medio mundo, hasta la cuenta perdió de cuántas mujeres poseyó. Federico cumplió treinta, cuarenta y cincuenta años y sus impulsos sexuales no parecían tener freno ni medida.

Resulta que luego supo, muchos años después, lo que su médico especialista en urología, le explicó: "la testosterona es una hormona poderosa que vuela por los aires despedida por el cuerpo del varón, y llega irremediablemente a las narices de las mujeres y las vuelve locas de emoción." Es el llamado del sexo, es la naturaleza de los seres vivos.

Por eso, dice Federico, que a él nunca le costó ningún trabajo conquistar a las mujeres, es más ellas lo buscaban a él. Él se sentía sumamente atractivo para el sexo opuesto, siempre que podía alardeaba con sus amigos: "qué atractivo soy, ni yo me lo creo".

Federico tuvo demasiadas relaciones íntimas con varias mujeres, nunca pescó un sida, aunque sí una gonorrea cuando era joven y visitaba asiduamente a las prostitutas del barrio. Nunca se puso un condón, le parecía que le quitaba sensibilidad a su pene con ese latex apretado.

Su médico de cabecera no lo podía creer que su paciente, Federico, tuviera ese comportamiento de la próstata a su edad, era un caso clínico. Y por eso le pidió que se sometiera a una investigación acerca de varones con producción excesiva de testosterona. Fedrico aceptó gustoso ser estudiado por la medicina moderna y pasar como un verdadero ejemplo de macho.

Hoy Federico está en todos los tratados de Urología, como el caso del hombre que producía testosterona por cantidades industriales. Además, le propusieron el tratamiento para contrarrestar esa producción excesiva, que tomara hormonas femeninas las cuales le produjeron enormes dolores de cabeza y muchos bochornos espantosos, que lo bañaban en sudor en cualquier circunstancia.

Desde esa época Fedrico, se queja como mujer: "tengo jaqueca", y se paraliza todito.

Al final de la vida, todo es un círculo, Federico se hizo muy femenino por la ingesta de tanta hormona femenina, le creció el busto hasta formarse unos pechos de mujer, le duele mucho la cabeza y se marea, también se abochorna por su pasado de coscolino.

Sus exmujeres, se burlan de él todo el tiempo, por su aspecto femenino, cuando él había sido un verdadero macho.

Carne humana.

Me llamo Marco Cruz, soy guatemalteco, tengo cuarenta y cinco años, sin instrucción escolar, sé leer y escribo muy poco.

Desde niño me gustó el dinero porque nunca quise estudiar, quería tener dinero fácil. Y estuve pensando mucho qué hacer con mi vida, hasta que un día cuando cumplí veinte años, se me ocurrió traficar con carne humana.

Desde el principio mi trabajo se convirtió en algo divertido y aventurero. La policía mexicana siempre me persiguió y yo no me dejaba atrapar, siempre les gané la partida.

Recorrí más de tres mil kilómetros para llegar a Los Angeles, California, y estudiar detenidamente el trayecto desde Guatemala hasta los Estados Unidos.

En Tapachula, Chiapas, México, me hice amigo de los maquinistas del Ferrocarril Mexicano, para que me ayudaran a transportar la delicada mercancía. Los ferrocarrileros me auxiliaron demasiado para que yo pudiera transportar la carne sin peligro hasta la ciudad de México. Bastaba una buena "mordida" para que accedieran a permitir ocupar un vagón de carga durante todo el trayecto hasta el Distrito Federal.

La idea mia era ser un perfeccionista. Que no fallara nada, planear todo al más mínimo detalle. Por eso hice varios viajes de prueba entre Guatemala y Los Angeles, California. Todo estaba medido al milímetro.

Cuando por fin pude iniciar el negocio, fue genial, me gané veinte mil dólares por llevar el primer cargamento de carne humana a los Estados Unidos, burlé a los policías de Guatemala y a los de México también, Todo fue sin novedad.

Durante diez largos años pude llevar carne humana de Guatemala a Los Angeles, California. Corrí muchas aventuras y mil anécdotas chistosas durante el recorrido de más de tres mil kilómetros por tierra, en autobús, ferrocarril, automóvil.

Me hacía tres viajes al año, cada viaje me representaba una ganancia de 20 mil dólares, me pude comprar varias propiedades en Guatemala y tener a mi familia bien asegurada en lo material.

Un día iba yo muy quitado de la pena, caminando tranquilamente por las calles de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, cuando me detuvo un par de policías estatales, para preguntarme qué hacía yo con dos niños tomados de mis manos. Uno de 13 y el otro de 10 años.

Comenzó el interrogatorio, primero en plena calle y a la luz del día, después en la prisión local, y ahora sí a punta de golpes y patadas en todo el cuerpo. Porque yo me negaba a reconcoer que a esos niños los traía secuestrados para venderlos en México.

