sábado, 25 de junio de 2011

Lagarde: ofrece mano dura en el FMI

Lagarde promete en el FMI "mano dura" con Europa
La candidata a la dirección excluye favores a Grecia


Christine Lagarde, candidata a dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI), salió relajada ayer del decisivo examen al que la sometió el consejo de gobierno del organismo. En su exposición, la ministra francesa de Finanzas dejó claro que no pasará ni una a los líderes europeos si es elegida para sustituir a su compatriota Dominique Strauss-Kahn al frente del organismo. Es decir, no habrá tratos de favor ni será indulgente. La decisión del organismo se conocerá antes de fin de mes.

La ministra se enfrenta para el puesto al mexicano Agustín Carsten

El mundo de las finanzas teme que ayude a países europeos en riesgo
Un tercio de los asientos del directorio están en manos de las economías europeas, lo que le otorga una ventaja respecto a su rival, el mexicano Agustín Carstens. Pero es conocido que la francesa no se corta al expresar su opinión. "No evitaré la sinceridad y la mano dura en mis discusiones con los líderes europeos, todo lo contrario", les dijo en su declaración de intenciones.

Y tampoco es un secreto que en el mundo de las finanzas cuestionan su candidatura, porque ven un posible conflicto de interés a la hora de negociar los paquetes de ayuda a Grecia y otros países de la periferia europea con problemas. "No hay margen para la benevolencia cuando se trata de adoptar decisiones difíciles", reiteró la carismática ministra francesa.

En este sentido, recalcó que no hay otra opción y que Grecia deberá hacer "los ajustes necesarios" para restaurar la sostenibilidad de sus finanzas y reconstruir su competitividad. Además, dijo que el argumento del conflicto de interés también inhabilitaría a su rival el gobernador del Banco de México, porque en su región también hay países que se benefician de la ayuda del Fondo.

Francia, recordó, no recibe ningún tipo de asistencia del organismo. México, sin embargo, acaba de renovar una línea de crédito de 72 mil millones de dólares. El FMI cuenta con una serie de directrices para que los altos funcionarios se excluyan de la negociación de programas que afectan a sus propios países, para evitar la percepción de que haya un conflicto de interés.

Lagarde se apoyó, de hecho, en el papel que el Gobierno de Nicolas Sarkozy está desempeñando en Europa para afrontar el reto de la crisis de la deuda soberana en Grecia, Irlanda y Portugal. En este sentido, dijo que las negociaciones para definir y aplicar los programas de apoyo a estos países representaron una buena oportunidad para estrechar lazos entre la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario.

Una asociación que piensa "podría replicarse en otras regiones". También hizo referencia a su pasado al frente del despacho de abogados Baker & McKenzie, una firma "dedicada a la integridad, al mayor estándar moral y que cree gestión participativa". Y al hablar de liderazgo, citó su etapa como presidenta del Ecofin -reunión de ministros de finanzas de la UE- y del G20.

La ministra francesa dijo para concluir que la legitimidad y la eficacia del organismo para lidiar con situaciones de crisis como la actual "es algo que no puede darse por sentado". Por eso dijo ante el directorio que el organismo debe estar dispuesto a probarse y a mejorarse de forma continuada. En este punto, habló de dar continuidad a la reforma lanzada por su antecesor.

El encuentro que tuvo el jueves en Washington con los 24 miembros del consejo ejecutivo de FMI duró tres horas. El mismo tiempo que Carstens dedicó a defender su candidatura a comienzos de la semana. El martes se reunirán de nuevos los representantes de los socios del organismo para intercambiar impresiones, con la intención de tomar una decisión por consenso.

Christine Largarde parte como la clara favorita para ocupar el puesto que dejó vacante hace un mes el también francés Dominique Strauss-Kahn, bajo arresto domiciliario en Nueva York tras ser acusado de asaltar sexualmente a la camarera de un lujoso hotel en Manhattan. La dirección del FMI recae, por una regla no escrita, sobre una personalidad europea.

Si no hubiera acuerdo, las dos candidaturas se someterían entonces a voto. Europa tiene claro cual es su candidato para el FMI, lo que le otorga a Lagarde siete entre los 24 votos totales. EE UU, que en en caso de empate tendría un peso decisivo, no se decanta públicamente. Pero el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, considera que la ministra francesa tiene un "talento excepcional". El número dos del organismo, puesto que quedará vacante en breve plazo, suele recaer en un candidato estadounidense

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