sábado, 31 de diciembre de 2011

Nos dejaron un país en ruinas.

Báñez: "Nos han dejado un país en la ruina económica y social"
La ministra de Empleo asegura que la medida "más difícil" ha sido la subida de impuestos



La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha defendido hoy los recortes aprobados ayer por el Consejo de Ministros y ha aseverado que les "han dejado un país en la ruina económica y social'. Durante su intervención en la reunión de la ejecutiva provincial del PP de Huelva, Báñez se ha referido a la primera semana del Gobierno y ha destacado que el Ejecutivo se ha encontrado "una situación mucho más difícil de la esperada", algo que ha llenado al equipo de Rajoy "de responsabilidad y mayor compromiso".

Los parados y los pensionistas son una "prioridad" para Rajoy"
Pese a la dureza del plan de ajuste, la ministra ha garantizado que "ni los parados ni los pensionistas deben temer nada de manos de un Gobierno del PP" porque ambos colectivos son "una prioridad" para el presidente Rajoy. Báñez ha explicado que la medida "más difícil" ha sido la subida de impuestos, justificada en que el nivel de déficit es del 8%, y no del 6% como se esperaba, y ha asegurado que se ha tomado de manera "excepcional, temporal, equitativa y justa.

La ministra ha recordado que el Gobierno se ha acordado de los jóvenes y las clases medias, recuperando la deducción por vivienda o manteniendo la reducción del IVA al 4%, y de los inmigrantes, prorrogando los 16 millones de euros de ayudas a organizaciones que prestan ayuda humanitaria a las personas que llegan a las costas españolas.

Tras estos recortes aún quedan por hacer la reestructuración del sistema financiero y la reforma laboral"


Báñez se ha referido también al recorte del gasto público en 8.900 millones o la reducción de cargos públicos o asignaciones, y ha señalado que son medidas para "'poner a este país en la senda del crecimiento económico y de la creación de empleo".

La titular de Empleo ha advertido también de que tras el plan de medidas vendrán reformas como la de las Administraciones públicas, la de la reestructuración del sistema financiero y la reforma laboral. Con respecto a esta última, ha confiado en la responsabilidad de los agentes sociales para que estén "a la altura de las circunstancias y sean partícipes con su apoyo de la salida de la crisis".

En la reunión ha estado también presente el líder del PP andaluz, Javier Arenas, que ha calificado de "transparente" el paquete de medidas. "Vienen tiempos difíciles y el PP no ha ocultado la realidad", ha subrayado antes de agradecer al presidente Rajoy que "haya cogido por los cuernos al toro de la crisis y lo haya hecho sin dilación ninguna

Norcorea y sus mitos.

Confesiones de dos contrabandistas norcoreanos
Dos jóvenes relatan su huida de Corea del Norte, donde malvivían en la frontera con China



En el cerrado mundo de Corea del Norte, muchos jóvenes tratan de abrirse camino como contrabandistas a través de la porosa y larga frontera con China. Pero conforme se adentran en la procelosa corrupción del sistema se estrechan sus posibilidades de sobrevivir. Los más despiertos, como Hwang Chol, huyen al sentir el aliento del régimen en su nuca. A otros, como a Lee Chung-hyuk, alguien les abre los ojos en el último momento. El resto sigue bailando en la cuerda floja hasta que se rompe.

Proceden de la misma ciudad, Chongjing, a un centenar de kilómetros de Hyeriong, uno de los puestos fronterizos con mayor tráfico. Pero se conocieron en Seúl, adonde ambos llegaron en 2005, tras un tortuoso viaje a través de China y Mongolia, que en el caso de Hwang supuso una huída de tres meses. Lee, que entonces tenía 18 años, tardó más del doble, siete meses.

Hwang, de 32 años, comenzó en 1998 vendiendo en China champiñones e importando todo tipo de vídeos prohibidos. La mayoría eran películas y series surcoreanas, que descubrían las mentiras de Pyongyang. “El primero sorprendido fui yo. Al principio dudé, pero luego sentí un profundo odio hacia el régimen por engañarnos”, dice.


En Corea del Norte, con 24 millones de habitantes, el servicio militar es obligatorio y dura 10 años, aunque al final de los 90, cuando a Hwang le tocaba el turno, lo aumentaron a 13 años, porque el tremendo descenso de la natalidad había reducido las filas de uno de los ejércitos más numerosos del mundo, con 1,1 millones de soldados.

Los estudiantes universitarios tienen el privilegio de retrasar su obligación castrense hasta que terminen la carrera y Hwang decidió estudiar Ciencias Políticas y Revolucionarias (1997-2002). Pero no dejó su floreciente negocio de contrabando, que le permitía pagarse los libros, hacer regalos a los profesores y alimentar a sus padres y hermanos en aquellos años terribles en que la hambruna causó cientos de miles de muertos en el país.

“El sistema está tan corrupto”, continúa, “que para sobrevivir necesitas tener compradas a tres personas de cada institución: los servicios secretos, la policía, los militares y el Partido de los Trabajadores”, el único existente. Aunque, añade, “siempre puede haber un chivatazo que no controlas”.

Estuvo seis meses en una cárcel y salió tras costosos sobornos. “Allí no había presos políticos. Si me hubieran metido con ellos no estaría aquí, porque esos nunca salen”, comenta Hwang. Esa experiencia le bastó para cruzar la frontera cuando el Gobierno desató una campaña contra el mercado negro.


“Pensaba quedarme en China seis meses hasta que amainara la tormenta. Nunca pensé en venir a Corea del Sur. Dejar el país y la familia es una decisión muy difícil”, dice. Pero tras 15 días de exilio, se unió a otros seis norcoreanos “para ver si era verdad todo lo que contaban las películas”, y emprendieron el viaje.

Ahora estudia Administración de Empresas en la Universidad de Hankuk y es presidente de la Asociación de universitarios norcoreanos, que agrupa a los 1.200 que hay en Seúl. Pero el Sur, señala, tampoco es el mundo que idealizó cuando estaba en el Norte. “Hay mucho egoísmo, mucha competitividad y tanta libertad, que tener que decidir todo cuesta un esfuerzo infinito”.

La vida de Lee fue mucho más desestructurada. “A los ocho años dejé la escuela y me dediqué al trapicheo. Mis padres y mis hermanos también dejaron la fábrica donde trabajaban, porque no les pagaban. Fueron ellos los que pagaron a la fábrica para seguir registrados ahí y no tener problemas con el sistema mientras buscaban otros medios de salir adelante. Me quedé solo. Ellos nunca estaban en casa”, cuenta.

“En Corea del Norte no existe más comercio que el negro. Recogía champiñones o cazaba ranas para venderlas en China. Como era pequeño, a veces me colaba gratis”. El precio estipulado por cruzar ilegalmente eran 200 wones (unos 20 céntimos de euro), una fortuna si se tiene en cuenta que el salario mensual medio era de 100 wones y que muchos meses el Gobierno no pagaba. Si iba con su madre, importaban ropa.


“Cuando llegué aquí me enteré de que muchos éramos contrabandistas”, dice con naturalidad, aunque lo suyo fueron minucias de subsistencia. “Nunca pensé en irme de Corea del Norte. Fue mi madre la que me hizo cruzar la frontera y se empeñó en que me fuera cuando me faltaban tres días para incorporarme a filas. Yo quería ir al Ejército, como todo norcoreano, pero ella dijo que estaba harta de pagar sobornos para que sacaran del calabozo a mi hermano mayor y que no iba a pagar también por mí”.

Lee reconoce que el inicio en Corea del Sur fue duro. Primero estuvo un mes en un centro del Servicio de Inteligencia porque “sospechaban que era un agente norcoreano”. Después tres meses en otro centro para desertores algo más relajado y luego en un colegio para norcoreanos; una segregación que al principio le pareció “discriminatoria”, y ahora entiende “porque el nivel de estudio de los surcoreanos es mucho más fuerte”.

Ninguno cree que la muerte de Kim Jong-il vaya a mejorar la vida en el Norte, pero confían confían en que algún día se produzca un cambio. Hwang, de forma más racional, y Lee, más primitivo, sienten rabia contra un régimen que les ha forzado a hacer un viaje que ellos no querían; un régimen basado en “la mentira, el sometimiento y el engaño inmisericorde de su pueblo”.

FELIZ AÑO 2012.

A todos los lectores de este blog les quiero desear lo mejor para el año venidero. Gracias a ustedes seguimos vigentes en su preferencia.
Un gran abrazo, lleno de afecto.

Bolivar.

De la gloria al infierno.

La diva de «La dolce vita» llama la atención sobre su penosa situación. Es una más entre otras bajadas a los infiernos


Anita Ekberg no es tan vieja como Grecia, pero también necesita ser rescatada. Cincuenta y un años después de su baño en la Fontana de Trevi, la sueca, de 80 años, ha pedido ayuda económica a la Fundación Fellini. Desde que dejó su casa por un incendio causado por los ladrones, vive en una residencia de ancianos romana y escribe sus memorias. «El problema de Anita es que cree que todos los hombres quieren dormir con ella. Lo malo es que es cierto», dijo una vez Fellini. Pese a lo triste del asunto, su caso no es de los más extremos porque muchos actores y cantantes han acabado en la calle (por no hablar de Terebere, la periodista que no podía pagar el alquiler, fue a «Sálvame» a llorarlo y le dieron trabajo).

El hecho de haber dormido al relente hay quien lo anota en el currículo, igual que otros ponen el 7-Eleven o el Actor’s Studio. En la calle durmió alguna vez Houdini (así luego no tenía problemas para salir de cajas). También Cary Grant, Eartha Kitt, Chaplin, Ella Fitzgerald, William Shatner, Martin Sheen o Daniel Craig. Pero lo chungo es pernoctar en la calle después de haberlo hecho en el Chateau Marmont. La mayoría de las veces, la caída a los infiernos terrestres suele ir unida al alcohol, las drogas, las enfermedades mentales o todo a la vez. Y se pone uno a tiro para que le canten Los Calis: «Más chutes no, ni cucharas impregnadas de heroína…».

Bobby Driscoll, la voz de Peter Pan en la película de Disney, murió en la calle de un ataque al corazón a los 31 años. Willie Aames, el Tommy Bradford de «Con ocho basta», se perdió después de su segunda gran serie, «Charles in Charge» (84-90). Cayó en la bancarrota y empezó a dormir en parques mientras trabajaba en lo que podía. Lo contó a los 51 años mientras estudiaba para ser consejero financiero (?).


La trastienda de Hollywood

.Margot KidderOtro actor infantil, Danny Bonaduce, el pelirrojo de «Mamá y sus increíbles hijos», bebía, se drogaba y vivía en su coche detrás del Teatro Chino de Hollywood. Allí podía encontrar cazadores de autógrafos. El padre de Drew Barrymore, y también actor, pasó muchos años viviendo en las calles y alejándose cada vez más de una vida regular. Al final, Drew se encargó de él hasta su muerte por cáncer en 2004.

Vida recuperada

Margot Kidder, la Lois de «Superman», tuvo en 1990 un accidente de coche que la dejó perjudicada y arruinada. A ello se añadía un trastorno bipolar que la llevó en 1996 a dormir en cajas de cartón en las calles de Los Ángeles. Sin dientes y con la cabeza afeitada le dijo a la mujer cuyo sitio en la calle había ocupado: «Puede que no lo parezca pero soy Margot Kidder». Ahora, recuperada, vive en Montana.


.Leon SpinksMás peculiar es el caso de Edith Bouvier Beale y su hija, tía y prima de Jackie Kennedy. Vivían en su mansión de East Hampton rodeadas de desperdicios, muebles rotos, gatos, algún mapache y su propia chaladura. Cuando la viuda de Kennedy se enteró por el «National Enquirer», las visitó y ayudó. Con semejante materia prima (de Jackie), los hermanos Maysles hicieron un legendario documental, «Grey Gardens», en el que se basó la película de HBO protagonizada por Drew Barrymore y Jessica Lange (mira, ya había hecho una «American Horror Story»).