La sospecha de la policía mexicana es que yo me dedicaba al tráfico de niños robados para luego ser vendidos a familias mexicanas que pagaban fuertes sumas de dinero para obtener un hijo ajeno.

Cuando ví que no podía convencerlos de que eso no era cierto, ya me habían fracturado varias costillas y botado algunos dientes, terminé aceptando ese cargo falso. Por el delito de secuestro de menores me sentenciaron a doce años de prisión, sin derecho a salir bajo fianza.

Mi trabajo era honrado, yo solamente me ofrecía por la módica cantidad de cinco mil dólares por persona, conducirlos desde Guatemala hasta Los Angeles, California. En total me llevé a más de doscientos guatemaltecos hasta Los Estados Unidos, sin contra tiempos mayores. Eso durante un lapso de quince años.

Yo era buena gente con ellos, los pollos, por eso nos dicen polleros, porque traficamos con carne humana, son como pollitos indefensos. Pero jamás abandoné a ninguno en el desierto de Arizona, siempre tenía los contactos listos para que los fueran a recoger en camiones de carga. Otros polleros mexicanos sí abandonan su mercancía en medio de la nada y es cuando los agarra la "migra" americana y luego los deportan.

Moví a hombres jóvenes, a mujeres solteras y casadas, niños. Tuve algunos amoríos con mis clientas durante el largo recorrido hasta los Estados Unidos, pero no siempre se daba la oportunidad de un acostón por calentura, ellas eran muy decentes en su mayoría.

Gracias a mi, mi país puede estar orgulloso de recibir los dólares que mis paisanos ganan en Los Estados Unidos y luego los envían para acá.

Soy un ciudadano honrado y pienso dedicarme en el futuro próximo, a estudiar para ser pastor de mi iglesia, yo ya viví todo lo que dios quiso que viviera para dar testimonio a otros pecadores.

!!Alabado sea el Señor¡¡

domingo, 22 de agosto de 2010

Cuando la seducción amorosa era otra cosa.

En la antiguedad, en el siglo XX, las formas de seducción que empleaban los varones y las mujeres han caído en desuso.

La comunicación epistolar, el escribir sendas cartas de amor, a mano y con buena letra (legible), además de expresarse con buena ortografía, se agotó rápidamente al finalizar el siglo XX, por efectos de la Internet y sus nuevas formas de establecer contacto entre los seres humanos.

Las charlas, las tertulias, las conversaciones cara a cara, por otra parte, fueron sustituidas por la práctica del CHAT, ya que las persona rehuyen el contacto físico para efectuar una conversación con otros seres humanos, a menos que sea mediante la computadora...

La seducción como un verdadero arte de conquistar corazones, ha sido modificada por la tecnología virtual.

Las personas mediante el uso intensivo de FACEBOOK y de otros sitios de encuentro que existen entre las redes sociales, han descubierto las posibilidades de "inventarse" una nueva vida, una nueva identidad, una second life, dirían los americanos de EEUU. Esta cuestión ha resultado muy provocadora para millones de personas en todo el mundo que están aburridas y hartas de ser quienes en realidad son, para adquirir "una nueva personalidad" y tratar de vendérsela a todos los demás.

La seducción siempre ha sido la mentira expresada con bellas palabras y gestos, pero ahora la mentira de la nueva seducción cibernética lleva a grados extremos la falsificación de la realidad del sujeto. Al punto que el individuo se cree la versión adulterada de sí mismo.

Así podemos constatar que en las redes sociales, circulan millones de historias falsas, que se hace acompañar de fotografías adulteradas, para atraer a personas que hacen lo mismo: mentir descaradamente.

Vivimos en un mundo de simuladores expertos, que se cuentan historias inverosímiles de sí mismos, pero que otros toman como verdaderas.

Actualmente, casi nadie es capaz de redactar una carta de amor, escrita a mano, con buena letra y sin faltas de ortografía. Además, que tenga contenido poético y una buena prosa.

Tampoco, son capaces de entablar una conversación rica y emotiva, donde se ponga de manifiesto su inteligencia, humor y conocimientos básicos. Las charlas caen en lo vulgar, tosco y carentes de contenido seductor.

El refugio ideal para los seres humanos de este siglo, es ponerse frente a una laptop y escribir, sin recato, todas las mentiras de las cual es capaz de vertir en un email y enseguida oprimir la tecla de enter.

A la hora de la verdad, las decepciones son inmensas y bien ganadas, para todos los jugadores de la simulación.

¿Y sí volvemos a probar las viejas técnicas de la seducción como charlar y escribir lindas cartas de amor?

A lo mejor, nos volvemos premodernos, pero valdría la pena probarlo...







