Cae Goran Hadzic, el último fugitivo de las guerras de los Balcanes
El antiguo líder de los serbios de Croacia fue arrestado en Serbia cuando recibía dinero en un bosque
La caída de Goran Hadzic, antiguo presidente de los serbios de Croacia, ha marcado un hito en la historia del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad, era el último de los fugitivos buscado por una corte abierta por la ONU hace casi dos décadas.
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Su captura resulta además decisiva para el futuro europeo de Serbia. Los juicios contra el exgeneral serbobosnio, Ratko Mladic, y el líder político de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, dirigentes de primera fila en las guerras de los Balcanes, están ya en marcha. La captura de Hadzic puede acelerar ahora las negociaciones comunitarias entre Belgrado y Bruselas. Esa ha sido al menos la sensación que ha querido dar Boris Tadic, presidente serbio, cuando ha anunciado la detención. "Hemos cumplido con nuestras obligaciones morales y legales", ha dicho, en alusión al régimen de candidato a la adhesión a la UE que espera recibir para su país. De momento, la justicia serbia ya ha aprobado la extradición de Hadzic a Holanda, sede del TPIY.
Después de estar siete años oculto, el arresto de Hadzic ha tenido un punto novelesco. Según Vladimir Vukcevic, fiscal serbio, fue interceptado en un bosque en las montañas de Fruska Gora, al norte de Belgrado. El lugar está cerca de su casa familiar, y Hadzic acudió allí a recibir un pago después de intentar vender un cuadro robado. La tela era auténtica y firmada por el pintor italiano Amadeo Modigliani. La justicia serbia cree que pudo haberla recibido durante la guerra croata. "Hay que preparar este tipo de operaciones. Solo así pueden obtenerse los resultados deseados", ha añadido el presidente Tadic, para justificar la tardanza en encontrarle. Incluso se ha permitido comparar esta búsqueda con la protagonizada por Estados Unidos, que ha tardado una década en dar con Osama Bin Laden.
La UE y la OTAN celebran la detención
En La Haya, Serge Brammertz, fiscal jefe, ha felicitado a las autoridades serbias y ha recordado a las víctimas, "que viven un momento trascendente en su reclamación de justicia". Desde Bruselas, tanto la UE como la OTAN, han tomado nota de la detención. "Constituye un nuevo paso importante de Serbia para hacer realidad su perspectiva europea", han dicho al unísono el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy; el de la Comisión Europea, Manuel Durao Barroso; y la alta representante comunitaria, Catherine Asthon.
El secretario de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, ha aventurado que "podrá cerrarse el capítulo más doloroso de la historia europea reciente". En conjunto, unas palabras de las que Belgrado espera que puedan disipar lo que se conoce justamente como el "efecto La Haya". Es decir, que sirvan para suavizar la postura de Holanda, único país que vetaba el avance de las conversaciones comunitarias con Belgrado mientras no cayeran todos los renegados de los Balcanes. En caso holandés se justifica por el sentimiento de culpa generado tras la humillación de sus cascos azules, encargados de defender a los refugiados que perecieron en 1995 a manos del Ejército serbobosnio en Srebrenica.
La masacre de Vukovar
En las guerras que enfrentaron a las seis repúblicas de la antigua Federación yugoslava (1991 y 2001) hubo un genocidio (el de Srebrenica), y un sitio de tinte casi medieval que se prolongó 4 años (en Sarajevo). También reapareció la limpieza étnica de otras contiendas más antiguas, que los dirigentes serbios del momento aplicaron a la creación de un espacio común puro denominado Gran Serbia. De entre los episodios trágicos tal vez menos recordados, destaca la masacre de Vukovar, perpetrada en dicha ciudad croata y cuya responsabilidad es atribuida a Goran Hadzic.
Técnicamente, se trata de un crimen de guerra y sucedió en noviembre de 1991. En el plazo de tres días, fueron torturados y asesinados unos 200 civiles, en su mayoría croatas, a manos de paramilitares serbios y miembros del Ejército Popular Yugoslavo. No fue una matanza más. Los muertos eran heridos ingresados en el hospital de Vukovar.
La autoría directa se atribuyó a las autoridades serbias locales (Veselin Sljivancanin y Mile Mrksic, fueron condenados en 2007 por el TPIY a penas de veinte y cinco años de cárcel, respectivamente). Pero Hadzic era el líder de los serbios de Croacia y el mismo tribunal le acusa específicamente de este crimen "por estar involucrado en el plan general de expulsión y exterminio de los civiles croatas entre 1991 y 1993". El pliego acusatorio completo suma 14 cargos por persecución, asesinato, deportación y maltrato de la población indefensa. El fiscal Brammertz espera tenerle en Holanda en una semana.
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