Por María Eugenia Mijangos.
Tenía muchos días de estar temiendo lo inevitable, a pesar de que había tratado de vencer sus temores, veía venir el acontecimiento.
Lo habían acordado hacía un año y el estuvo anuente, ahora no se podía hacer para atrás.
Josefina era así, cuando se le metía algo en la cabeza, era imposible que lo dejara, su tenacidad solo se comparaba con su necedad. Lo que no sabía era quién le había metido esa idea en la cabeza. ¡ Tan bien que estaba el sin esa preocupación!, la verdad es que hasta la fecha nunca había tenido ningún problema.
Pero ella insistía, ahora que se aproximaba la boda, era necesario y conveniente, pues le habían contado de muchas parejas que tenían problemas por eso.
Hacía algunos días se lo había recordado y ahora el temía que volviera a insistir, estaba pensando detenidamente en eso, cuando de pronto ocurrió:
-Amor, que ¿ fecha crees tú que podemos planificar para tu circuncisión?
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