Al perderse irremediablemente, por el tránsito hacia la posmodernidad, dos costumbres infalibles para la conquista y la coquetería, como eran la comunicación epistolar y la charla cara a cara

sábado, 21 de agosto de 2010

Hacer CINE en Guatemala, una quimera.

En general, hacer cine en cualquier país, fuera de Estados Unidos y de India, es una ventura riesgosa dicho en términos monetarios. Es caro e incierto invertir en cine, cuando se carece de una industria cinematográfica en forma.

Quizá, Mexico y Brasil, sean los únicos que se pueden dar el lujo de contar con una industria importante en América Latina, dedicada al cine nacional. Con sus consabidas épocas de oro.

Pero Guatemala es una nación donde el cine es impensable e irrealizable, por donde lo quieran ver. Hay talentos en la producción de guiones cinematográficos, hay excelentes directores jóvenes, formados fuera del país necesariamente. Lo que no existe son personas que deseen producir, invertir, en una película o largo metraje. En otras palabras, no hay dinero para esos afanes artísticos que reclama el Séptimo Arte en Guatemala.

Por ello llama poderosamente la atención un jóven director de cine, formado en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) de la ciudad de México, escuela oficial perteneciente al Consejo Para la Cultura y Las Artes (CONACULTA) del gobierno mexicano. Julio Hernández Cordón, es un director menor de cuarenta años, con varias películas en su haber.

Como es un director que se autodefine como "minimalista", los títulos de sus films llevan los sugestivos nombres de: Agua, Gasolina, Polvo y Marimbas del Infierno.

Gasolina causó revuelo en Guatemala por tocar temas de racismo, juventud sin rumbo, impunidad, diversión que linda en lo delincuencial, pero sobre todo por emplear un lenguaje altisonante sus actores (no profesionales). Sin embargo, Gasolina fue aplaudida y premiada en los Festivales de San Sebastían, España, en Argentina, Chile, Guatemala, México y Toronto.

Abrirse paso como director de cine, le ha costado a Julio Hernández Cordón recibir una fuerte crítica de parte de los espectadores de sus películas, de los críticos locales; aparte ha soportado una cantidad de improperios, amenazas, insultos y reclamos por retratar a una sociedad que no quiere verse reflejada en el espejo del cine. Lo más común es que le espeten en la cara: "Mirá vos, eso que dices en la película Gasolina es falso, nosotros no somos así".

Julio para poder emprender sus proyectos cinematográficos, acude a variadas formas de financiamiento, desde aportes de familiares, amigos, hasta subastas de obras de arte que donan los artístas locales al proyecto de Julio Hernández Cordón.

El buen cine, en cualquier latitud, se hace con talento pero también con recursos económicos suficientes, esa es la dupla para producir una película decente.

Julio es un necio, quiere hacer cine en Guatemala a como dé lugar, y lo está logrando con mucho éxito pese a las dificultades monumentales para conseguir fondos y las críticas viscerales de sus espectadores.

Ese es el precio por querer plasmar una mirada sobre una realidad o decir su propia narración en imágenes.

viernes, 20 de agosto de 2010

Machismo en Venecia.

Durante los últimos cien años, en Venecia solamente los hombres podían conducir góndolas por los canales de la ciudad turística más visitada de Italia.

En un verdadero acto de machismo acuático de parte de los gondoleros, vestidos con sus tradicionales camisetas azules con rayas blancas horizontales, hanían impedido el ingreso de mujer alguna a la profesión.

Hoy, por fin, una mujer guapa de ojos azules, de 24 años y dos hijos, hija de un gondolero afiliado a la organización de remeros de la ciudad, logró la autorización para guiar turistas por los canales conduciendo una góndola pequeña de propiedad familiar, ya que ella no puede por reglamento poseer una góndola propia.

Giorgia es el nombre de esta primera mujer en romper una tradición machista en los canales de Venecia.

Giorgia es una hermosa italiana veneciana, pero no por eso obtuvo la licencia de gondolera, simplemente ya era hora de cambiar la tradición absurda.

La discusión sería entre las feministas y los machos que usurpan todos los oficios y actividades remunerativas, por ese acaparamiento desigual del trabajo. Las mujeres tienen plenos derechos para ejercer actividades reservadas por siglos a los hombres.

Si Giorgia fuera una mujer obesa y, físicamente, desagradable, también habría que celebrar este acontecimiento de hoy.

El argumento central de las feministas es que una góndola no se maneja con el pene.

Ciegos oyendo el agua caer.

En una de las plazas comerciales más elegantes de la ciudad de Guatemala, Oakland Mall, sucedió un espectáculo insólito: un desfile de cincuenta ciegos recorriendo los pasillos donde se encuentran las boutiques de moda.

Iban desfilando en fila india, de dos en dos, conversando animadamente.

Adelante y en la retaguardia iban personas videntes, funcionando como lazarillos de los ciegos.

