Recordado Arturo:
Desde la última vez que nos encontramos en Sevilla, para conocernos y ver qué futuro tenía esta relación iniciada por la Internet, me siento confundida totalmente. Por eso te escribo esta carta, con carácter de urgente.
A lo largo de un año y medio, de chatear y conversar por el móvil, sentía que ya te conocía perfectamente. me dabas la impresión de ser un hombre sincero y cariñoso. Por eso acepté encontrarnos en Sevilla, durante los festejos de Semana Santa.
La primera impresión de verte físicamente, fue algo desconcertante para mi. Eres muy bajo de estatura y tienes una voz aguda, aunque por el móvil pareciera que la engolabas un tanto, me decepcionó tu tono de voz. Lo de la estatura física, vaya que si es un problemón: mi talla es de uno ochenta de altura y tú quizás no llegas ni siquiera al metro sesenta. Seríamos una pareja dispareja y el hazmereír de los amigos.
De lo sexual ni hablemos, no nos acomplamos nadita. Y eso si que es serio, si no podemos follar bien, mejor a otra cosa mariposa. No quiero hacerte sentir mal, pero eres un eyaculador precoz, y te aseguro que no se lo diré a nadie, para salvaguardar tu prestigio de macho.
No sé cómo decirte que esto se acabó definitivamente. Bueno, pués, ya te lo he dicho.
Me da una pena enorme hacerte sentir mal por este rompimiento unilateral, yo sé que tú tenías planes de convivir conmigo y radicarnos en Córdoba, para que yo continuara mi carrera de bailaora de flamenco y tu siguieras dándo clases de español a los estudiantes americanos que vienen cada verano a Andalucía.
Pero Arturo, no lo tomes a mal, te aprecio como una persona decente que eres. Algún día encontrarás a una persona que sea de tu estatura o un poco más bajita que tú.
Bien Arturo, creo que no hay más qué decir al respecto, te deseo suerte en tu trabajo y en el encuentro de una pareja adecuada para ti.
Con aprecio sincero.
Cristina.
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