Por fin se pudo saber el diagnóstico del mal que aquejó a las amigas de La Brenda que se quedaron atrapadas en un hospital de Rabat, Marruecos, se trata de la extraña enfermedad denominada: TROMBOCITOPENIA PÚRPURA INMUNOLÓGICA. Pero ellas continúan internadas y bajo vigilancia estricta del ministerio de salud de allá, hasta que esas manchas negras y moradas y esos moretones desaparezcan de sus cuerpos.
La Brenda logró contactar al cónsul mexicano en Rabat, que resultó ser el hijo de Porfirio Muñoz Ledo, a quien yo conozco por razones políticas de mi pasado revolucionario, así que ya se están tomando las medidas necesarias para sacar a esas chicas del país, aunque no se hayan sanado por completo.
Ya las familias de esas tres chicas del grupo de La Brenda, se encuentran en Rabat presionando a las autoridades mexicanas de la embajada para que sus hijas vuelvan a México de inmediato. Parece que eso ocurrirá muy pronto, según me informó La Brenda.
La Brenda hasta el día de ayer estaba en Vitoria, en el País Vasco, en la casa de José Ignacio, su prometido, quien le avisó que tiene que quedarse unos cuatro meses en España para que las autoridades civiles de allá puedan autorizar la boda entre un español y una extranjera; además tiene que someterse a unos largos interrogatorios para determinar que la boda no es de conveniencia sino de amor. Esto, me dijo La Brenda, no lo soporto ni un minuto más, me largo a escondidas a Madrid en cuanto pueda hacerlo.
Y, efectivamente, La Brenda me habló hoy desde Madrid, que ya está gestionando un boleto directo de Madrid a Guatemala, y que probablemente esté por estas tierras el miércoles próximo.
Yo siempre he pensado, y he afirmado, a mis amigos que: verbo mata carita y a billetera también. Pero cuando La Brenda me anunció que a lo mejor se quedaba en España porque un vasco le había ofrecido matrimonio y ese hombre era uno de los más ricos de Vitoria; yo me dije: verbo mata billetera... a veces.
Hoy regresa arrepentida La Brenda a mis brazos, ella dice que el amor triunfó, no le creo mucho a esa declaración disque amorosa de parte de ella.
Su viaje a Guatemala obedece fundamentalmente, según me confesó después, a una necesidad de contención emocional de mi parte, ya que en el trayecto entre Africa y España tuvo algunos problemas de salud cuyos síntomas la alarmaron demasiado. Se descubrió unos nódulos en el seno izquierdo, que han estado creciendo durante este casi mes y medio de peregrinaje. Ella sabe toda mi historia de combate al cáncer y piensa que yo la puedo orientar y cuidar en este trance difícil.
Aun tendría que hacerse una biopsia del seno izquierdo para determinar si esos nódulos son benignos o malignos, ya le busqué en Guatemal dónde se los pueden hacer de inmediato, con la ayuda de médicos guatemaltecos amigos de mis hermanos.
Me dice mi amada Brenda que ha notado un cierto adelgazamiento en su cuerpo, cuando ella es una mujer robusta, con un peso promedio de 68 kilos, hoy está pesando 10 kilos menos.
La angustia y la ansiedad la están agobiando en extremo, ya que esto que le ocurre no se lo quiere contar a nadie, ni a sus mejores amigas.
En fin, las noticias que produce La Brenda son un poco alarmantes para ella y para mi. Pero no hay que adelantar vísperas hasta no conocer los resultados de una biopsia y de algún ultrasonido específico.
No quiero imaginarme la debacle emocional en que está en estos momentos José Ignacio allá en Vitoria, pobre hombre se enamoró de una quimera llamada La Brenda, mujer inalcanzable al parecer...
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