Cuando vi recorrer a esa multitud de invidentes, no pude evitar pensar en la gran obra literaria de José Saramago: "Ensayo sobre la ceguera". Donde relata cuando en una ciudad todos quedan ciegos de súbito y empieza la lucha de los seres humanos por las mismas cosas que pelean siempre las personas.

En este caso, los ciegos, hombres y mujeres adultos todos, caminaban seguros de sí mismos y charlaban entre sí en forma muy animada.

El propósito del paseo era visitar una fuente de agua, que corre como una catarata desde una altura de 30 metros, dentro del centro comercial. Lo interesante es que esa cortina de agua es manipulada por una computadora, logrando efectuar figuras geométricas con el agua y hasta palabras cortas. Es una cosa nunca vista, el agua sujeta a diseños artísticos efímeros. Conforme desciende el agua en forma de una delgada cortina, va mostrando imágenes y palabras.

El grupo de ciegos fue colocado delante de la catarata artificial, y los videntes les iban diciendo en voz alta, lo que sus ojos veían en el agua; los ciegos se emocionaban bastante ante las descripciones vehementes de los videntes, una sonrisa aparecía en sus rostros y desaparecía al instante. Pero a sus cuerpos tensos solamente les llegaba una ligera brisa, que les dejaba en el rostro algunas débiles gotas de agua. Ellos reían a carcajadas, más por las sensaciones que les producía el agua en sus rostros y manos, que por las gráficas explicaciones de sus lazarillos.

Más tarde los encontré recorriendo la zona de comidas rápidas, donde se apretujan más de treinta pequeños restaurantes de cadenas estadunidenses, que despiden olores penetrantes de los platillos que ahí se expenden. Los ciegos fueron a deleitarse con los aromas de las viandas, que por sus altos precios no son accesibles para ellos.

No se sabe de quién fue la brillante idea de llevar a los ciegos a "ver" el centro comercial más sofisticado de la ciudad de Guatemala, donde todo, absolutamente todo, es para ver, más que para oir u oler.

En resumen, los ciegos fueron a sentir el agua en sus rostros y manos, sabiendo que esa agua tenía formas geométricas y palabras cortas.

!!Qué ilusión ¡¡

jueves, 19 de agosto de 2010

Una mujer con agallas.

Arturo:

Te lo advertí claramente, no quiero volver a saber de ti, nunca jamás.

Como eres un cabeza hueca, te aviso que ya dí parte a la Guardia Civil y a la Asociación de Mujeres Violentadas, de tu acoso moral.

Entiende, eres un impotente, no quiero nada contigo.

No me fastidies más o terminarás preso.

Hasta nunca.

Cristina.

El móvil del sexo para el móvil.

Julia vivía en una enorme residencia en el lujoso barrio de moda para la clase alta de Guatemala, allá por el kilómetro catorce de la carretera panamericana que conduce a El Salvador.

Julia gozaba de todas las comodidades para una chica de dieciocho años recién cumplidos, estaba inserta en una familia funcional, numerosa y cariñosa.

El sueño de Julia era poseer la tecnología más avanzada en el tópico de los móviles, por ejemplo, el día que salió a la venta el equipo más moderno de Iphone en Guatemala, ella estaba ahí desde temprana hora, junto a cientos de adolescentes de clase alta, que eufóricos gritaban exigiendo que abrieran las puertas del famoso Oakland-Mall de la exclusiva zona diez.

A las once de la mañana no quedaba un aparato más en la tienda de la Compañía Telefónica, se agotó como pan caliente.

Para que Julia pudiera tener el Iphone en sus manos, tuvo que pasar muchas cosas feas y desagradables, y poder conseguir el dinero, que en total eran unos quinientos dólares, y en Quetzales un mundo de dinero.

Cuando Heriberto supo que Julia moría por tener un Iphone del año, le empezó a coquetear sin disimulo, con el pretexto de que él podría ayudarle a conseguir esa fantástica cantidad de dinero que requería para adquirir lo último en telefonía.

"El trato es, mi pequeña reina, tú te acuestas conmigo, hacemos el amor, y yo te doy el dinero en cuotas, para que compres el Iphone." Dijo Heriberto, seductoramente.

Julia lo pensó detenidamente, "soy vírgen y nunca pensé vender mi hímen por un teléfono", razonó ella con enojo.

La fecha de la llegada de esos aparatos a Guatemala se acercaba, y Julia no terminaba por decidir el entregarse a Heriberto, sexualmente hablando. Heriberto no quitaba el dedo del renglón, insistía cada vez que se encontraban en algún sitio de la enorme mansión.

Julia solamente alcanzaba a musitar entre labios: "Hijo de puta, se va a salir con la suya".

Finalmente aceptó tener relaciones sexuales conHeriberto, "eso sí, sólo tres veces y ya", le puso ella como condición, y que la entrega del dinero fuera en dos pagos.

