Cristina:
Tu respuesta me tiene mal, considero que tu carta es una putada.
Estoy muy encabritado, como hace mucho tiempo no lo sentía.
Honradamente, pienso que eres una PERRA, y que no te mereces mi amor sincero. Eres igual que todas las mujeres que he tratado a lo largo de mi vida. Solo mi madre me merece absoluta confianza, después de ella, nadie.
Quiero que me devuelvas los regalos que te hice, los collares y los zapatos para bailar flamenco. No te mereces quedarte con ellos, yo ya sabré qué hacer con esos objetos que significan para mi mucha rabia.
Es obvio que te voy a borrar de mi lista de contactos en gmail y del facebook, eso lo haré de inmediato.
Es cierto, me han entrado ganas de ahorcarte con mis manos, para que aprendas a respetar a los hombres sinceros y honestos como yo.
No diré una palabra más, no te la mereces. Eres una guarra callejera. Te odio.
Hasta nunca.
Arturo.
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