Pero hay «Spanish Movies» protagonizada por Nadiuska, Tina (Las Grecas) y Sonia Martínez. Como artista invitada, un día apareció la gran Terele Pávez. Hay quien se duerme en los laureles. Ella, que es más chula, se durmió en los cartones. Se sentó con el mendigo Manolito en el portal de un banco (una caja) en la madrileña Plaza de Santa Ana y echó una cabezada. Con el lío, tuvo que dar una rueda de prensa para decir que ni era una indigente ni tenía problemas con el alcohol. Antes, su hijo había entrado por teléfono en el programa que ponía una y otra vez las imágenes. «Yo no soy el árbitro de la normalidad”, dijo a quienes sí creían serlo.

Estrellas españolas en el infierno
En España, tres son los casos que destacan en esta caída libre de la fama a la marginalidad. A Nadiuska, icono del destape de los 70, se la vio dormir sobre cartones en la Gran Vía madrileña; también pasó por centros psiquiátricos a causa de la esquizofrenia. Tina, del dúo Las Grecas, murió en 1995 en la indigencia después de pasar por la calle y centros psiquiátricos. Dramático fue también el caso de Sonia Martínez, presentadora de televisión y actriz que sucumbió a la heroína, la prostitución y el sida. Murió en 1994.

PSOE contra los recortes.

El PSOE votará en contra de los recortes de Rajoy
Rubalcaba acusa al Gobierno de pagar el déficit de las autonomías con un ajuste en la Administración Central


Los 110 diputados del PSOE votarán en contra del decreto con las medidas de ajuste aprobadas por el Gobierno. La disputa va a estar en la justificación del Gobierno por la cual ha tenido que subir los impuestos, entre otras medidas. “ Si el déficit se ha ido del 6 al 8% que nos diga el Gobierno cuánto corresponde a la Administración del Estado; cuánto a las comunidades autónomas y cuánto a los Ayuntamientos”, ha preguntado el presidente del Grupo Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Además, para explicarlo nadie mejor que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien el Grupo Socialista ha pedido su comparecencia en el Congreso, al igual que hizo el anterior presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando tomó las duras medidas de ajuste de mayo de 2010. En términos generales este plan “conduce a la recesión, a la depresión a y más destrucción de empleo”, señaló Rubalcaba. “Ahora se ve que el único plan de Rajoy era llegar a la Moncloa porque no tenía plan económico”, acusó en términos políticos. Eso sí, una y otra vez recordó que Rajoy en campaña negó que fuera a subir los impuestos.

Después de una reunión de trabajo con sus colaboradores económicos, todos del Grupo Parlamentario Socialista, Rubalcaba desgranó las objeciones a las medidas. Con él estaban Inmaculada Rodríguez-Piñero, Cristina Narbona, Valeriano Gómez, Antonio Hurtado y Pedro Saura. “El truco está bien pensado pero no cuela”. Se refiere a que el Gobierno hace el ajuste en la Administración del Estado cuando a su entender esa posible desviación del 6 al 8% de déficit es culpa de las autonomías y de los ayuntamientos. Pero este será el objeto de controversia seguro ya que casi a la misma hora que Rubalcaba y su equipo comparecían en la sede federal del PSOE de Madrid, la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, desde Sevilla junto al dirigente Javier Arenas, justificaba las medidas por el imprevisto con el que se habían encontrado: un déficit del 8 en vez del 6% que le había indicado el gobierno saliente.

Los socialistas ahora y en el Parlamento se aferrarán a que el Gobierno les diga cuál es la parte de las comunidades autónomas culpables de la desviación. Casi todas gobernadas por el PP y algunas desde hace veinte años. “El Gobierno central saliente no puede tener la culpa del déficit de la comunidad valenciana; la tendrá el presidente valenciano y la fórmula 1 pero no el gobierno del señor Zapatero”, puso como ejemplo. “El señor Montoro tiene que desglosar esos dos puntos de diferencia”, insistió. “Nuestro traspaso de poderes y de información ha sido modélico”, se defendió el dirigente socialista.

“Zapatero no puede tener la culpa del déficit de la comunidad valenciana; la tendrán el presidente valenciano y la fórmula 1"


Ajustes sí, reducción de gastos en los Ministerios también, así como subida de impuestos, pero no los que ha subido el Gobierno. Los socialistas van a volver a proponer, como hicieron en campaña electoral, un impuesto sobre las grandes fortunas y una subida para las grandes corporaciones. “La subida del IRPF va directamente contra las clases medias, los trabajadores, los jóvenes y los pensionistas, dijo de una tacada. Según sus cuentas, dos tercios del ajuste lo pagarán los trabajadores y un tercio, las rentas de capital.

“Los españoles que ganen menos de 53.000 euros al año, pagarán el 73% del ajuste a través del IRPF”, según cálculo de los socialistas. La subida del IBI también traerá injusticia por la disparidad económica que se da entre una vivienda de un pueblo y de una gran ciudad. Salen perjudicados los primeros, siempre según la versión socialista que será objeto de gran debate en el Parlamento. A los pensionistas se les sube un 1% pero “a la mayoría se les sube 0,75% a través del IRPF así que lo comido por lo servido”, conviene que lo sepan.

La retirada de la renta de emancipación y la congelación del salario mínimo afecta directamente a los jóvenes. Su conclusión es que los ajustes son necesarios pero “este no es el camino”.

El Perú: ese otro país.

El orden espontáneo
Los empresarios y comerciantes del barrio limeño de Gamarra son unos liberales que desconfían del Estado y del Gobierno. Esa zona es un paraíso de la informalidad y el capitalismo popular
MARIO VARGAS LLOSA



El Negro Cucaracha fue uno de los capos indiscutidos de una de las cárceles de Lima durante muchos años y, me dicen, tiene el cuerpo hecho un crucigrama de cicatrices de tanta cuchillada que recibió en esos tiempos turbulentos. Es un moreno alto, fornido y de edad indefinible a cuyo paso la gente de Gamarra se abre como ante un río incontenible. Me lo han puesto de guardaespaldas y no sé por qué pues en este rincón de La Victoria me siento más seguro que en el barrio donde vivo, Barranco, donde no son infrecuentes los atracos con pistola.

Es una creación de provincianos pobres que al no encontrar trabajo, tuvieron que inventárselo


El Negro Cucaracha es ahora un hombre religioso y pacífico. Se ha vuelto evangélico, anda con una biblia en la mano y en el largo paseo me recita versículos sagrados y me habla de redención, arrepentimiento y salvación con esa seguridad del creyente radical que a mí siempre me pone algo nervioso.

Gamarra comienza donde termina Mendocita, ahora un sector de La Victoria de clase media modesta, donde, en mi primer año universitario, 1953, yo participé en una encuesta para averiguar la composición social de la que era entonces la barriada más pobre y violenta de Lima, recién formada por migrantes que bajaban de la sierra en busca de trabajo. Mendocita ha progresado mucho desde entonces, pero lo que constituye un prodigio de desarrollo es la contigua Gamarra, paraíso de la informalidad y el capitalismo popular, y soberbio ejemplo de lo que Friedrich A. Hayek llamó el orden espontáneo.

En este puñado de manzanas cuya densidad demográfica a estas horas de la mañana es la de un hormiguero, se produce más riqueza y hay más transacciones comerciales que sin duda en ningún otro lugar del Perú. Y por aquí no pasó el Estado ni Gobierno alguno, ni las instituciones financieras formales, ni los créditos bancarios ni las normativas del Perú oficial. Todo esto que fermenta a mi alrededor con un dinamismo enloquecido es una creación de provincianos pobres y misérrimos que, huyendo del hambre, el desamparo y la violencia, dejaron sus aldeas andinas y, como no encontraron en la capital el trabajo que buscaban, tuvieron que inventárselo.

He venido porque hace unos días un empresario amigo que conoce bien Gamarra me contó algunas anécdotas sobre los personajes del lugar que me dejaron estupefacto. Me habló de un puneño al que llamaremos Tiburcio, a quien vio llegar a Lima muy joven, con poncho y ojotas, que sobrevivió vendiendo chupetes por las calles, y que ahora alquila tiendas y talleres de manufactura en estas calles por dos millones de dólares al mes. No exageraba ni una pizca. Tiburcio es uno de los iconos del barrio. Tiene 11 edificios, incontables tiendas y talleres y, desde hace poco, una fábrica de etiquetas en México.

Me recibe en el más moderno de sus locales y me muestra orgulloso una foto panorámica del minúsculo pueblecito, a orillas del lago Titicaca, donde nació. Habla un buen español, con música aymara, y despide energía y optimismo por todos los poros de su cuerpo. ¿Cómo lo hizo? Trabajando día y noche, ahorrando lo que podía y durmiendo en las calles, al principio. Lo ayudaron otros puneños que habían ya progresado y, por eso, él ayuda a los provincianos que vienen a Lima sin otro capital que su voluntad de salir adelante. Me asegura que el dinero que presta se lo devuelven en el 99% de los casos. "Me sobran dedos en las manos para contar las veces que me han estafado. Y eso que nunca pedí recibo por los préstamos". Ha crecido tanto que, ahora, intenta formalizar por lo menos una parte importante de sus negocios y, para ello, ha contratado como gerente al primer banquero que le abrió una cuenta corriente.

Son pocas las transacciones que se hacen en Gamarra que figuran en contratos. Prima la palabra, que es sagrada, y el que la viola la paga: se le cierran todas las puertas y se vuelve un apestado. Le conviene huir y no volver por estos lares. Por doquier me dicen que la delincuencia es menor que en otros barrios y que no son muchos los dueños de negocios y locales que tienen seguridad privada. El precio de la propiedad alcanza cifras vertiginosas. Mi amigo me jura que, aunque parezca imposible, no hace mucho se vendió un local en el epicentro de Gamarra ¡a 28.000 dólares el metro cuadrado! Es decir, más caro que los barrios más caros de Nueva York, Fráncfort, Zúrich o Tokio.

Se comercia de todo pero principalmente paños y telas, y ropa que es confeccionada en talleres del mismo barrio. Son centenares, equipados con maquinaria muy moderna, y miríadas de trabajadores de ambos sexos que hilan, cortan, cosen y empaquetan a un ritmo frenético, a menudo oyendo huaynos y música chicha por altoparlantes a todo volumen. Algunos talleres están en las alturas, con una vista circular sobre el centro de la ciudad y los cerros aledaños, y otros en sótanos atestados que se hunden cuatro o cinco pisos en el subsuelo limeño. Mañana y tarde un verdadero río de camiones, camionetas, autos y hasta carretillas y motos se llevan esa mercadería por todos los rincones del Perú y también al extranjero.

Una de las tiendas mejor provistas es la de don Moisés (tampoco éste es su nombre). Es uno de los más antiguos y respetados comerciantes del barrio. Todos hablan de él con reverencia y gratitud. No es un provinciano sino un criollo, uno de los pocos que representa a Lima en este Perú en pequeño formato que es Gamarra. Según él, este emporio nació en los años sesenta, cuando algunos migrantes advirtieron que los camiones que traían animales y artículos de pan llevar al Mercado Mayorista regresaban vacíos al interior del país. Se les ocurrió entonces utilizar ese transporte para enviar mercancías a sus pueblos y así comenzó a rodar la bolita de nieve que convertiría este pedazo de la vieja Lima en el vórtice de trabajo y riqueza que es ahora.

Los empresarios y comerciantes de Gamarra son unos liberales que se ignoran. Desconfían del Estado y del Gobierno y repiten como un mantra: "¡Si sólo nos dejaran trabajar!". Ahora se quejan de la disposición que prohibió temporalmente y aún mantiene ciertas restricciones para importar hilados de la India, una medida que, dicen, ha conseguido el lobby de los productores de hilados nacionales, más caros y menos variados que los que traían de Bombay o Kerala. Eso encarece sus costes y favorece a los fabricantes colombianos, sus grandes competidores en el mercado manufacturero nacional y americano. ¿Qué quisieran, pues? Que se abrieran las fronteras y la globalización de la que tanto se habla fuera una realidad también en el Perú.

