miércoles, 29 de junio de 2011

Mossos desalojan a indignados.

Los Mossos desalojan la plaza de Catalunya en una hora
Un fuerte despliegue policial ha sitiado la plaza para expulsar a los indignados después de más de mes y medio acampados


El campamento en la plaza de Catalunya ha llegado a su fin en la madrugada de hoy. Un fuerte dispositivo de Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana ha acordonado la plaza pasadas las 2.00 y los indignados que aún acampaban en el sitio lo han abandonado por su propio pie. A última hora de la pasada noche solo permanecían algunos con problemas mentales o bajo los efectos de sustancias ilegales. Unos ocho camiones se encargaron de la limpieza de la plaza.

El ambiente era tenso antes de que iniciara la operación. Los rumores de la intervención no tardaron en llegar a los oídos de los acampados, que en ese momento se mostraron dispuestos a plantarle cara a los efectivos de seguridad. En la plaza estaban los manifestantes que no aceptaron desmantelar el campamento la primera semana de junio, como lo acordó la Asamblea del Movimiento del 15 M en Barcelona. El ambiente también lo había caldeado un supuesto pacto sellado el martes entre algunos representantes del movimiento y el Ayuntamiento de Barcelona.

Se había acordado desalojar la plaza a cambio de la instalación de un módulo permanente de información. Un grupo de los acampados aseguró ayer que era una decisión tomada por un grupo que no los representaba y rechazaron el módulo por pequeño. Roto el diálogo el desalojo era ya inminente.

Cuando el fuerte dispositivo hizo su entrada en la plaza, algunos de los acampados huyeron ante los primeros gritos. Desde Mossos nos e confirmó el número de furgonetas ni de efectivos, pero acordonaron el recinto completamente. Los antidisturbios sacaron a los acampados de sus tiendas y los reunieron en el centro de plaza. Luego, con un altavoz, se les comunicó que el alcalde en funciones Jordi Hereu había firmado un decreto para autorizar el desalojo y les avisaron que tenían 15 minutos para tomar sus cosas y marcharse. Su primera reacción fue convocar una asamblea exprés para tomar una decisión.

Sin embargo algunos de los presentes eran conocidos indigentes que habían hecho del campamento su hogar o personas ebrias o bajo los efectos de sustancias ilegales. La mayoría decidió marcharse por su propio pie. A las 3.20 de la mañana ningún acampante estaba en la plaza. Los últimos salieron escoltados por agentes de la Guardia Urbana.

La ocupación de la plaza comenzó el pasado 16 de mayo. Una muestra de la degradación de la acampada fue que esta vez, a diferencia del primer intento de limpieza de la plaza del pasado 27 de mayo, no hubo efecto llamada para defender la ocupación. Ese día los Mossos ingresaron a la plaza para, según el consejero de Interior de la Generalitat, Felip Puig, remover objetos peligrosos que pudieran generar disturbios después del partido de la Champions Leage.

Muchas personas acudieron al centro tras los mensajes que se publicaron en las redes sociales. El dispositivo se complicó, los antidisturbios cargaron contra la multitud y Puig terminó en el Parlament compareciendo por los errores del operativo.

El dispositivo de ayer lo completaron varias gruas, que se encargaron de desmontar las cabañas que habían sido construídas en los árboles que rodean la plaza. El resto del campamento fue echado abajo por los encargados de la limpieza, que llevaron los restos a al menos ocho camiones. La policía anunció que las cosas de valor que se encontraran podrían ser reclamadas después por los indignados.

Durante el día se vivieron varias discusiones acaloradas entre exacampantes y los que continuaban en la plaza. “La acampada no puede ser un fin en sí mismo”, decía un hombre que aseguraba que acampó al principio. “Hay indigentes durmiendo aquí porque tenemos que ser ejemplo de integración”, aseguraba uno de los que ayer a última hora abandonó la plaza.

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