Heriberto se afanó por conseguir prestado el dinero de golpe y satisfacer la petición de Julia, cuando ya lo tuvo en sus manos, le dijo: "ahora sí, mi reina, vamos a amarnos como siempre me imaginé". Ella hizo una mueca de fastidio y de resignación, se introdujeron al cuarto de planchado y ahí mismo ocurrió el desfloramiento de Julia, entre llantos de ella y pujidos de ambos.

Ella exigió tener el dinero en sus manos antes de acostarse con Heriberto, él sin chistar mayor cosa puso el dinero sobre el burro de planchar.

Una vez ocurrido el hecho de cobrar por adelantado los favores sexuales, Julia salió muy contenta de poder ir a la mañana siguiente a comprar su ansiado aparato de telefonía de última generación.

Los días subsiguientes, Julia seguía como si nada haciendo sus labores domésticas en esa residencia de gente rica, y Heriberto se afanaba por tener limpio y en orden todos los automóviles de la familia, seguía su trabajo de chofer con dedicación, porque le tocaba llevar a las niñas del patrón a la escuela de monjas de la zona diez.

Todos se preguntaban en voz alta: "¿Julia de dónde sacaste el pisto (dinero) para comprar ese teléfono?.

Julia hasta la fecha guarda el secreto del dinero pero no oculta su satisfacción de consultar sus mails en ese dichos teléfono portátil...

Un hombre testarudo.

Cristina:

Perdóname todo le que te he dicho en mis cartas anteriores, aunque sigo pensando que lo has hecho conmigo es una verdadera PUTADA. Cómo me dices lo que me has dicho, y te quedas muy fresca y yo me estoy reventando las pelotas del enojo.

Por cierto, te puedes quedar con los collares y las zapatillas de flamenco, ¿Yo para qué putas me quedo con esas cosas que son de mujer?

Todo te lo perdono, hasta el hecho, que me ofende tanto, de que no quieras ir a conocer a mi santa madre a Málaga. Pero lo de la eyaculación precoz, ahí si me jodiste el alma. Ya averigué con el médico del pueblo y él me explico todo
acerca de las disfunciones sexuales.

Cristina de mi amor, tú bien sabes que sí tengo erección de inmediato, no me confundas más, si no voy a enloquecer. ¿Verdad que sí soy un toro en la cama, nena?

Con todas las putas con las que he tenido sexo, ninguna mencionó nada acerca de la eyaculación precoz, es más les encantaba que fuera seguido a follar con ellas, pero yo no siempre traía pasta en el bolsillo para esos lujos.

Cristina, amor divino, dime que volverás conmigo y me darás otra oportunidad de demostrarte lo fuerte que soy en la cama y que te voy a hacer gozar como una loca. ¿Te gusta la propuesta?

Esperaré ansioso tu pronta respuesta, no me falles nena.

Tu fiel y enamorado.

Arturo.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Un hombre despechado.

Cristina:

Tu respuesta me tiene mal, considero que tu carta es una putada.

Estoy muy encabritado, como hace mucho tiempo no lo sentía.

Honradamente, pienso que eres una PERRA, y que no te mereces mi amor sincero. Eres igual que todas las mujeres que he tratado a lo largo de mi vida. Solo mi madre me merece absoluta confianza, después de ella, nadie.

Quiero que me devuelvas los regalos que te hice, los collares y los zapatos para bailar flamenco. No te mereces quedarte con ellos, yo ya sabré qué hacer con esos objetos que significan para mi mucha rabia.

Es obvio que te voy a borrar de mi lista de contactos en gmail y del facebook, eso lo haré de inmediato.

Es cierto, me han entrado ganas de ahorcarte con mis manos, para que aprendas a respetar a los hombres sinceros y honestos como yo.

No diré una palabra más, no te la mereces. Eres una guarra callejera. Te odio.

Hasta nunca.

Arturo.

Cristina, la irascible.

Arturo:

Me sorprende el tono de tu carta, te creía más maduro y ya veo que eso no es así.

A estas alturas, ya no sé bien que es lo que te molestó tanto, de mi carta.

¿El que eres un zotaco, que finges la voz en el móvil, o que no eres muy potente en la cama?

Ya sabes que soy muy claridosa, ¿vale?

A mi las cosas como van, al pan, pan y al vino, vino.

Te voy a pedir que me borres de tus contactos en gmail, no quiero volver a recibir nada tuyo en el resto de mis días. Tampoco te voy a permitir que te acerques a mis amigas a tratar de hacerte la víctima, como acostumbras.

Tienes que tener más cojones, Arturo, y enfrentar las cosas como son.

Te voy a bloquear en el facebook, no quiero que sepas nada de mi.