Las horas que paso en Gamarra me ilustran mejor que muchos estudios sobre el Perú de nuestros días. En las elecciones del año pasado, cuando advirtieron que los pobres del Perú votarían por Ollanta Humala, las clases dirigentes (que nunca han dirigido nada y vivido casi siempre del mercantilismo) entraron en pánico y, creyendo que se venía un segundo Hugo Chávez, volcaron todo su poderío a favor de Keiko Fujimori, la hija del dictador que cumple 25 años de cárcel por asesino y por ladrón. Pese a ello, esta última perdió la elección. Humala ha respetado escrupulosamente la Hoja de Ruta que prometió seguir en la segunda vuelta electoral, es decir, mantener la democracia y las políticas de mercado que en los últimos 11 años han traído al Perú un desarrollo sin precedentes en su historia.

¿Por qué el presidente Humala tomó distancia de Hugo Chávez y adoptó las políticas de Brasil, Uruguay o Colombia? Más que por una conversión ideológica, por una percepción clara de la realidad: porque, para que sea posible la inclusión social que es su objetivo primordial, es indispensable que haya riqueza y empleo y para ello no hay otro camino que el que siguen los hombres y las mujeres de Gamarra. Estos descubrieron a través de su experiencia algo que todavía muchos dirigentes de la izquierda, cegados por la ideología, se niegan a aceptar: que el verdadero progreso social no pasa por el estatismo ni el colectivismo -inseparables a la corta o a la larga de la dictadura- sino por la democracia política, la propiedad privada, la iniciativa individual, el comercio libre y los mercados abiertos.

El Perú va por el buen camino y ni la derecha fujimorista ni la izquierda obtusa y anacrónica están por el momento en condiciones de apartarlo de él.

El debate: ¿Ser gay o no?

La ciencia dice que la gente no nace gay”
Richard Cohen es autor del polémico libro ‘Comprender y sanar la homosexualidad’


Richard Cohen (Filadelfia, 1952), autor del libro ‘Comprender y sanar la homosexualidad’, se define como un exgay que tiene la clave para corregir las tendencias homosexuales. Su libro, escrito originalmente en 2000, ha sido editado por Libros Libres en España. El martes, El Corte Inglés lo retiró de su librería, tras las protestas de varias agrupaciones homosexuales. Cohen define esa decisión como “un atentado contra la libertad de expresión”. No es la primera vez que su libro genera polémica. En 2009 se empleó en Uganda para apoyar un proyecto de ley que castigaría las conductas homosexuales con pena de muerte. Cohen asegura que se malinterpretó su mensaje y que no odia a los gais.

Aquí en Estados Unidos es el principal representante de lo que se llama "terapia de conversión", que promete a los pacientes hacer desaparecer tendencias homosexuales. Cohen no es psiquiatra. Obtuvo un máster en terapia psicológica por la Universidad de Antioch. En este momento tampoco tiene licencia para ejercer como psicoterapeuta. Regenta una organización llamada International Healing Foundation, para la que trabajan otros terapeutas. Recibe a EL PAÍS en su casa en las afueras de Washington, en una consulta decorada con una pequeña bandera gay, muchos libros y una foto con su mujer y sus tres hijos.

Pregunta: ¿Cree que la homosexualidad se puede curar?

Respuesta: ¿Qué quiere decir con curar? No entiendo la palabra.

P: ¿Sanarla, entonces? Es la palabra que emplea en el libro.

R: En 2008, la Asociación Norteamericana de Psicología dijo que aunque ha habido muchas investigaciones sobre las posibles causas genéticas, biológicas u hormonales de la orientación sexual, no ha habido descubrimientos que les permitan a los científicos llegar a la conclusión de que la orientación sexual esté determinada por uno o varios factores particulares. La ciencia dice que la gente no nace gay.

P: Lo que usted hace, ¿es una terapia que revierte una supuesta fase gay?

R: Yo creo en el derecho del cliente a la autodeterminación y libre albedrío. Si alguien quiere vivir una vida gay, lo respeto. Y si alguien quiere explorar las posibilidades de cambiar de gay a heterosexual, también lo respeto.

P: Pero niega la posibilidad de que la homosexualidad sea biológica.

R: Si hay algo biológico en ella, mi experiencia dice que es que aquellos que experimentan sentimientos homosexuales son hombres y mujeres extremadamente sensibles.Viven una relación con sus padres, con sus compañeros y con su entorno, distinta a la de sus hermanos y a las de otra gente a su alrededor. Esa sensibilidad puede sentar las bases para los sentimientos homosexuales.

P: Por lo que usted ha escrito, cree que es el entorno familiar, escolar, de amistades, lo que determina la homosexualidad.

R: Efectivamente, es algo de suma importancia.

P: Y, ¿cómo hace usted que alguien evolucione de tendencias homosexuales a tendencias heterosexuales?

R: Durante los pasados 21 años, en los que trabajé como psicoterapeuta, desarrollé un protocolo para aquellos que quieran cambiar, no para los que estén contentos siendo gais. Yo mismo viví como gay, tuve una pareja gay durante tres años.

P: ¿Había algo dentro de usted que le decía que aquello no era correcto?

R: No. Lo que pasa es que desde pequeño, siempre tuve un sueño: estar casado con una mujer y tener una familia. No fue la presión de mis padres, de la sociedad o de la religión. Era yo mismo, que tenía el sueño de casarme con una mujer y tener niños.

P: ¿Fue fácil para usted dejar de ser gay?

R: No. Se me dijeron muchas mentiras. Que encontrara a la mujer adecuada que me volviera heterosexual. Me casé. Pero reprimía los deseos homosexuales. No los había resuelto. Hice mi terapia después de casarme. Fue un proceso complejo, duro. Muchos terapeutas me decían que yo había nacido gay, que no había nada que hacer. Que debía aceptarlo y vivir una vida gay.

P: ¿Nunca tuvo una aventura con un hombre después de casarse?

R: Tuve una relación con un hombre. Y se lo dije a mi mujer. No buscaba sexo, sólo un mentor masculino. Bajo mi deseo por los hombres había una herida. No recordaba que mi tío había abusado sexualmente de mí. Es algo que reprimí durante 25 años, hasta que hice mi terapia. Entonces encontré a un mentor masculino, heterosexual. Cuando experimenté el luto por ese abuso mis tendencias homosexuales desaparecieron.

P: Usted hace especial insistencia en la figura del abuso sexual como una razón para desarrollar sentimientos homosexuales. ¿Cree usted que es una razón común?

R: Es una de las 10 razones posibles que detallo en mi libro. Nunca es una cosa sola. Es una combinación de varios factores. Un 50% de mis clientes sufrió abuso sexual por parte de alguien de su mismo sexo.

P: ¿No cree que esto se puede interpretar como que usted caracteriza a los gais como abusadores sexuales?

R: Es lo opuesto. Si se da cuenta de las proporciones de la población, la mayoría de abusadores son heterosexuales.

P: ¿Por qué?

R: Porque en la sociedad no hay más de un 2 o 3% de homosexuales. Es una cuestión de proporcionalidad. En mi caso, fue un hombre heterosexual quien abusó de mí.

P: Hace usted una reflexión en su libro sobre por qué los homosexuales tienden a cultivar su cuerpo, cuidar su apariencia... algo muy asociado a los tópicos que hay sobre la cultura gay.

R: Es lo que se llama sobrecompensación, porque no sienten su propia masculinidad. He tratado a hombres culturistas, con físicos increíbles. No importa cuántos músculos desarrollen, aun se sienten inferiores interiormente.

P: Usted habla de un mito, reforzado por los medios, Hollywood, las novelas...

R: Es el mito de que se nace gay, que es una afirmación que científicamente no es válida. Pero tampoco se puede decir que ser gay sea una opción. Uno no se despierta un día y decide ser gay. Hay una serie de factores combinados que hacen que alguien se comporte como gay. Tratando a cientos de homosexuales he descubierto que hay una serie de contextos comunes en todos ellos. En las biografías de los famosos queda claro también: tuvieron experiencias similares. Rosie O’Donnell, Greg Luganis, Elton John, Ricky Martin, Ellen DeGeneres... todos tienen historias similares. Es algo clínico. Decir que alguien ha nacido así es contrario a la naturaleza.

El 15-M más allá de España.

Y el 15-M desbordó fronteras


Este movimiento fue uno de los fenómenos que en 2011 colocaron a España en el mapamundi. En un año marcado por las malas noticias, aportó un soplo de aire fresco y combativo con su ADN no violento



Dice Eduardo Galeano que hay un nuevo mundo latiendo en el vientre del mundo en que vivimos: "Hay un mundo que puede ser latiendo en este mundo que es". Las palabras del escritor uruguayo, tan certero en la prosa como poético en el verbo, se pueden escuchar en un vídeo que aloja la web de los indignados chilenos ( www.chileindignado.cl).

Las pronunció a principios de diciembre, en plena plaza de Catalunya, adonde acudió a solidarizarse con la acampada de Barcelona. "Este mundo de mierda está embarazado de otro y son los jóvenes los que lo llevan adelante", proclamó enfático. "Y yo lo reconozco en estas manifestaciones espontáneas".

Una clave del éxito fue el lema de la primera convocatoria: "No somos mercancía en manos de políticos y banqueros"

El Movimiento 15-M es uno de los fenómenos que en 2011 colocaron a España en el mapamundi. En un año marcado por las malas noticias, aportó un soplo de aire fresco y combativo. Su ADN no violento, horizontal, asambleario, marcadamente democrático, apoyado en las redes sociales y construido sobre la ocupación de plazas, revolucionó las calles en España y generó un nuevo modelo de protesta.

Los indignados españoles han marcado un cambio de época en la historia de las movilizaciones sociales. Una nueva generación de activistas muy conscientes de sus derechos ciudadanos incorporaron las nuevas tecnologías a la protesta civil, vitaminaron las calles desde las redes. La noche del 23-F de 1981 fue bautizada como la noche de los transistores. En el caso del 15-M, el día 16 de mayo podría haber sido bautizado como el día del tuit: en esa jornada, la protesta española se convirtió en trending topic mundial, es decir, en uno de los temas comentados en la red social Twitter. La #spanishrevolution tomó la Red. La tormenta digital no se quedó en el mundo online, saltó a la calle. Y se transformó en una masiva e inesperada concentración el martes 17 de mayo en la Puerta del Sol, el martes mágico: a las ocho de la tarde, citados a través de las redes, cerca de 6.000 manifestantes se congregaban en la plaza que simbolizaría la protesta. "No estamos en Facebook, estamos en la calle", proclamaban los jóvenes en la plaza.

España tenía todas las papeletas para alumbrar una protesta multitudinaria: crisis profunda, cinco millones de personas en paro, desahucios, jóvenes con precarias perspectivas laborales. Pero nadie previó que el 15-M pudiera cosechar semejante cadena de éxitos. En un año, tres movilizaciones (15-M, 19-J, 15-0) y tres llenazos. Cuentan los cronistas que nadie previó tampoco el Mayo del 68 francés.

En un principio, los más escépticos recurrieron a manos negras y demás teorías conspiranoides para explicar lo que germinaba en las calles. Era difícil de asimilar que, una semana antes de unas elecciones cruciales, legiones de ciudadanos gritaran pidiendo una democracia real ya.

Una de las claves del éxito fue el lema de la primera convocatoria del 15 de mayo: "No somos mercancía en manos de políticos y banqueros". Bajo este paraguas, el 15-M consiguió, en sus primeros compases, unir sensibilidades muy distintas.

El rechazo a la corrupción rampante unió voluntades. La trama Gürtel, el caso Brugal, el caso Palma Arena, el saqueo del Palau de la Música en Cataluña, los ERE fraudulentos en Andalucía, el culebrón de la trama corrupta marbellí... La confianza en las profesionalizadas clases políticas se ha venido laminando año tras año.

Los gritos también se alzaron contra bancos y mercados. Tres años después del rescate de las entidades financieras, nada ha cambiado. Tres años después de anuncios como el de Nicolas Sarkozy, que llamó a refundar el capitalismo, las economías europeas aparecen en manos de las agencias de rating. La desregulación de los mercados, la confianza en la mano invisible de Adam Smith, se reveló como una trampa total para los indignados. Se acude al rescate de los bancos y de las economías, sí, pero ¿quién acude al rescate del ciudadano?

