To sex or not to sex
Por: Paloma Bravo
Este post es la continuación de este otro. Aún no he sido capaz de llegar a una respuesta para el gurú, y no será porque no lo haya pensado y no lo haya consultado. Y que conste que lo que me decís vosotros me parece un poquillo egoísta, la verdad, "Ah, qué divertido, un consultorio de sexo, y mantienes 'La novia'..." (digo los que me leéis por gusto y no por masoquismo, como algunos de los comentaristas que aparecen de vez en cuando).
Si todavía estuviera José trabajando conmigo, haría un power point espectacular con los 'pros y cons' del consultorio de sexo (así llaman los "cursis del marketing" a las 'ventajas y desventajas' de toda la vida, y lo de "los cursis del marketing" no es un grupo de rock sino una triste realidad que me pilla demasiado cerca), pero José me ha abandonado porque no le gusta tener una jefa que sabe menos que él. Normal.
En cualquier caso, y por ir centrándome, si yo escribo sobre sexo me arriesgo a...
◦Que en el trabajo unos me miren siempre a los pies, avergonzados porque creen poder imaginarme en otro ámbito, y otros, directamente, me señalen con la mirada un cuarto de baño, para un "quickie" facilito. Porque yo curro en un sitio donde el 95% de los que me superan en rango son tíos. Y son muchos (o sea, que habría de todo, incluso comprensión, empatía y apoyo, para que no se diga).
◦Que en mi casa mi padre pierda la poca esperanza que le quedaba conmigo. Mi padre siempre creyó en mi talento literario. Por eso le repatea que yo ande escribiendo frivolidades que sabe que, en otras circunstancias, ni siquiera leería. Papá, asúmelo, no doy para más.
◦Que mi novio me retire la palabra y bloquee mi blog a todos sus amigos. Ya lo hemos hablado. "Sol, ¿vas a contar tu pasado o tu futuro? Sólo por saberlo...". "Nada propio, sólo lo que me cuenten otros...". "Sí, claro, como si no nos conociéramos, si tú eres capaz de perderme por un buen post...".
◦Que mis amigos se aparten de mí como si fuera una apestada. Algunos ya me acusan de ser una parásita y de chupar vidas ajenas, pero, vamos, que lo de las camas ajenas les va a parecer demasiado.
Y yo, con tan poca experiencia (menos de la que quisiera, más de la que algunos me presumen), me veo leyendo sin parar a Philip Roth en busca de inspiración de calidad.
Y en éstas ando cuando vuelve a mi despacho el gurú, un poco menos sonriente que la otra vez, un poco más él...
- Sol, bonita, hay bofetadas por publicar en EL PAÍS y tú te lo estás pensando desde el viernes...
- Joder, es que no es fácil.
- Facilísimo: sí o no. Y si es un 'no' ya sabes a lo que te arriesgas.
- ¿A qué?
- A perder tu espacio...
- ¿Qué espacio? Si nunca me ponéis en la home.
- Cierto. Tenemos otros compromisos.
- Ni por variar.
- Tenemos otros compromisos, te digo...
- ¿Entonces qué espacio pierdo? ¿Me vas a quitar un blog que te sale gratis y funciona bien?
- No, ya sabes que no. Soy gurú, pero no gilipollas.
- ¿Entonces...?
- Dejaré de ser tu gurú.
Se va y yo me quedo pensando otra vez... Cada vez tengo más claro lo que pierdo, pero no consigo ver lo que gano.
Continuará...
P.D.: este post es para José. Te echaremos de menos.
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