Tal como lo imaginé no existe un vuelo directo entre Madrid y Guatemala, pero La Brenda me insistía que si. La Brenda se presentó ayer en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, con el fin de abandonar ya España y venir a Guatemala, y lo único que consiguió en Iberia fue un vuelo a México con escala en Montreal. Del grupo de amigas que llegaron juntas, nada más quedó con La Brenda Carmen Olea, quien la acompaña en este retorno amargo a México.
En el aeropuerto de Barajas, las autoridades sanitarias se encuentran en estado de alerta por la epidemia de Gripe tipo A H1 N1, ya que la vacuna todavía no se encuentra disponible y el grupo de personas afectadas aumenta día a día.
La Brenda presentó algunos síntomas de esa gripe, pero evitó pasar enfrente de una cámara térmica que registra la temperatura corporal de los pasajeros, aunque la tos persistente la delataba, sin embargo logró subirse al avión.
Me relata Carmen Olea, que las 6 horas que duró el viaje trasatlántico entre Madrid y Montreal, La Brenda mostró signos de agravamiento de sus malestares griposos, con la consabida protesta de los pasajeros por la tos imparable de La Brenda.
Al llegar a Montreal, hoy por la mañana muy temprano, los servicios médicos del aeropuerto de Montreal ya estan advertidos de la llegada de una pasajera en estado crítico en el vuelo de Iberia.
Me refiere Carmen Olea que de inmediato la condujeron a La Brenda a un hospital en ambulancia, sin tiempo para despedidas.
Hace un rato recibí una llamada de larga distancia desde Montreal. Era un médico que se identificó como el doctor Rody Oñate, del Hospital Metropolitano de Montreal, quien con un acento chileno me referió los pormenores del mal de La Brenda.
Efectivamente llegó contagiada con el virus de la Gripe tipo A H1 N1, que contrajo en España hace una semana, por lo que amerita su inmediata hospitalización pero con el inconveniente que Canadá tampoco dispone de la vacuna específica para el tratamiento de esta nueva epidemia viral.
Me dice el doctor Oñate que el peligro es que este mal se convierta en neumonía y complique el cuadro de por si severo que presenta La Brenda.
Con el "buen tacto" que tienen los médicos, me dijo campantemente el doctor Oñate: "no sabría decirle si la paciente podrá librar esta enfermedad o no, está muy grave."
Acordamos el doctor Oñate y yo en que el me estaría informando del estado de salud de La Brenda, como un favor especial, ya que le conté que yo viví unos lindos años en Santiago de Chile, su tierra; ello lo emocionó demasiado, y accedió a mi petición.
El retorno accidentado de La Brenda a México, es algo preocupante ya que ella no tiene parientes cercanos a quienes avisarles de este incidente, solo amigas y yo, que me encuentro imposibilitado de viajar a Montreal en estos momentos.
No queda más que esperar pacientemente que La Brenda pueda brincar este obstáculo grave en su salud.
Yo tengo el teléfono de la casa del doctor Oñate y puedo investigar qué está pasando con ella de vez en cuando.
El destino es así, ella pensó que sería feliz con José Ignacio en el País Vasco, disfrutando de su fortuna, pero se arrepintió y me eligió a mi como su pareja otra vez, pero el retorno ha sido todo lo complicado que puedan ustedes imaginarse.
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