"¿Por qué gobiernan los mercados si yo no los he votado?", rezaba una camiseta del 15-M.

Las maniobras del sistema financiero fueron alimentando la indignación. Bonus para el que más se endeuda, para el que concede hipotecas basura; recompensas para los que arruinan a sus empresas, que al abandonarlas se llevan, encima, un buen pellizco. Las perversiones del capitalismo a la vista de todos, expuestas en películas como Inside job, denunciadas por intelectuales como Stéphane Hessel en el panfleto ¡Indignaos! o el escritor José Luis Sampedro.

Los indignados españoles han generado un nuevo modelo de protesta. No han inventado la pólvora, pero construyeron un modelo que acabó siendo imitado. El 15-M, de hecho, bebió de otras revueltas, tuvo sus fuentes de inspiración. Dos fueron sus principales referentes: por un lado, Islandia, donde las protestas ciudadanas desencadenaron reformas constitucionales; por otro, la llamada primavera árabe, donde las redes sociales catalizaron las movilizaciones.

El 15-M se define por su horizontalidad. Una horizontalidad que en algunos casos dificultó la toma de decisiones, pero que sirvió para crear consensos. Se desprecian las estructuras verticales. Las decisiones se toman mediante procesos asamblearios en la red y en la calle. La ciudadanía es el nuevo sujeto central. Los procesos asamblearios en red son caóticos, sí, pero a fuerza de ir sumando propuestas se generan consensos. Las redes son inteligentes.

Es un movimiento fundamentalmente reformista. A pesar de la etiqueta #spanishrevolution, reivindica una democracia más participativa, que cuente con las herramientas digitales para incorporarlas al proceso de toma de decisiones, reivindica un sistema electoral que dé voz a las minorías y destierre el bipartidismo.

Los indignados no creen en los políticos y en unas viejas instituciones anquilosadas, pero sí en la política. Consideran que las estructuras tradicionales no dan las respuestas adecuadas al momento presente, sino que actúan al son del statu quo y bailan al ritmo de los mercados.

Lejos de las interpretaciones de ciertas cavernas periodísticas que vieron en el movimiento a un hatajo de perroflautas antisistema bañados "en olor a porro", como se escuchó en una memorable entrevista del canal Intereconomía, el 15-M fue y es democrático y no violento. Se produjo el episodio del asalto a los parlamentarios catalanes, sí, un capítulo lamentable que solo se puede atribuir a elementos que se colaron en unas protestas y en una forma de protestar que no era la suya. De hecho, elementos hubo en todas las plazas. El movimiento abrió sus brazos y no pudo impedir que se les colaran algunos indeseables. Como los que, sin escrúpulo alguno, se llevaron una quincena de ordenadores de una de las carpas que rodeaban la estatua del impertérrito Carlos III en Sol.

No recurren a la violencia, pero sí a la desobediencia civil. Ese es uno de los elementos clave de su ADN. Y ese es uno de los factores que se exportaron a Nueva York: la ocupación del espacio público.

El 15-M traspasó fronteras y exportó su modelo más allá de las fronteras. De hecho, esa exportación se gestó en una pequeña asamblea en la madrileña plaza del Carmen. El 17 de junio de 2011, un mes después de la manifestación a la que acudieron 80.000 ciudadanos en las principales ciudades españolas, unas 40 personas se reunieron a las cinco de la tarde. Había norteamericanos, franceses, griegos, argentinos... y una chica israelí, Aya, que se llevó varios manuales de activista de la acampada de Sol. Nada más llegar a Tel Aviv, tradujo al hebreo la Guía de asambleas y el Cómo cocinar una revolución, material que sirvió a los jóvenes que se alzaron el 14 de julio. El modelo de www.tomalaplaza.net también sirvió de inspiración para crear la web que vertebraría las protestas del verano en Israel y las de Nueva York en septiembre con el movimiento Occupy Wall Street.

La protesta global del 15-O fue anunciada por los indignados españoles poco después del 15-M. Tras meses de arduo trabajo, 951 ciudades de 82 países se sumaron a la cita. La indignación frente a la actuación de los políticos, los mercados financieros y la banca volvía a unir a los manifestantes, esta vez de todo el planeta. En España, la convocatoria volvía a ser un éxito rotundo, con cientos de miles de personas marchando por las calles bajo el lema Unidos por un cambio global y con la emblemática Puerta del Sol nuevamente abarrotada.

Poco después de la protesta global, Metroscopia publicaba un sondeo que ponía de manifiesto las simpatías que el movimiento ha recabado en la población española. Siete de cada diez españoles piensan que el movimiento tiene razón en sus reivindicaciones, un 73% de la población.

De hecho, algunas de sus propuestas acabaron abriéndose paso en los programas de algunos de los partidos que concurrieron a las elecciones del 20-N. El socialista Alfredo Pérez Rubalcaba dejó caer en su cara a cara con Mariano Rajoy, el entonces candidato del PP y hoy ya presidente del Gobierno, que la democracia española ya está lo suficientemente madura como para plantearse una revisión de la Ley Electoral.

A pesar del amplio apoyo popular, cada una de sus convocatorias fue mirada con lupa. Cada vez que dejaron de aparecer en los medios de comunicación por espacio de 15 días se habló del ocaso del movimiento. Resultados, resultados, resultados. El cortoplacismo lleva a exigir resultados inmediatos, resultados ya, cuando lo importante es el proceso: el 15-M ha abierto un proceso. Un proceso del que solo hemos visto el inicio. Los más jóvenes no están atontados frente al ordenador, ni están embobados con las nuevas tecnologías. Saben utilizar las nuevas herramientas para desafiar al sistema. Conocen sus derechos.

El movimiento ha tenido y tiene sus problemas. Su estructura horizontal ralentiza la toma de decisiones. De hecho, Democracia Real Ya ha empezado a tomar decisiones por mayoría para agilizar los procesos. La diversidad del propio 15-M dificulta los consensos en acciones concretas. Se han producido roces entre estructuras: DRY, Acampadas, Barrios, Comisiones. Ha habido momentos, antes del verano, en los que el ritmo de concentraciones era tan alto que se desgastó la capacidad de convocatoria. El riesgo de diluirse en decenas de propuestas, las que elabora cada una de las comisiones, existe. Acotar objetivos y poner de acuerdo a las múltiples sensibilidades que habitan el movimiento es uno de los retos que afrontan.

Pero lo relevante es que el 15-M se ha convertido en una referencia. Vivimos tiempos de cambio. El mundo está cambiando de piel, las incertidumbres afloran. La revolución digital debería llegar de algún modo a la arena política, las herramientas para consultar a la ciudadanía existen, pero los partidos políticos siguen funcionando con los viejos esquemas.

Lo que está claro es que la ciudadanía pide paso, quiere que su voz sea escuchada. Y por eso gran parte de los integrantes del movimiento rechazan convertirse en partido político. No quieren darse un barniz de burocracia que les conduzca al anquilosamiento. Quiere ser un lobby social. Presionar. ¿Acaso no lo hacen las grandes empresas y los bancos? Pues los ciudadanos también. -

Simplemente Letizia.

Letizia después de Urdangarin
ELVIRA LINDO



Sus orígenes, su preparación intelectual, su abuelo, su carácter, su masa muscular, sus tensiones emocionales, el complicado encaje en la familia. los periodistas no han dado tregua a la princesa hasta que el 'caso Urdangarin' ha sido ineludible incluso para la prensa rosa más amable. La escritora Elvira Lindo relata sus encuentros con esta exprofesional del periodismo, obsesionada con el cumplimiento de la tarea que desempeña desde mayo de 2004

El día 1 de noviembre de 2003, la Casa del Rey anunciaba por sorpresa el compromiso del príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz. A mediados de diciembre del mismo año, este periódico decidía quiénes serían los dos personajes del año: Sadam Husein y la futura princesa. Sadam pasó a la historia y a la posteridad de manera violenta; Letizia pasará a la historia, si el sistema de nuestro país no se resquebraja, como reina de España. El periódico encargó para su especial fin de año a quien esto escribe una semblanza sobre la prometida del Príncipe. La tarea no resultaba sencilla: el entramado protocolario de La Zarzuela había blindado la relación de Letizia Ortiz con la prensa.

Imposible de cualquier manera acceder a la futura princesa que, desde el anuncio de su compromiso, había abandonado su piso del barrio de Valdebernardo y estaba ya viviendo en el palacio. Por otra parte, era sin duda estimulante ponerse a la tarea de reconstruir la vida de esta joven profesional a la que los monárquicos tradicionalistas habían descrito desde un primer momento como la mujer menos adecuada para acompañar al Príncipe en un proyecto sentimental que, por su rara naturaleza, nunca puede excluir los compromisos de Estado.

Fueron muchos los artículos que leí. Algunos podían alcanzar la denominación de libelos, por no ser más que un encadenamiento de insultos que amparaban su tono denigratorio en una especie de sapiencia monárquica, que en España, donde hay un rey sin corte y donde la monarquía tuvo que reinventarse con la llegada del régimen democrático, resultaba ridícula. Los expertos torcían el gesto ante la llegada a la familia real de una chica sin experiencia aristocrática y con un divorcio a sus espaldas; por su lado, los informadores maledicentes, esos que todo lo saben, aportaban ese tipo de datos íntimos que solo buscan mancillar la imagen de una persona. Letizia y su pasado: las historias oscuras de su tiempo en México, de su matrimonio fracasado, de otros posibles amantes.

Letizia y su familia: el acoso a los abuelos maternos por el simple hecho de que fueran personas humildes, o el cerco a su madre y sus hermanas, que como hemos podido comprobar (incluyendo el episodio trágico de la muerte de su hermana) jamás buscaron sacar provecho de su repentina y no buscada notoriedad. Había, según algún conocedor de ese cogollito endogámico que constituye la aristocracia española, un clamor de indignación materna por no entender que el Príncipe hubiera puesto los ojos en una joven de la clase media.

Por suerte, en aquel diciembre de 2003, Letizia acababa de abandonar la vida periodística y era relativamente sencillo charlar con personas que la hubieran tenido por amiga o compañera. Sus colegas me ayudaron a construir el retrato creíble de una mujer que podía ser cualquier mujer de su entorno profesional: perfeccionista, periodista vocacional, obsesiva con el trabajo, ambiciosa, algo nerviosa, despierta, con una franqueza que en ocasiones podía resultar cortante, y esa entendible vulnerabilidad de las mujeres guapas que se pasan la vida esforzándose en demostrar su inteligencia.

Aquel retrato vio la luz en un día como hoy. Por supuesto, a la carcundia que la rechazaba por razones de clase no le gustó ver reflejados por escrito los motivos de su descontento, y de la progresía de aire republicano recibí alguna carta en la que me expresaban su sorpresa por no haber sospechado jamás que yo fuera capaz de sentir simpatías hacia la Monarquía. Ay, España. Todo ello por no hacer un retrato amargo, sarcástico o denigratorio de la joven novia del príncipe Felipe, sino, creo, ajustado a la verdad.

A quien sí debió de agradarle fue a la propia Letizia, que, a través de una colega de televisión, me hizo llegar un mensaje de agradecimiento. El mensaje se materializó en una cena que tuvo lugar en el piso que la historiadora y académica Carmen Iglesias, profesora del Príncipe, tiene en el corazón del Madrid de los Austrias.

Ahora no es un secreto, entonces sí. La prensa del corazón rastreaba con celo de sabueso los pasos de los novios, y cuando llegamos a la cita ya había dos paparazi haciendo guardia enfrente del portal. De aquella velada, tan astutamente propiciada por Iglesias, ha quedado el recuerdo del envaramiento inicial, que se fue diluyendo poco a poco hasta alcanzar una naturalidad en la cena que ni mi marido ni yo hubiéramos sospechado. Cuando cruzábamos la ciudad de regreso a casa, compartimos, supongo que con algo de inocencia por nuestra parte, una misma sensación: la de haber creído tener ante nosotros a dos personas que se quieren pero que van a ser para siempre prisioneros de un destino que escriben otros.

