Lagarde se hace con la dirección del FMI
La ministra francesa de Economía sucede a Dominique Strauss-Kahn tras imponerse al mexicano Agustín Carstens con el apoyo de EE UU, Brasil, Rusia y China
La prerrogativa de que una personalidad europea dirija el Fondo Monetario Internacional se mantiene. Pero hay un doble cambio de matiz en esta vieja tradición: por primera vez no es un varón ni un economista. El consejo ejecutivo del organismo financiero acaba de nombrar a la francesa Christine Largade como su nueva directora gerente, la 11ª de su historia, cargo que asumirá el 5 de julio y ocupará hasta 2016.
La ministra francesa de Economía y nueva directora del FMI participó en la película-documental 'Inside Job', que denuncia las actuaciones que desembocaron en la crisis. Lagarde, principal candidata a dirigir el Fondo Monetario Internacional, asegura: "La industria financiera debe servir a otros antes que servirse a sí misma" - INSIDE JOB
La aún ministra francesa de Finanzas, de 55 años de edad, emergió desde el primer momento como clara favorita para suceder a su compatriota Dominique Strauss-Kahn. Astuta, elegante y con gran personalidad, la política francesa es sobradamente respetada -y conocida- dentro y fuera de su país. Aún así, lanzó una intensa campaña global para asegurarse el puesto.
Nada más conocer su nombramiento, Lagarde ha asegurado sentirse "profundamente honrada" y ha prometido servir por igual a todos los miembros del organismo para proteger su legitimidad y eficacia. También ha mostrado su respecto hacia Agustín Carstens, con quien competía por el cargo, actual presidente del Banco de México y antiguo número tres del Fondo entre 2003 y 2006. Era la primera vez que un candidato europeo tenía un rival creíble que representaba el creciente poder de los países emergentes en la escena global.
Con Carstens esperaban romper el monopolio europeo en la cabeza del Fondo. Lagarde también ha llamado a los griegos a unirse en torno al plan de austeridad, y se ha comprometido a trabajar en la línea de su predecesor, Dominique Strauss-Kahn.
Perdida la batalla, el presidente del Banco de México ha sido uno de los primeros en felicitar públicamente a Lagarde. "Estoy seguro de que la señora Lagarde será una muy competente líder de la institución", comenta en un comunicado, al tiempo que espera que realice "progresos significativos para fortalecer la gobernabilidad de la institución y así asegurar su legitimidad".
Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, tampoco ha tardado en enviar su enhorabuena a la nueva dirigente: "Allí donde ha trabajado, tuvo una voz fuerte e impacto. No veo la hora de trabajar junto a ellas y el FMI bajo su liderazgo", ha declarado.
Apoyo crucial
EE UU, principal contribuyente del FMI, enseñó sus cartas horas antes de la reunión final del consejo ejecutivo. El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, anunciaba entonces oficialmente su apoyo a Christine Largade, sobre la que ya dijo la semana pasada era una persona con un talento excepcional y con el liderazgo necesario para comandar el organismo.
Eso dio casi por seguro que Lagarde sería coronada en el caso de que fuera necesario un voto. Al final, según el consejo ejecutivo del organismo, los dos cantidatos estaban bien calificados para ejercer el cargo y el objetivo ha sido elegir a uno de ellos por consenso. EE UU y Europa logran así preservar el privilegio de dirigir respectivamente el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Pero tras la patalea, la francesa tendrá el reto de demostrar que no favorece a los países europeos.
El nombramiento se hizo público, de hecho, mientras tenía lugar una nueva jornada de enfrentamientos en las calles adyacentes al Parlamento de Atenas, donde se votará este miércoles el plan de austeridad que exige la Comisión Europea y el Fondo como condición para poder recibir ayudas. Lagarde ya dijo el jueves ante elboard que no será complaciente y que aplicará mano dura.
El problema de la deuda soberana griega está sometiendo a prueba la legitimidad y efectividad del FMI como órgano de resolución de crisis. Pero para que no se ponga eso en cuestión, debe ser también independiente. Lagarde reiteró que no está para defender los intereses de ningún país o región, y garantizó que será dura con sus colegas europeos.
Nadie duda de sus credenciales. Lagarde tiene un gran dominio del inglés. Tras la muerte de su padre, estudió un año en EE UU. Volvería al país años después, en 1981, para trabajar para la firma de abogados Baker & McKenzie, que llegaría a presidir. Antes de ponerse al frente de la cartera de Finanzas en el Ejecutivo francés, fue nombrada ministra de Comercio en 2005.
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