Y, sobre lo de ir a Málaga a ver a tu madre, ¿cómo se te ocurre plantearme algo así? Por supuesto que no deseo conocer a tu madre ni a nadie de tu familia, lo nuestro se acabó, entiéndelo de una vez.

Aléjate de mi, o voy a dar parte a la policía para que te restringan el acercamiento a mi persona, te veo violento y eso no me gusta nada de ti. Nunca lo sospeché, que anidaras en tu alma a un asesino o un violador, mejor me alejo de ti.

Hasta nunca.

Cristina.

Un corazón herido e incomprendido.

Cristina:

Me has dado un puñetazo en la cara con tu carta de rompimiento.

Yo pensaba que todo marchaba estupendamente, al grado que pensaba llevarte a Málaga a que conocieras a mi madre. Jamás me imaginé las patrañas que te has construido en tu linda cabecita.

Me dolió demasiado enterarme que el tema de mi baja estatura te provocara tanto pavor y preocupación. Eso no es importante.

Lo de la voz engolada, que todavía no entiendo a que se refiere ese concepto, me deja frío. Tengo la voz algo chillona, es cierto, pero eso tampoco es motivo para que no te guste mi persona. Cuando hablabamos por el móvil, si procuraba hacer la voz más fuerte y ronca, pero era simplemente para que me escucharas mejor, no para fingir algo que no soy.

Lo de la sexualidad, eso sí me jode demasiado. No estaba yo enterado de eso que tú llamas, eyaculación precoz, y que ocurre conmigo. Yo pensaba que era un toro en la cama, hasta la fecha nadie se ha quejado de mi desempeño en la cama. Soy un buen follador, carajo¡¡

Mi corazón está lastimado por tus palabras hirientes acerca de mi sexo malo. Cristina no puedo creer que eso te interese demasiado, el sexo importa un bledo cuando hay cariño.

Quiero pedirte que me des una nueva oportunidad, para que esta relación tan bella entre nosotros no termine mal. ¿Qué puedo hacer?

De cualquier manera, ¿te apetece ir conmigo a Málaga a conocer a mi madre?. Dilo de una vez, para no seguir soñando con puñetas. Coño, respóndeme rápido para no seguir así en la incertidumbre total.

Cristina, lo del sexo se puede solucionar, un amigo me habló de una pastillita que todo lo mejora si se toma con anticipación. Probemos, cariño, otra vez.

Tu fiel amor.

Arturo.

Cartas de (des) amor y (com) pasión.

Recordado Arturo:

Desde la última vez que nos encontramos en Sevilla, para conocernos y ver qué futuro tenía esta relación iniciada por la Internet, me siento confundida totalmente. Por eso te escribo esta carta, con carácter de urgente.

A lo largo de un año y medio, de chatear y conversar por el móvil, sentía que ya te conocía perfectamente. me dabas la impresión de ser un hombre sincero y cariñoso. Por eso acepté encontrarnos en Sevilla, durante los festejos de Semana Santa.

La primera impresión de verte físicamente, fue algo desconcertante para mi. Eres muy bajo de estatura y tienes una voz aguda, aunque por el móvil pareciera que la engolabas un tanto, me decepcionó tu tono de voz. Lo de la estatura física, vaya que si es un problemón: mi talla es de uno ochenta de altura y tú quizás no llegas ni siquiera al metro sesenta. Seríamos una pareja dispareja y el hazmereír de los amigos.

De lo sexual ni hablemos, no nos acomplamos nadita. Y eso si que es serio, si no podemos follar bien, mejor a otra cosa mariposa. No quiero hacerte sentir mal, pero eres un eyaculador precoz, y te aseguro que no se lo diré a nadie, para salvaguardar tu prestigio de macho.

No sé cómo decirte que esto se acabó definitivamente. Bueno, pués, ya te lo he dicho.

Me da una pena enorme hacerte sentir mal por este rompimiento unilateral, yo sé que tú tenías planes de convivir conmigo y radicarnos en Córdoba, para que yo continuara mi carrera de bailaora de flamenco y tu siguieras dándo clases de español a los estudiantes americanos que vienen cada verano a Andalucía.

Pero Arturo, no lo tomes a mal, te aprecio como una persona decente que eres. Algún día encontrarás a una persona que sea de tu estatura o un poco más bajita que tú.

Bien Arturo, creo que no hay más qué decir al respecto, te deseo suerte en tu trabajo y en el encuentro de una pareja adecuada para ti.

Con aprecio sincero.

Cristina.

Amores otoñales.

En el mundo occidental, y más en las sociedades posmodernas, se tiene la creencia que el amor es propio solamente de la juventud. Los jóvenes son los únicos que tienen derecho a enamorarse.

Esta es una falacia alimentada por los medios masivos de comunicación, que tiene alto impacto en sociedades urbanas industrializadas, y entre sus clases medias y altas.

Todo esto cabe dentro del marco teórico del "amor romántico", invento reciente de las sociedades occidentales.