Letizia pudo apreciar la dimensión que adquiriría cada una de sus palabras a partir del primer encuentro con la prensa: aquella mañana en que se oficializó el noviazgo, se enseñaron los regalos del prometido a la prometida y viceversa, y en la que la novia, con un grado de naturalidad que luego sería borrado en sus comparecencias públicas, le dijo al Príncipe aquella frase tan común en cualquier pareja y tan extraordinaria entre parejas reales, "déjame hablar". Fue la última vez que Letizia reclamaría públicamente la palabra. No sabemos si de forma traumática o progresiva, aquella joven profesional que hablaba a diario para millones de espectadores aprendió a ser consorte silenciosa en la vida pública, con el sacrificio que eso conlleva para quien disfruta dando su opinión.

La siguiente vez que tuve la oportunidad de ver a la pareja fue en Nueva York. En realidad, los había visto antes, el día de su boda, pero, como todo el mundo sabe, las bodas reales se disfrutan mucho más por televisión. De aquella jornada conservo una imagen de ellos no mayor al tamaño de esos novios de plástico con el que adornan en las pastelerías el piso más alto de la tarta nupcial.

Tras un año de matrimonio, los Príncipes realizaron su primer viaje a Estados Unidos e hicieron acto de presencia en una gala en el Waldorf Astoria, en el Cervantes y en la ONU. Era enternecedor el empeño que Letizia ponía en que sus encuentros fueran productivos y profesionales, y cómo se frustraba al ver que la prensa solo apreciaba el modelito que había elegido para cada evento. Sospecho que ese desencuentro con quienes la juzgan siempre ha sido un motivo de disgusto para ella.

Aquellos que valoran su presencia comparándola con una esclava de la moda como es Rania de Jordania no demuestran mucha perspicacia calibrando qué tipo de mujer es la princesa Letizia. Su manera de vestir es la de alguien para quien la ropa está al servicio de los acontecimientos. Sin más. Aunque no deja de ser evidente que durante estos años sí se ha preocupado por suavizar los rasgos angulosos de su rostro, acentuados por una extrema delgadez propia de las personas de carácter nervioso.

Cuando la periodista Letizia le dijo a su prometido "Déjame hablar", lo que deseaba era expresar ante los periodistas su admiración hacia la Reina, la figura que ella había decidido tomar como ejemplo. Hay algo que ha debido aprender de la que (si ocurre como está previsto) será su predecesora: a callar sin que parezca que está callada, a callar de tal manera que dé la impresión de que está interviniendo, a callar manteniendo la sonrisa y el gesto de interés, a callar y a reservarse su opinión para espacios muy íntimos.

Un sábado de aquel viaje a Nueva York, la pareja de príncipes fue a Broadway a ver uno de los clásicos, La calle 42. El frío inconsolable del aire acondicionado del teatro les expulsó a mitad de la obra y fue entonces cuando me sonó el móvil. A la salida, por cierto, del estreno de La mala educación, de Almodóvar. Nos podíamos encontrar, propusieron, para tomar algo. Como en aquella ciudad no somos nadie, como tampoco sabemos cómo se hace eso de reservar una mesa para los Príncipes de España, optamos por ir al mismo restaurante al que vamos y al que popularmente se va a la salida del Lincoln Center, Fiorello's.

Sí, el mismo restaurante en el que cenó Vargas Llosa con su familia al salir de la ópera el día en que le concedieron el Nobel, Fiorello's. Un clásico donde, milagrosamente, siempre se encuentra sitio. Compartimos pizza, vino e intimidad. Si alguien de la clientela que nos rodeaba conoció al Príncipe hizo como que no. Tan solo un camarero mexicano le preguntó si era quien él creía que era y a partir de ahí nos trajo las viandas algo más rápido de lo que suelen. Eso fue todo.

A esas alturas ya se había especulado con posibles embarazos de la Princesa, y la Princesa esperaba impaciente el momento mezclando, imagino, su deseo con la presión a la que era sometida. Los medios de comunicación ya eran conscientes de la debilidad de Letizia por los medios de comunicación. Por los periódicos, por Internet, por aquello que debía leer y por lo que no.

La prensa suele advertir en cualquiera sus aspectos más vulnerables, y en Letizia captó esa tensión transparente por su afán de mostrar una conducta irreprochable y llegar a alcanzar ese grado de "gran profesional" con el que el Rey ha descrito a la Reina. Esa célebre definición, que denota reconocimiento hacia la consorte, pero también una distancia que ha parecido siempre justificada por el rango, no está presente en la nueva pareja real, que, más de acuerdo con la generación a la que pertenecen, trabajan con una mayor sintonía.

Así me pareció cuando los observaba de cerca en aquel restaurante neoyorquino bullicioso en el que, por su proximidad al Lincoln Center, sirven la comida estudiantes de canto. Letizia, la princesa, como es natural por su vocación de periodista y por no haber nacido con todo dado, andaba preocupada por las críticas. Felipe, el príncipe Felipe, más sereno ante las reacciones de la opinión pública, más proclive a aceptar lo que el curso de la vida les depare, dijo: "Alguna vez nos criticarán y tendrán razón". Y a mí me pareció de una inteligencia y una dulzura que le han de servir como escudo en un país en el que nada se da por descontado.

De nuevo les dijimos adiós como se dice adiós a quien emprende un viaje que ha de ser por fuerza proceloso. Y les animamos, en broma, por supuesto, a quitarse de en medio durante un tiempo a un rincón poco turístico de Nueva York. Qué fácil es recomendar la libertad cuando se tiene.

Por aquellos tiempos, la crónica social se centraba, entre todos los miembros de la Casa del Rey, en Letizia: la ropa, los esperados embarazos, las tensiones, las posibles crisis. En realidad, los periodistas del corazón o de sociedad no han dado tregua a la Princesa hasta que el caso Urdangarin ha sido ineludible incluso para la prensa más ñoña. Hubo un conato de colocarla en primera plana con esas fotos en las que mostraba unos brazos esqueléticos en el viaje a Chile, pero el peso del fiasco Urdangarin es insuperable. Cabe preguntarse, y por qué no decirlo en público, si parte de esa falta de indisimulada sintonía entre la infanta Cristina y la princesa Letizia no era el resultado de una manera de actuar poco ejemplar del duque de Palma que afectaba directamente al futuro de su marido, el Príncipe.

Curioso es que el Rey, en su encuentro con los periodistas en el Congreso el día de la investidura del nuevo Gobierno, y tras el aplauso provocado por un discurso en el que todos entendimos había una valiente referencia a los negocios de su yerno, reprochara a la prensa su tendencia a personalizar las cosas. Una manera absurda de dilapidar el buen efecto conseguido.

Es cierto que la Monarquía precisa de ritos y gestos un poco irreales para subsistir, pero dado que es un Estado democrático quien ha de servirse de sus desvelos diplomáticos y su presencia conciliadora, no hay por qué sobresaltarse ante la presencia de un heredero que no salvó la democracia pero que estudió en Georgetown, que no se casó con una gran profesional de la monarquía sino con una profesional del periodismo y que la eligió para trabajar a diario con ella, codo con codo. De momento, dicen los periodistas que les siguen de cerca, la presencia de Letizia ha sido beneficiosa.

Atención mediática
La princesa Letizia se solía quejar de la falta de atención de los periodistas hacia el cometido de sus viajes. "No se fijan más que en el vestido que llevo o en cuál es la razón que me ha llevado a elegirlo para esa ocasión".


Pareja y equipo
El Príncipe comentó delante de unos periodistas: "Letizia tiene que sonreír para que se aprecie que está de buen humor. Sus rasgos son más marcados y graves que los de la Reina, que tiene un gesto siempre amable". En la imagen, los Príncipes de Asturias saliendo del Congreso de los Diputados después de que el Rey inaugurara la décima legislatura el pasado martes.

México: Volviendo al siglo XIX.

Esperando a Max, ¿o es sólo a Miramón?
Enrique Calderón Alzati


Con una brillante jornada, histórica y a la vez visionaria, el pasado 14 de diciembre los diputados lograron llevar al país nuevamente al siglo XIX, del cual nunca debió salir, a decir de algunos de los hombres y mujeres más importantes de este país, incluidos el Presidente, su flamante secretario de Gobernación, algunos ilustres empresarios y, desde luego, los máximos dignatarios de la segunda más antigua institución que existe en esta región del mundo, conocida como Occidente”.

Fue así que ese día memorable de 2011 los diputados federales, luego de discutir por cerca de siete horas (sin que se aclarara bien a bien el propósito de la discusión), dieron este importantísimo paso, que otorga a los mexicanos nuevamente el derecho de expresar libremente, en las calles y plazas de este país, su devoción a los claros preceptos del cristianismo, dando así cumplimiento a la promesa que recibiera el propio Papa, de una comisión unipersonal, aparentemente formada por un culto representante de quienes hoy gobiernan nuestro país (en una clara reminiscencia de lo que sucedió hace unos 150 años, cuando otra comisión de patriotas ofreció el trono de México a un distinguido príncipe de la casa de Habsburgo), para restituir este derecho de todos los mexicanos de ser conducidos por el único camino posible a la felicidad, el cual les había sido arrebatado cobardemente desde aquellos años por un grupo de facciosos, intolerantes y amargados, que en un albazo sacrílego habían logrado establecer el Estado laico, defendiéndolo luego de manera incomprensible en contra de las mayorías silenciosas de los mexicanos creyentes y de buenas familias, cometiendo todo tipo de hechos violentos, que culminaron de manera cobarde y vergonzosa con el asesinato del emperador que representaba las únicas posibilidades de progreso para nuestra nación en aquel tiempo.

Aunque podría decirse que algunas razones hubo en el comportamiento de aquellos hombres, a partir de pequeños errores de unos pocos líderes religiosos y políticos que en su afán de cuidar el orden público habían reprimido a quienes encabezaban el movimiento insurgente, aplicándoles castigos que hoy nos parecen un tanto extremos, pero que luego corrigieron (nuestros lideres religiosos, por supuesto), dando su apoyo a Iturbide en sus afanes libertadores, y que si bien habían apoyado también a López de Santana, lo hicieron siempre de buena fe, engañados por los ardides de aquel militar autoritario, como tantos otros, que en el siglo pasado se dedicaron a perseguir a hombres y mujeres creyentes, cerrándoles sus templos y martirizándolos ante la imposibilidad de hacerles renunciar a su fe.

Por ello, los príncipes de la Iglesia, los altos funcionarios del gobierno, los hombres de negocios y la gente de bien han manifestado de manera unánime su muy justificada alegría por tan importantes reivindicaciones libertarias, que de ahora en adelante permitirán poner en el lugar que les corresponde a los marxistas y talibanes, enemigos del orden y del progreso.


De esta manera los principios sagrados por los que han luchado tantos hombres y mujeres, quienes orgullosos de su fe nos permitirán ahora recibir con la frente en alto al mismo Papa, el enviado de Dios, que en los próximos meses visitará nuestro país con su mensaje de amor, para instruirnos sobre la importancia de otorgar nuestro voto a quien en su inmensa sabiduría él nos indique, para dirigir los destinos de nuestro país por el camino del bien, la devoción y la fe, que tanta falta nos hace en estos días de caos y de violencia, promovida por los delincuentes y los enemigos del orden y las buenas costumbres.

Ahora vendrán los tiempos en los que las personas decentes podremos expresar con júbilo nuestra fe y nuestros compromisos, imponiendo nuestras ideas y principios a quienes se oponen y se han opuesto a nosotros, no sólo en aspectos de la conciencia, sino también para apoyar otras causas relacionadas con la conducción del país y con la buenas costumbres.

Muchas son las cosas que hemos logrado imponer aun en contra de las leyes establecidas, gracias a la firmeza de nuestros principios, a las relaciones que hemos sabido tejer con paciencia y sabiduría; el paso siguiente será lograr que algunas otras leyes sean derogadas por inútiles y contrarias a la realidad en todos los campos de la vida política y social, desde la educación y la cultura que reciben nuestros hijos, y en especial los hijos de quienes no tienen recursos para pagar colegiaturas y se ven obligados a recurrir a las escuelas públicas, hasta los relacionados con el derecho a la vida y la proscripción del libertinaje.

