Mi amada Brenda sigue desaparecida del mapa, perdida en las profundidades de Europa, quien sabe dónde.
Cuando ella y su grupo de amigas decidieron incursionar por los confines donde habitan los árabes, mi preocupación aumentó por la suerte que pudieran correr ellas, pero al mismo tiempo pensé en que son un grupo de mujeres adultas y que sabrían cuidarse asi mismas. Pero resulta que no es así.
Las últimas noticias de ellas fueron fatales: tres de ellas enfermaron seriamente y quedaron arraigadas en un hospital público de Rabat, la capital de Marruecos; el resto del grupo volvió inmediatamente a España en busca de auxilio consular, pero no repararon que en Marruecos México tiene una representación diplomática que bien pudo ayudarlas a resolver sus asuntos.
Conozco muy bien a todas las amigas que acompañan a La Brenda en esta aventura, y puedo asegurar que mi amada Brenda es la más guapa de todas, y lo digo con toda objetividad y no cegado por la pasión y el amor, por lo que no me sorprendería que ella recibiera algunas proposiciones amorosas de algunos españoles o marroquíes, que ella tratará de evaluar su conveniencia futura.
La Brenda, cuando la conocí, me dijo que su máximo deseo en la vida era vivir en los Estados Unidos, y precisamente en California, donde vive su hijo único. Así que una oferta de irse a vivir a Europa sería algo a considerar seriamente.
Yo he pensado que estos largos silencios de La Brenda, podrían estar impregnados de meditaciones acerca de su futuro amoroso, si es que hay ofertas europeas de casamiento para ella.
Me parece que el amor dura hasta que se acaba, y a veces dura lo que un suspiro y otras algunos días más. Estoy dispuesto a aceptar la terminación de ste loco romance con La Brenda que surgió como una llamarada intensa, luego interrumpida por su viaje a Europa. Además, yo ya estoy en Guatemala por un largo periodo, el cual aprovecharé para rehabilitarme la pierna lisiada, lo que impedirá que el reencuentro con ella sea algo muy próximo. Hay amores que se van apagando como velitas de cumpleaños, de golpe y otras poco a poco.
He aprendido mucho de cada relación amorosa, en esta ocasión La Brenda me enseñó a disfrutar la vida sin complicaciones, ni reparos de ninguna clase, eso se lo agradeceré toda la vida. ya que yo antiguamente me reservaba el placer para el futuro, y eso es una tontería.
vivo al día, el presente, como los alcohólicos, sólo por hoy. Esta segunda oportunidad que me brinda la vida voy aprovecharla al máximo: al cuerpo lo que pida.
En cuanto tenga noticias de La Brenda os las comunicaré.
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