La premisa falsa de la que parte el "amor romántico", es que las parejas tienen que "estar" muy enamoradas para poder constituir una pareja estable y hacer una familia. Esto es una mera ilusión que funciona en las novelas rosas y en las series de teledramones cotidianas.

¿Qué pasa cuando las parejas ya no se unen para formar una familia? ¿Ese es el único propósito de juntarse y hacer una vida en común?

La procreación cumple una función elemental en las comunidades humanas, desde las tribales hasta las "civilizadas". Pero qué sucede cuando los seres humanos han pasado de cierta edad, ya no son fértiles, y desean tener un compañero en la vida. Es posible que su grupo social sancione ésto como algo correcto o debido.

Por la experiencia empírica sobre las cuestiones del amor, la pareja y las relaciones, queda la sensación de que los mayores de cuarenta o cincuenta años, ya no tiene derecho ni posibilidades de volver a reestablecer una nueva pareja sentimental.

Entonces, qué pasa con los viudos, separados y divorciados, que suman millones en el mundo occidental, y que están condenados a seguir viviendo en soledad y alejarse de los demás por razones cronológicas.

Cuando una pareja mayor, adulta, madura, decide enamorarse otra vez, como cuando eran jóvenes veinteañeros, la sociedad se escandaliza demasiado: "el amor no es cosa de viejos".

Hay que observar en la vía pública, en los parques y jardines de las ciudades que habitamos, y también en los sitios como restaurantes, cines, etcétera, como una pareja adulta llama poderosamente la atención del entorno cuando se deciden a expresar sus sentimientos y deseos carnales enfrente de los demás. La reprobación social es tajante e inmediata.

La paradoja social es que el mundo, en general, ve con asombro como sus sociedades "envejecen", cada vez hay menos niños y jóvenes en relación con la población mayor. Entonces, los viejos tendrán que imponer sus leyes acerca del amor y sus derechos a la relación sentimental. Para allá vamos, todos.

Cuando yo salgo con mi pareja, una mujer mayor, y decido besarla en plena calle o en un parque concurrido, todos miran y censuran ese acto tan elemental de demostrarse cariño.

La mirada de todos lleva el siguiente mensaje: "eso déjenlo para los jóvenes".

El amor otoñal, ¿hay que esconderlo de la mirada social? NO, rotundamente. NO.

lunes, 16 de agosto de 2010

Juego de manos calientes.

Él era un respetable caballero, pulcro, meticuloso, exigente; quizá fuera médico porque le gustaba tener las manos y las uñas bien cuidadas. Procuraba hacerse el manicure, al menos una vez al mes, para lo cual investigaba en dónde lo hacían mejor, como a él le encantaba: que le quitaran la cutícula con sumo cuidado y que le barnizaran las uñas con una laca transparente, solamente pedía brillo, mucho brillo en las uñas.

En una de sus travesías por la ciudad, al volante de su Mercedes Benz blanco, le llamó la atención un discreto anuncio en el vestíbulo de un elegante hotel situado frente a La Alameda Central, en plena Avenida Juárez. El anuncio rezaba así: "La mejor manicurista de la ciudad, estudió en Madrid".

En efecto, la manicurista de ese lujos hotel, no solo había estudiado la carrera de podóloga en Madrid, si no que también había trabajado para la Casa Real, atendía a los Reyes, a sus hijas y nietas.

Irene era una guapa mujer mexicana, de unos cincuenta años, con los ojos verdes más lindos que jamás habieran existido en la ciudad de México. Por esos enormes ojos color esmeralda, Irene tuvo varios ofrecimientos para modelar y trabajar en la televisión cuando era una jovencita, pero ella decidió que lo suyo era arreglar las manos de los famosos o de los aristócratas.

Cuando entró el caballero a la "Estética Regis", movido más por la curiosidad que por la necesidad de arreglo de sus manos y uñas, de una sola mirada supo quién era la que había estudiado en Madrid. Ese día, a esa hora, las dos de la tarde, solamente estaba Irene. Ella le sonrió al caballero con la más dulce de sus sonrisas. El caballero se turbó pero buscó el asiento apropiado y se apoltronó cómodamente.

A Irene le interesó demasiado el caballero, les gustaban los hombres mayores y elegantes, y en esos momentos no tenía compromiso alguno con alguien.

Empieza el rito del manicure, le lava las manos con ternura, le aplica una crema desfoliante en los dorsos y le proporciona un suave masaje con sus dedos, hasta dejarle lisa la piel de las manos. Después procede a remover la cutícula de las diez uñas, con suma paciencia, minutos más tarde comienza la aplicación del barniz transparente.

Mientras el rito de atender las manos del caballero proseguía puntualmente su recorrido, Irene acariciaba las manos de él, y como que le trasmitía mensajes en "clave morse", la de los telegrafistas, y que el caballero pudo interpretar correctamente.