Las nuevas libertades logradas con la derogación del anacrónico artículo 24 nos permitirán, en el futuro, no sólo aislar a quienes profesan religiones, creencias y maneras de pensar diferentes a las nuestras, sino hacerles ver que son minoría y que por ello deben sujetarse a la voluntad mayoritaria de nuestro pueblo, comprendiendo que es sólo por nuestra tolerancia que les permitimos coexistir con nosotros.

Sin embargo, no debemos pensar que todos estos logros están asegurados, las modificaciones a la Constitución, aprobadas por los diputados, habrán de enfrentar duras críticas de nuestros enemigos, antes de su confirmación en la Cámara de Senadores, por ello es necesario estar alertas desde ahora, para impedir que nuestros enemigos detengan este noble proceso que ha sido posible, gracias al apoyo de gobernadores, funcionarios y legisladores comprometidos con el actual proceso de modernización que ha tenido el país durante los últimos 11 años, como nunca se habían dado en la historia moderna de México.

España: La monarquía y sus cuentas.

España: la monarquía y sus cuentas
Marcos Roitman Rosenmann


La sociedad española está de fiesta y sus políticos cortesanos no caben de gozo. La corona, institución por antonomasia que ha prevalecido en la historia de España, decide hacer públicas sus cuentas. Sin embargo, lo hace diciendo verdades a medias que se transforman en mentiras completas. Bajo presión, sin sentido ético ni estético y tras meditar las consecuencias del caso Urdangarín, hoy definitivamente imputado, y para evitar escándalos mayores, cuyo costo en el medio plazo sería impredecible, la familia real se ve obligada a guardarse las espaldas y aparecer, ante la opinión pública y la sociedad española e internacional, como una institución modélica. No es por tanto un gesto que podríamos considerar propio de una convicción democrática.

Además, como veremos a continuación, los datos hechos públicos sólo corresponden a trazos gruesos, es decir, se limitan a considerar los gastos generales, aquello con un efecto mediático importante, pero, sin duda superficial. Después de 30 años de estar solicitando las cuentas, hoy, a regañadientes, nos dicen que la monarquía cuesta aproximadamente, según la web oficial, unos 10 millones de euros. ¡En horabuena! Toda una ganga. Juan Carlos I recibe 297 mil 752 euros al año, que dividido en 14 pagos mensuales le supone ingresar, cada 30 días, la suma de 21 mil 268 euros, cifra equivalente a 32 sueldos mínimos. En la cadena de gastos le sigue la nómina del príncipe heredero, con un monto de 146 mil 376 euros, unos 12 mil euros mensuales, y su esposa, doña Leticia, que recibe como consorte 89 mil euros, los mismos que cobra por su jornada laboral la reina y las dos infantas. En total las mujeres pertenecientes a la casa real amasan un total de 357 mil euros brutos al año.

Pero las cuentas no cuadran, al menos en el caso de Felipe y Letizia. La casa que se construyeron ha costado 12.5 millones de euros, y si la pareja sólo vive de su sueldo, tardaría 135 años en pagarla. Tampoco salen los cálculos en el caso del matrimonio real de Cristina e Urdangarin. Antes de marcharse a Washington hicieron un desembolso de 6.5 millones por la compra de un chalet en una de las zonas residenciales más caras y exclusivas de Barcelona.

La prensa del reino, adicta a su majestad, prefiere atrincherarse formando una cortina de humo y centrarse en la lógica comparada. Es la manera de reafirmar el sentido monárquico de la sociedad española. La mejor defensa, un ataque. Así, antes de comenzar a poner las cifras encima de la mesa, el periódico monárquico ABC despliega el siguiente titular ¿Cuanto hubiesen pagado los españoles por la actuación del rey el 23 de febrero de 1981, día del golpe militar de Tejero? Pueril y barriobajero es el enunciado.

Pero sigamos adelante, se busca señalar lo barato que sale tener un rey en el siglo XXI en la España de las autonomías. Para darnos una idea de lo que supone tener una corona a precio de saldo, se inicia la lista con el rey Alberto II de Bélgica, quien se dice, cobra 1.8 millones de euros. A continuación se pasa a Suecia, cuya casa real recibe 11 millones y su rey, Carlos Gustavo XVI, casi otro millón y medio de euros.

Pero la palma se la lleva la reina Isabel II de Gran Bretaña y su familia, la cual recibe un total de 49 millones de euros para cubrir gastos. Visto en perspectiva, la saga de los Borbones es un chollo. Y para rematar el cuadro se establece la comparación con el sistema republicano de gobierno, señalando que Juan Carlos I cobra menos que Sarkozy, en Francia, 228 mil euros, o Barack Obama en Estados Unidos con 310 mil euros.
Sin embargo hay un hecho que se oculta, el conjunto de partidas colaterales, las más importantes, no se suman al costo total de la corona.

Por ejemplo, el parque móvil de su majestad, coches, gasolina, choferes y mantenimiento se factura al Ministerio de Hacienda; la Guardia Real la paga el Ministerio de Defensa, y los más de 500 empleados entre costureras, cocineros, jardineros, mucamas, lo asume como propio el Patrimonio Nacional, y qué decir de los viajes, estos pasan directamente a engrosar los debe del Ministerio de Asuntos Exteriores. Suma y sigue, tampoco se contabiliza el servicio de seguridad, cuyos funcionarios reciben su sueldo directamente del Ministerio del Interior con un plus por peligrosidad, ni las 500 comidas que dicen servir diariamente a los empleados de la Zarzuela.

En esta lógica podemos constatar que los borbones no son una familia común, pero eso ya lo sabíamos. Ellos no deben retraer de su sueldo las partidas destinadas a pagar la luz, el agua, el teléfono, la calefacción, el transporte ni la hipoteca. Así es fácil vivir de la sopa boba. Ya les gustaría o nos gustaría al conjunto de trabajadores que una vez cobrado nuestro sueldo no tuviésemos que pagar nada en alimentación, hipoteca o simplemente las facturas del agua, la luz y el móvil. Sin duda la vida nos sonreiría.

En conclusión, pongo en duda las cifras y, más aún, el sentido ético y ejemplar de esta acción. Pero, aun así, otorgándole el beneficio de la duda, la diferencia de la casa real borbónica y sus pares occidentales se encuentra en que sus homólogas, a pesar de ser instituciones rancias y prescindibles, al menos hacen público el origen de su fortuna y su patrimonio, cuestión que la casa real de los Borbones ni por asomo está dispuesta a realizar. Razón suficiente para rechazar las cuentas donde se sustrae al ciudadano una información básica para saber dónde se asienta la riqueza de la corona. No hay trasparencia en las cuentas y se pretende hacer pasar gato por liebre.

Conócete a ti mismo.

Infancia y sociedad
Conócete a ti mismo

Andrea Bárcena
Hay un cuento latinoamericano, anónimo, que quien lo lee no resiste repetirlo. Existen muchas versiones; la primera que conocí estaba en portugués de Brasil. No tiene nombre, pero se podría llamar Leyenda sobre el amor. Es un relato útil para revisar los propósitos de año nuevo, y para acercar a los niños al conocimiento de lo humano, de las virtudes y defectos de nuestra condición de seres emocionales, deseosos de amor y de un lugar propio en el mundo. Va mi compacta versión:

Érase una vez, en el principio del mundo, que las virtudes y los defectos humanos jugaron a las escondidas. Fue la Locura quien, después de ver bostezar tres veces al Aburrimiento, inventó y explicó el juego… y empezó a contar hasta mil.

La Pereza se escondió en la primera piedra que encontró. La Soberbia dijo que era un juego tonto (lo que no le gustó es que no se le hubiera ocurrido a ella). La Envidia se escondió tras la sombra del árbol, en donde el Triunfo había llegado hasta arriba por su propio esfuerzo. La Creatividad se pintó de verde y se confundió con el pasto. La Verdad no se escondió, porque sabía que de todas formas casi nunca la encontraban.

El Egoísmo fue el primero en hallar un lugar cómodo, para él solito. La Alegría convenció a la Apatía de participar y la llevó a esconderse con ella en una fuente. La Cobardía prefirió no arriesgarse y junto con el Pesimismo se quedaron mirando cómo se divertían los demás. La Generosidad tardó mucho en esconderse, porque primero ayudó a la Belleza a ocultarse en un lago cristalino; a la Bondad en el nido de unos pajaritos y a la Libertad en el mar. Después la Generosidad se escondió fácilmente en un rayito de sol. La Pasión y el Deseo se escondieron juntos en los volcanes. El Talento se escondió dentro del arco iris.

La Mentira dijo que se escondió con la Angustia en una cueva, pero no era cierto: se había escondido con la Intriga en una hiedra venenosa. La Locura terminó de contar hasta mil y empezó a buscarlos. Los fue encontrando uno por uno y se moría de risa al hacerlo.


De pronto se dieron cuenta que faltaba el Amor y que nadie sabía dónde estaba.

Todos participaron en su búsqueda, hasta que un suspiro lo delató entre los rosales. La Locura agitó las rosas para descubrirlo, pero se oyó un fuerte grito de dolor: las espinas se habían clavado en los ojos del Amor. Entonces la Locura, que era más buena de lo que todos suponían, lloró de tristeza y le prometió no dejarlo solo jamás. Y desde ese día, en que se jugó a las escondidas por primera vez en el mundo, el Amor es ciego y la Locura siempre lo acompaña… ¡Feliz Año Nuevo¡

viernes, 30 de diciembre de 2011

Muere el arquitecto Legorreta.

Muere a los 80 años el arquitecto mexicano Ricardo Legorreta
Era conocido mundialmente por sus líneas audaces y construcciones llenas de color



El arquitecto mexicano Ricardo Legorreta Vilchis, ha muerto en Ciudad de México, a la edad de 80 años, informaron a Efe fuentes del Panteón Francés, donde será velado. La información fue confirmada también por fuentes del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta). Ninguna de las fuentes dio detalles sobre la causa de la muerte del arquitecto.

Legorreta nació en la capital mexicana el 7 de mayo de 1931. Entre sus obras más conocidas figuran la Catedral Metropolitana de Managua, The Tech Museum of Innovation en San José (California) o el el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey. También diseñó el Hotel Camino Real, el Papalote o el Museo del Niño, todas en México.

Entre las distinciones recibidas por el arquitecto figura el Premio Nacional de las Artes, concedido por el Gobierno mexicano en 1991. Recientemente fue galardonado con el Praemium Imperiale de la Asociación de las Artes de Japón.

Legorreta, conocido mundialmente por sus líneas audaces y construcciones llenas de color, recibió el pasado 22 de septiembre el doctorado honoris causa por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En ese acto, una de sus últimas apariciones públicas, compartió el galardón con otras personalidades nacionales e internacionales, como el cantautor Joan Manuel Serrat y el cineasta Carlos Saura, ambos españoles.

El PP: el gran fraude democrático.

El PSOE acusa al PP de cometer “un gran fraude democrático”
El anuncio de recortes del Gobierno ha suscitado duras críticas por parte de los socialistas

La acogida que ha tenido en el PSOE el plan de ajuste anunciado por el Gobierno ha sido enormemente crítica. “El PP ha hecho una enmienda a la totalidad de su programa; ha cometido fraude con sus electores y ha engañado a todos los españoles”. Esta ha sido la primera aproximación al programa gubernamental que ha realizado la portavoz de Economía del Grupo Parlamentario Socialista, Inmaculada Rodríguez-Piñero. Después de una reunión de urgencia con el presidente del Grupo Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, esta experta económica ha hecho una crítica política y, después, se ha detenido en algunas de las medidas.

“El señor Rajoy ha ocultado a los españoles que iba a subir los impuestos”, ha denunciado. No acepta el PSOE la base argumental que ofrece el Gobierno para justificar la subida de impuestos y otros recortes. Por tanto, ese 8% de desviación es un dato no confirmado a la espera de que el mes de febrero se ofrezca el número real. Aun así, la desviación que pueda producirse no es de la Administración General del Estado sino de las comunidades autónomas,. “El señor Rajoy se ha reunido con sus presidentes autonómicos por lo que debería saber cuál es la situación. O le han engañado sus presidentes o Rajoy ha engañado a todos”.

