De “querida secretaria” a “intolerante canciller”
En febrero el escritor Jorge Volpi anunció que, después de cuatro años, dejaría la dirección general de Canal 22, porque se reintegrará al servicio diplomático como agregado cultural en Roma, de donde proviene su familia, y retomaría aún más su carrera literaria.
Todo marchaba bien, incluida su relación con la canciller Patricia Espinosa, pero algo pasó. Ayer, el escritor que cobró notoriedad internacional en el 2000 gracias a la novela En busca de Klingsor, denunció a través de su cuenta de Twitter que, en “represalia” por sus “opiniones públicas”, había sido cancelado su cargo diplomático y acusó de intolerante a la funcionaria.
Días previos al desaguisado, el 8 de junio, Espinosa felicitó a Volpi a través de Twitter, por haber sido distinguido con la Orden Isabel la Católica, en grado de Cruz Oficial, reconocimiento otorgado por el gobierno español. El escritor le respondió:
“Gracias, querida secretaria, me gustaría verla la semana próxima”.
Entre las más recientes colaboraciones y opiniones públicas de Volpi, entre el 8 y el 24 de junio, está su columna publicada el día 19 en un medio de impreso, en el que aborda la novela El ruido de las cosas al caer, de Juan Gabriel Vázquez. Ahí, tras aportar sus comentarios en torno a la obra que gira alrededor del narcotráfico, el autor hace una apreciación sobre México.
“Bien haríamos nosotros en abandonar por un momento las estadísticas y los reportes policiales para mirar a esos miles de individuos que se despeñan en el crimen. Sólo así, atisbando sus razones, que suelen ser las razones de la pobreza, el rencor o el pánico, podremos aspirar a recomponer el tejido social que nos envuelve”, dijo.
Ese mismo día, pero en Twitter, Volpi haciendo alusión a la misma obra, añadió que en México “los criminales casi nunca terminan en prisión”. Se buscó al escritor para que ampliara sus comentarios difundidos en la red social, pero no hubo respuesta.
Vieja tradición
Los escritores han sido elegidos como agregados culturales en países con los que México tiene relaciones diplomáticas, desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Federico Gamboa, Amado Nervo, José Juan Tablada, Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol o Fernado del Paso, son sólo algunos de los autores que representaron culturalmente a nuestro país.
De acuerdo a un ensayo del escritor Omar Nieto, en el 2000, “el régimen panista retomó las estrategias de coorporativismo cultural al designar tan sólo en un año a casi el 30% del total de los agregados culturales de la historia de nuestro país”, con el objetivo de “difundir la imagen de un país moderno, democrático y progresista”.
La iniciativa impulsada por el entonces canciller Jorge G. Castañeda dio cabida a artistas con reconocida presencia cultural fuera de México como Hugo Hiriart, José María Pérez Gay, Sealtiel Alatriste, Guillermo Sheridan, Alejandro Aura y Silvia Molina.
También impulsó la designación de agregados a de jóvenes menores de 40 años, tal como Juan Villoro en el sexenio de José López Portillo, a quien se le concedió la agregaduría cultural de Alemania oriental contando con apenas 25 años. Los elegidos fueron Jordi Soler, Ignacio Padilla y Jorge Volpi.
“La apuesta del gobierno panista rindió frutos. Padilla y Volpi fueron apoyados inmediatamente por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, quien dijo de Volpi: ‘He aquí un escritor mejor que yo’”, escribió Nieto. Tras el espaldarazo, Volpi ocupó la agregaduría cultural en Francia, por 3 años.
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