Sin decir palabra alguna, concluye el trabajo de Irene, y el caballero introduce la mano derecha al bolsillo derecho y extrae un fajo de billetes de mil pesos, paga la cuenta y deja una propina desmesurada, junto con su tarjeta de presentación.

El caballero era el embajador de España en México, y simplemente quería sentirse como en su amado Madrid, atendido por una "madrileña" de ojos verdes.

domingo, 15 de agosto de 2010

La verguenza de la bolsa de mano.

Cada mes tenía que ir al cambio de la bolsa, él siempre se resistía lo más posible, se inventaba cualquier pretexto para no asistir al cambio de la bolsa de mano.

Había que estar muy temprano y hacer la fila correspondiente, no todos iban a lo mismo, pero la larga fila era única y obligatoria para todos los asistentes.

La credencial se entregaba en la recepción e iban llamado a uno por uno; a lo largo de la jornada, podía pasar tres o cuatro horas en la sala de espera y todos estaban desesperados por pasar.

Pero Reynaldo no quería escuchar su nombre por el altavoz, porque cuando eso ocurría venía de inmediato la tortura china; los gritos, los ayes, los insultos, los malos tratos.

Por fin, se escuchaba con claridad: "Señor Reynaldo, señor Reynaldo..." La hora había sonado.

Reynaldo pasaba a una sala amplia y se acostaba, semidesnudo, sin pantalones, sin verguenza alguna.

De golpe entraban esas mujeres jóvenes, con esa mirada de sádicas, como vampiras con los colmillos salientes llenos de sangre humana.

Sin preguntar nada, en silencio, las tres mujeres, procedían a lavar meticulosamente el pene de Reynaldo, y de golpe y porrazo arrancaban el tubo de plástico que traía en el interior de su pene, sostenido por un globo en su interior para que no se saliera o se moviera de su sitio.

Ya había transcurrido un año, y no había modo que le retiraran la sonda a Reynaldo, siempre le indicaban que ya estaba cerca el final de esa tortura medieval...

Pero eso sí, cada mes tenía que asistir a que se la retiraran y le colocaran una nueva, por el constante peligro de una infección de la vejiga.

el procedimiento era simple: las tres mujeres le tomaban entres sus manos el pene de Reynaldo, y con cierta violencia le introducían un largo tubo de plástico hasta que llegara a la vejiga, para luego disparar un globo en el interior que servía par asegurar que la sonda no se moviera o se saliera de su lugar.

Los gritos de dolor de Reynaldo se escuchaban a lo largo del pasillo del hospital, se lo hacían sin consideración alguna y sin anestesia. En vivo y a todo color, era la tortura de Reynaldo. Él lloraba sin recato alguno, le dolía hasta el alma.

La sonda se compone de un largo tubo de plástico, que en uno de sus extremos se mete hasta lo más profundo del pene y por el otro extremo va conectado a una bolsa de plástico que recoge la orina que sale expulsada en forma automática y se deposita en ese recipiente que cuelga de la cintura de Reynaldo.

Como esa bolsa de plástico transparente es el depósito de la orina que expele Reynaldo en forma intermitente, él siente que no debe exhibir ese contenido a la vista de todos, entonces guarda la bolsa de plástico dentro de una bolsa de mano, una bolsa de tela conel logotipo de la institución para la cual trabaja. Pero el largo tubo plástico es visible, sale de la bragueta de su pantalón y después de varias vueltas entra en la bolsa de tela.

Reynaldo siempre trae una de las dos manos ocupadas en cargar con disimulo, esa extraña bolsa de tela, de la que sale o entre un tubo de plástico sospechoso para cualquier observador meticuloso.

Cuando Reynaldo se pone frente al grupo de alumnos, la bolsa de tela no sabe dónde colocarla, fuera de la mirada de ellos, pero eso es imposible. El da su clase de estadística aplicada, deteniendo con la mano izquierda la bolsa de tela y con la mano derecha coge la tiza y escribe los ejemplos en el pizarrón. Cuando se percata, ya la bolsa de plástico está llena de orina, que hay que vacia en el servicio sanitario de la universidad.

Tan coqueto Reynaldo siempre, pero ahora está cohibido con las mujeres que le gustan, no puede esconder la mano que detiene la bolsa de tela y mucho menos el largo tubo de plástico que insiste en sobresalir.

Reynaldo está harto de esta suerte de martirio chino, ya quiere desconectarse sólo de esa aditamento horripilante que le cuelga de una mano. Pero las estudiantes de medicina que lo atienden lo amenazan. "Señor Reynaldo, no sea un niño chiquito, aprenda a aguantarse como los meros machitos."

Reynaldo las odia infinitamente, pero sabe que está en sus manos...!!Qué verguenza¡¡