No está de acuerdo el PSOE en subir el IRPF porque afecta de lleno a las clases medias y también a los jóvenes al congelar el salario mínimo y la deducción por alquiler de vivienda. Los socialistas defienden la subida de un impuesto para las grandes fortunas. “Este ajuste traerá mas recesión y mas crisis porque se disminuye la renta disponible de las familias”.

Para un análisis más sosegado y con mas datos de las medidas, el presidente del Grupo Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha convocado mañana día 31 de diciembre una reunión con los expertos económicos y de otras áreas del Grupo Socialista.

El calendario Maya.

Según la cultura maya, el solsiticio de invierno del 2012 iniciará una nueva etapa para la humanidad

México espera la llegada de 52 millones de visitantes a los estados que conforman el mundo maya

El paraíso maya en el Caribe mexicano El 21 de diciembre pasado, día del solsticio de invierno, arrancaba la cuenta atrás del último año del calendario solar maya que concluirá el mismo día del 2012, y que cerrará un ciclo de poco más de cinco milenios.

Según la tradición astronómica de los antiguos pobladores de Mesoamérica, esa precisa fecha anuncia el inicio de una nueva era para la humanidad. Un punto en el tiempo de alto valor simbólico que representa el colofón de una etapa y el principio de otra, explican los estudiosos de la cultura maya. ¡La hora del Apocalipsis!, anuncian los profesionales del catastrofismo, que han lanzado toda clase de augurios cataclísmicos: desde el impacto de un asteroide gigante hasta una eyección de masa solar, un cambio en los campos magnéticos de los polos o la explosión de un agujero negro...

Revelaciones funestas sobre la hecatombe del 21 de diciembre del 2012 que se multiplican en decenas de páginas web donde se comercializan kits de supervivencia, DVD con imágenes simuladas del gran final o libros de autoayuda para enfrentar con serenidad la inevitable inmolación.

Lejos de suscitar espanto, los fatídicos presagios han despertado curiosidad, cuando no morbo, por conocer el territorio donde se extendió el antiguo Mayab. Pero, sobre todo, han proporcionado nuevos incentivos de fomento a la industria turística de México y Centroamérica, atribulada por la recesión en los bolsillos europeos y estadounidenses, pero también por el declive en su imagen a causa de la violencia asociada al crimen organizado.

De hecho, el tour del fin del mundo ya hace girar grandes cifras. El gobierno mexicano espera que 52 millones de turistas nacionales y extranjeros recorran en los próximos 12 meses los cinco estados del sudeste que conforman el llamado mundo maya. Las autoridades del ramo estiman que el flujo de viajeros dejará más de 270.000 millones de pesos (unos 14.000 millones de euros) en Campeche, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo.

"La cosmología maya ha despertado el interés de visitantes y estudiosos del tema de todo el mundo, lo que será un elemento importante de promoción", admite la Secretaría de Turismo, que también presidirá un congreso especializado de la Organización de Estados Americanos (OEA) para definir estrategias que ayuden a aumentar el número de visitantes en los países de la región.

Por lo pronto, jefes y sacerdotes mayas del sudeste mexicano festejaron ya con distintas ceremonias el inicio del último año del calendario solar de cuenta larga que crearon sus ancestros, mientras las autoridades de Chiapas y Yucatán inauguraban relojes regresivos para marcar, segundo a segundo, los últimos doce meses de la era que se extingue.

De acuerdo con el sistema de medición del tiempo que establecieron los mayas, el pasado 21 de diciembre comenzó la cuenta atrás que terminará con un ciclo de 5.125 años, que a su vez se inició el año 3.118 antes de Cristo y que, según las evidencias científicas encontradas en estelas, esfinges y códices, predice un cambio de época para los habitantes de la Tierra. Su calendario se organizaba en base a periodos de 400 años, denominados baktunes, y la suma de trece baktunes conformaba un ciclo.

Siguiendo sus cálculos, el décimo tercer baktun de la era presente concluirá el 21 de diciembre de 2012. "Simplemente es el fin de un periodo y la transición a uno nuevo", dijo el epigrafista alemán Sven Gronemeyer en un foro de su especialidad celebrado recientemente en México. "Días de oración para nuestro pueblo; tiempo de prepararse para una nueva etapa", replicó el jefe maya Santiago Cruz.

¿Soy de veras Pamuk?

"¿Soy de veras Pamuk?"


El premio Nobel turco Orhan Pamuk publica El novelista ingenuo y el sentimental, un libro sobre las lecturas que hay detrás de su vocación literaria. Los entresijos de la ficción son también el motor de los nuevos ensayos de Umberto Eco, Jorge Volpi y Charles Dantzig.

Orhan Pamuk (Estambul, 1952) llega a las tres y media en punto a su despacho en la Universidad de Columbia; lo que pasa es que en esta puerta no está su nombre, está el nombre de un destacado antropólogo amigo suyo que le ha prestado el sitio para que reciba aquí a sus alumnos y para que, de vez en cuando, converse sobre literatura con aquellos periodistas que se lo pidan. Y aquí está, llegando, abriendo la puerta, desprendiéndose de los abrigos a los que obliga Nueva York, y mostrando, orgulloso, cuánto ha adelgazado en los últimos tiempos.

Es curioso: las dos veces que le había entrevistado hasta ahora (cuando ganó el Nobel, en 2006; cuando quisimos que nos hablara del porvenir de Europa, en 2009) lo hicimos en su casa de Estambul, su rostro contra el Bósforo, al atardecer. Y ahora, mientras bajaba el languideciente sol de Nueva York, parecía también su rostro recortado ante aquella atmósfera tan suya, y que de manera tan determinante está en dos de sus grandes libros, Estambul y El museo de la inocencia.

En este espacio que ahora ocupa, en una universidad tan lejos de su casa, cerca de espacios míticos del urbanismo sentimental neoyorquino (nos llevó al final al Tom's Diner, que inspiró a Suzanne Vega, a tomar café), dan ganas de preguntarle si es de veras Pamuk, como alguna vez se pregunta a sí mismo en su nuevo libro, El novelista ingenuo y el sentimental (publicado, como los citados, por Mondadori), contando cómo le aborda la gente que ha leído su ficción más reciente, El museo de la inocencia, una romántica historia de amor obsesivo: "Pamuk, ¿es usted el protagonista?". "A veces", me dice, riendo, "yo mismo me pregunto si de veras soy Pamuk".


"Mis héroes son Tolstói y Proust... Creo que 'Ana Karenina' es la mejor novela jamás escrita. La he leído tantas veces..."

"La espina dorsal de la novela está basada en una característica humana, algo que solo tiene humanidad"


Así que ahí está, en este rincón universitario, feliz, se le ve feliz consigo mismo, con su vida, esperando con ilusión, sin aspavientos, llegar a una edad que parece central: los sesenta. Y en ese ambiente conversamos. Empezamos hablando de Internet, porque su libro va sobre la lectura (las novelas que lo hicieron, los libros que le dieron consistencia a su personalidad y por tanto a sus novelas), y por ende es pertinente que le preguntemos por el porvenir del papel en función de la evidente influencia de las nuevas tecnologías en el mundo de los libros.

PREGUNTA. ¿Cómo ve todo esto? Los libros digitales, Internet, la lectura...

RESPUESTA. Internet tiene su lado bueno y su lado malo. Lo bueno es que los precios de los libros están bajando, pero eso no implica que bajen los derechos de autor. Lo malo de los libros digitales es la piratería. Especialmente en Turquía o en China, donde eso no está controlado. De hecho, los Gobiernos de estos países tienden a mirar hacia otro lado y se justifican diciendo que así la gente pobre tiene derecho a la lectura. En mi país, junto a mi editor y muchos otros, he luchado contra la piratería. Todos mis libros tienen su edición pirata. Pero a los Gobiernos no les interesa controlar la piratería.

P. ¿Usted lee digital?

R. La lectura que hago en Internet es anecdótica. Si quiero leer una novela escojo el libro y lo leo. Me gusta sujetarlo. Pero tampoco soy de esos que prefieren el libro por su olor y esas cosas románticas. No soy un detractor de Internet ni de los libros electrónicos. Tampoco soy pesimista. La crítica que hago es que los libros en Internet son muy difíciles de controlar. Esto, por supuesto, no es culpa de Internet, sino de las personas

... Ezra Pound dijo que "la literatura es una noticia que permanece noticia". Con Internet la sensación de estar conectado es mayor. Es decir, se crea la ilusión de estar conectado. Pero la preparación mental que uno hace al leer una novela física está desapareciendo y eso es lo que me preocupa. No soy un pesimista. He sobrevivido en un país en el que no había hábitos de lectura. Si la gente no lee, me motiva a escribir un libro mejor, por si así leen.

P. Hablando de leer. En su libro se pregunta qué estaría leyendo Ana Karenina en la célebre escena de la novela de Tolstói, en el tren...

R. Sí, se lo explicaré. Escribí cinco capítulos para mis charlas en la Universidad de Harvard y decidí escribir un último capítulo allí mismo. Durante una de mis charlas, con la sala llena a rebosar, les pregunté qué libro creían ellos que leía Ana Karenina en esa escena. Muchos de ellos eran profesores de literatura rusa y no tenían respuesta. Algunos decían que leía a George Eliot, pero en realidad nadie lo sabe, ni siquiera los eruditos.

P. Estaba leyendo, esa es la realidad. Y este libro suyo es la confesión de un lector entusiasmado, un libro de libros...

R. En mi libro no solo menciono a Ana Karenina, sino a Cabrera Infante, a Cortázar, a García Márquez, a Julian Barnes. Menciono a este grupo por su inventiva y su mirada. Ellos fueron los que influyeron en mi posmodernidad. Pero mis escritores clásicos, mis héroes, son Tolstói y Proust... Sin embargo, creo que Ana Karenina es la mejor novela jamás escrita. La he leído tantas veces...; esta misma semana he tenido que volver a leerla para preparar una clase en Columbia.

P. ¿Por qué la ama tanto?

R. Hay tantas razones por las que amo esta novela. Pero esencialmente me encanta porque lo que viene a decir la novela es: "Sí, sí, la vida es así". Básicamente, Tolstói hace las preguntas que todas las novelas deberían hacer y estas son: ¿en qué consiste la vida?, ¿qué debo hacer en esta vida?, ¿cuál es el significado de la familia, la amistad, el matrimonio, la sexualidad, la lealtad...? Estas son las grandes preguntas, y Tolstói, de manera generosa, hace que el lector se las haga.

P. Este libro suyo es como un manifiesto a favor de la ficción. Hace 35 años usted decidió dejar la pintura para dedicarse a escribir. Es como pintar, también.

R. Yo tendría 23 años y le dije a mi familia y a mis amigos que no iba a ser el arquitecto o pintor que todos ellos querían, sino un novelista. Todos me dijeron que no lo hiciera, que yo no tenía ni idea de la vida. Creo que pensaban que iba a escribir una sola novela. Pero les dije que existían Borges y Kafka, y que ellos tampoco tenían ni idea de la vida... Las novelas, me parece, son una forma inédita de ver la vida. Solo ahora, después de todo este tiempo, confieso que cuando mi familia me dijo que yo no sabía nada de la vida, tenían razón. En ese momento no sabía nada.

P. Decían que usted vive en un mundo aparte... Pero en su actitud, y en sus novelas, muestra mucho interés por el mundo de los demás. Como si la literatura fuera su espejo ante el paisaje...

R. Estoy de acuerdo en que la novela es un espejo en el paisaje. Sin embargo, la espina dorsal de la novela está basada en una característica humana, algo que solo tiene humanidad. Y es la compasión hacia los demás. La necesidad de entender a los demás. Eso es lo que nos hace humanos y solamente existe en nosotros. Creo que una novela funciona cuando muestra el mundo desde el punto de vista del personaje.

Entendemos cómo se siente Ana Karenina en el tren. Está confusa, se siente melancólica mientras ve cómo nieva al otro lado de la ventana. Esa nieve no está allí porque sí. Es una observación psicológica del personaje. La novela funciona cuando el novelista se pone en la piel de los personajes, ya sean estos del sexo contrario o pertenecientes a otra época histórica, cultural... Para mí la novela es la manera que tengo de aproximarme a las personas más pobres de Turquía. Hacer esto, ponerse en la piel de los demás, no es solo un ejercicio respetable sino ético. La humanidad se basa en eso, en la compasión, en entender a los demás.

P. Pero este libro también trata del paso del tiempo, cómo lo detiene la literatura...

R. Los escritores tenemos miles de cosas que contar en una novela. Y esas cosas se parecen a los átomos. El tiempo en la novela es lo que une todas esas cosas. En ese sentido, los momentos en una novela son como las imágenes de una película. No hay historia sin tiempo.

P. Esa conexión del tiempo y la novela está en El museo de la inocencia porque habla del amor y para el amor no existe el tiempo...

R. En El museo de la inocencia hay ocho objetos que personifican el tiempo. Es como si el escritor estuviera pensando en unos objetos que más tarde se exhibirían en un museo. Lo escribí así. Sabía de antemano qué objetos iba a utilizar. Cada objeto que guardamos está ligado a un tiempo, a un momento, y si los colocáramos en fila podríamos ver nuestra biografía, nuestra vida.

P. Menciona usted a Proust haciéndose una pregunta que le haría ahora a usted: ¿es usted Pamuk?

R. Me lo pregunté a veces, cuando me preguntaban si yo era el protagonista de ese libro de ficción: ¿soy Pamuk? Es ficción. Pero sí, yo soy Pamuk, pero no lo tengo en mente al escribir. No escribo pensando: voy a escribir una novela a lo Pamuk. Para mí, la mejor forma de ser novelista es olvidarse de uno mismo. Tampoco pienso en un estilo al escribir, aunque inevitablemente eso surja de manera natural. Cuando escribo sobre alguien que no es como yo, me esfuerzo en ser otro, en ser el personaje. Lo interesante es escribir sobre los demás, desde su punto de vista y escribir sobre uno como si fuese otro. Volviendo a la pregunta de si soy Pamuk... La respuesta es sí y no.

P. ¿Y eso?

R. Coincido con Schiller en que existen algunos escritores que escriben como si Dios les estuviera dictando las palabras. Existen escritores que son un mero vehículo. Simplemente escriben, sin preocuparse de lo ético, lo estético, ni de los poderes comunicativos de sus textos... Hay muchos escritores que son así. Pero también existen escritores como yo.

P. ¿Y usted cómo es, en ese sentido?

R. Yo soy como aquellos a los que nos preocupa si el texto está bien, si es creíble, si tiene calidad, si es demasiado político, si hay demasiados detalles... Los escritores como yo son demasiado conscientes de sí mismos. Creo que no es bueno tener demasiada consciencia ni demasiada candidez. Un escritor debería ser ambas cosas. Por un lado debería dejarse llevar y por otro debería de controlar. Es como un conductor que debe saber las reglas de conducción pero también olvidarlas.

P. En el epílogo de su libro usted menciona el miedo que tuvo al presentarse a dar esas conferencias en Harvard...

R. Debo decir que me acogieron muy bien los profesores y académicos. Mis prejuicios sobre ese mundo académico convencional se desvanecieron por completo. Estando allí me dijeron que la esposa de Calvino acusó a Harvard de la muerte de su esposo. Según ella, Calvino murió de un ataque al corazón debido al estrés que le producía tener que ir a Harvard a dar unas conferencias. Pero yo sobreviví. Pero sí, estaba nervioso.

P. ¿Se conoce mejor después de haber escrito ese libro?

R. Sí. Lo más importante que aprendí fue que es mucho más placentero escribir una novela que escribir un libro teórico.

P. El libro también versa sobre la edad. Llama la atención las veces que dice usted que lleva 35 años escribiendo novelas...

R. Me acuerdo perfectamente del momento en que quise ser escritor. Fue una tarde de marzo o abril, en la primavera de 1973. Agarré un papel y un bolígrafo y me puse a escribir. Así fue. Recuerdo haber leído El extranjero, de Camus, y a pesar de que no influyó en mi escritura pensé que me iba a ayudar a ser escritor...

P. Sorprende la cantidad de escritores en español que menciona entre los que forman parte de sus lecturas... Cortázar, Vargas Llosa, Cabrera Infante...

R. Sí, y debería haber mencionado a Juan Goytisolo. Su manera de escribir y mezclar cosas es parecida a la mía. Sus imágenes son distintas, pero me siento cercano a él.

P. ¿En qué idioma los ha leído?

R. Hablo inglés y leo en inglés. A Borges lo empecé leyendo en inglés. Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa, Cabrera Infante, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Javier Marías... Todos estos escritores los he leído en inglés. El boom latinoamericano me inspiró. Creía que si ellos lo habían conseguido, los turcos también teníamos una posibilidad.

P. Ha escrito usted un libro muy entusiasta sobre la novela en un momento en que algunos vaticinan que los días de la ficción están contados...

R. Estadísticamente o sociológicamente hablando, el arte de la novela no está en vías de extinción. Al contrario. Tengo un amigo editor en Shanghái que dice que parece que las novelas estén cayendo del cielo. Allí todos están escribiendo, tengan o no libertad de expresión. Y eso pasa en muchos lugares del mundo. En los últimos cincuenta años, todo aquel que ha demostrado interés en la literatura y quiere expresarse lo está haciendo mediante la novela.

P. En su libro hace una comparación entre Ana Karenina y Don Quijote. Dice que la primera está llena de vida, mientras que el personaje de Cervantes está lleno de ficción.

R. Don Quijote se parece a Madame Bovary en el sentido en el que el protagonista se deja llevar por los libros que lee y por las leyendas que escucha. Admiro a Don Quijote, pero no creo que sea una novela tal y como lo interpretamos hoy día. La interpretación de la novela nace en los años 1830 o 1840 y empieza con Dickens, Balzac... Solo existen dos textos excepcionales escritos antes de esa época y son La historia de Genji y el Quijote. Son libros que se asemejan a la novela pero no llegan a serlo. Son icónicos, emblemáticos, largos y llenos de aventura y se merecen todo mi respeto, pero para mí no son novelas.

P. ¿No tiene miedo de convertirse en un Don Quijote con tanta novela como tiene ahora en la cabeza?

R. Ja, ja, ja. Soy un buen lector y haber leído todas estas novelas me ha hecho muy feliz. Siento la misma hambre por leer como los que viven alejados del centro del mundo. Como Borges. Aunque él por lo menos tenía una biblioteca. En Turquía no existían. Así que leí todo lo que caía en mis manos con ansia, con deseo, con cabreo, con fervor.

P. Habla en su libro del orgullo de lector. ¿Qué libro se ha sentido más orgulloso de leer?

R. Cuando leía Ulises había una vocecita que me susurraba al oído y me decía: "Orhan, Orhan, ¡que estás leyendo Ulises! Aunque no lo entiendas, es igual. Sigue leyendo". Es como cuando vas a un museo. Te sientes orgulloso de estar allí. Ese sentimiento de orgullo también se produce al leer novelas literarias. Y ese orgullo nace del respeto.

P. El año próximo cumplirá sesenta años. ¿Le afecta el cambio del tiempo?

R. Sí. Me doy cuenta de que el tren se va acercando a la última estación. Al mismo tiempo, hay tantos libros que quiero escribir, tantas ventanas por las que quiero mirar... ¿Debo estar preocupado? Sí.

P. Al cumplir los setenta, Vargas Llosa me dijo en una entrevista que su lema era seguir caminando...

R. Tengo casi sesenta y sigo trabajando mucho. Me gusta asumir esa carga. Debería descansar, pero sigo siendo muy ambicioso.

El cuerno de rinoceronte, un negocio ilegal.

El cuerno de rinoceronte, una joya en el mercado negro
La caza furtiva de estos animales salvajes se descontrola en Sudáfrica. Sus astas cuestan hasta 50.000 euros el kilo en el comercio ilegal, más que la coca o el oro



La caza furtiva de rinocerontes en Sudáfrica ha aumentado este año hasta alcanzar un nuevo récord: 443 animales abatidos frente a los 333 del año anterior, debido principalmente a la demanda de cuernos en Asia.

Desde hace siglos, existe la creencia en el continente asiático de que los cuernos de rinoceronte tienen propiedades medicinales que pueden servir para curar el reuma, gota, fiebres altas o incluso posesiones demoníacas. En los últimos años se les atribuye la capacidad de curar el cáncer o servir como afrodisiaco.

Sudáfrica acoge a más de 20.000 rinocerontes en sus tierras, lo que supone más del 90% de estos animales en África. Hace tan sólo diez años, la cifra de muertes de rinocerontes por caza furtiva era de 15 animales al año, pero este dato comenzó a crecer dramáticamente a partir de 2007, principalmente por las peticiones de Vietnam y Tailandia.

En 2011 se han abatido 443 rinocerontes en Sudáfrica; hace 10 años fueron solo 15

El valor de un cuerno de rinoceronte puede alcanzar los 65.000 dólares (50.220 euros) por kilogramo, un precio que en el mercado negro es superior al oro o, en muchos casos, a la cocaína, si bien el volumen de negocio todavía es inferior a otros.

Uno de los principales focos de esta actividad ilegal ha sido el Parque Nacional Kruger, donde se han producido casi la mitad de las muertes. Este parque, con una superficie similar a la de Israel, alberga a soldados o guerrilleros que en ocasiones han sido entrenados por militares de Mozambique.

España: Todos pagarán más impuestos.

El Gobierno recorta 8.900 millones y estima un déficit del 8%
El Ejecutivo desvela el primer tijeretazo de Rajoy, que supone "el inicio del inicio" de nuevos ajustes



Tras dos semanas en silencio, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha desvelado hoy su primera medida de alcance para combatir el déficit público: un tijeretazo de 8.900 millones. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha anunciado este viernes el recorte, que representa “el inicio del inicio”, y que tiene por objeto atajar un déficit que, según el Ejecutivo, alcanzará el 8% a fin de año, dos puntos más que la previsión que realizó el Ejecutivo de José Luís Rodríguez Zapatero.

Santamaría ha realizado estas declaraciones tras el segundo Consejo de Ministros del Ejecutivo de Mariano Rajoy, donde ha comparecido con los titulares de Economía, Luis de Guindos; Hacienda, Cristóbal Montoro; y Empleo, Fátima Bañez.

En una exposición detallada de los ajustes, la portavoz del Ejecutivo ha explicado que la cuota del IRPF subirá en una escala del 0,75% para el primer nivel de renta hasta el 7% en el nivel más elevado, a partir de 300.000 euros de base liquidable. Además, ha indicado que el Gobierno ha aprobado un incremento del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBE) para los dos próximos años que afectará a las viviendas que se sitúen por encima del valor medio. De la misma forma, ha extendido a todo 2012 el IVA supereducido del 4% para la compra de vivienda nueva y ha recuperado la deducción para la vivienda en propiedad con efecto retroactivo desde 2010. En Impuestos Especiales, ha eliminado prácticamente la bonificación al gasóleo profesional.

Santamaría ha confirmado que el Ejecutivo prorrogará los Presupuestos Generales del Estado hasta el próximo 31 de marzo, congelará el sueldo de los funcionarios y el salario mínimo interprofesional, -situado en la actualidad en 641,40 euros- y ha indicado que se incrementarán las pensiones el próximo año en un 1%. La dirigente también ha dado cuenta de la aprobación hoy ampliar la jornada laboral en la administración pública a 37,5 horas

Previamente, la número dos del Ejecutivo ha abonado el terreno con medidas más populares como la reducción del 20% de los cargos de los subsecretarios y directores generales, el 20% de la subvención a los partidos, sindicatos y patronal.

Asimismo, Santamaría ha indicado que el Ejecutivo ha decidido posponer a 2013 la introducción de nuevas categorías de beneficiarios de la ley para la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia al Sistema Nacional de Dependencia (SAAD). En concreto, se trata de los dependientes moderados, según ha indicado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde ha explicado que esta medida se debe a que el Ejecutivo no quiere reducir la cuantía de las prestaciones destinadas a las personas dependientes.

El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes la supresión del canon digital, que se sustituirá por un sistema de protección de copia privada.