lunes, 25 de julio de 2011

La recamarera rompe el silencio.

La limpiadora del Sofitel rompe su silencio
Nafissatou Diallo concede una entrevista a 'Newsweek' en la que cuenta su versión de los hechos.- "Por su culpa me llaman prostituta", lamenta, "quiero que vaya a la cárcel"


Nafissatou Diallo, la empleada del hotel Sofitel de Nueva York que acusa al ex director del FMI Dominique Strauss-Kahn de agresión sexual, ha dado, por primera vez públicamente, su versión de los hechos ocurridos aquel 14 de mayo en la suite 2806. Después de las dudas que los abogados del político francés han proyectado sobre ella, al acusarla de haber dado diversas versiones, inconsistentes, de la sucesión de hechos ocurridos aquella tarde y por haber mentido a las autoridades norteamericanas sobre su pasado en Guinea, Diallo se defiende en una extensa entrevista en la revista Newsweek, manteniendo que Strauss-Kahn la intimidó y la agredió en la habitación que había de limpiar. "Por su culpa me llaman prostituta", lamenta, "quiero que vaya a la cárcel. Quiero que sepa que hay algunos sitios en los que uno no puede usar su poder, no puede usar su dinero".




Pasado el mediodía, Diallo, de 32 años, entró en la habitación 2806, una suite presidencial, para limpiarla. En ese momento, cuando estaba en el salón, mirando a la cama, el "hombre del pelo blanco", como le llama ella en la entrevista, se dirigió a ella desnudo. Diallo alega que no sabía quién era Strauss-Kahn ni que se estaba alojando en aquella dependencia. Ella se disculpó. Él le dijo que no tenía por qué, insinuando que quería mantener relaciones sexuales con ella. "Me parecía que estaba loco", recuerda Diallo. Luego, sostiene, le agarró los senos y cerró con fuerza la puerta de la suite. La intentó empujar a la cama diciéndole: "eres hermosa". "Pare. No quiero perder mi trabajo", le respondió. "No lo perderás".

Según relata Newsweek, el político la empujó sobre la cama y le trató de introducir su pene en la boca. Ella apretó con fuerza los labios y sacudió la cara de lado a lado, para impedir la penetración bucal. Diallo logró zafarse y se precipitó sobre el baño. Allí Strauss-Kahn volvió a abalanzarse sobre ella. Le levantó la bata hasta la cintura, le bajó las medias y comenzó a agarrarle con fuerza la zona vaginal, según la empleada del Sofitel. Cuatro horas más tarde, los forenses de Nueva York determinaron que la entrepierna de Diallo aún estaba enrojecida por la presión.

ADN en la moqueta

Posteriormente, Strauss-Kahn, siempre según la versión de Diallo, le dio la vuelta, la puso de rodillas, de espaldas a la pared, le agarró la cabeza con ambas manos, y logró introducirle su pene en la boca. "Me agarró la cabeza con mucha fuerza", dice. "Se movía y hacía ruido, algo como uhh, uhh, uhh. Me dijo que le chupara... No puedo repetirlo". Según indica Newsweek, el político francés eyaculó en la boca de la empleada y ésta, asqueada, escupió en la alfombra. Los forenses recuperaron pruebas de ADN del político de la moqueta.

El violento encuentro duró nueve minutos. Ella logró huir y se quedó en el pasillo, aturdida. "Estaba allí, escupiendo. Me sentía totalmente sola. Estaba asustada", dice. Luego, Strauss-Kahn salió de la habitación. "No sé cómo se vistió tan rápido, y sin equipaje", añade. La miró de reojo, y siguió caminando, sin decir nada. Posteriormente se encontró con su hija para comer, antes de embarcar en el avión de Air France que le había de llevar a París. Un supervisor encontró a Diallo en estado nervioso y ésta le contó la agresión. Llamaron a la policía aproximadamente una hora después.

Según revela Newsweek, los fiscales tienen pruebas de que, la noche antes, Strauss-Kahn hizo proposiciones sexuales a una recepcionista del hotel y han identificado a una empresaria norteamericana que le acompañó al ascensor a la 1:26 de la madrugada y con quien tuvo relaciones sexuales consentidas. Sus abogados aseguran que Diallo contó dos versiones diferentes sobre los momentos posteriores a la supuesta agresión: primero dijo que se quedó en el pasillo, llorando, y luego rectificó, aclarando que, para recuperar la compostura trató de limpiar primero la habitación 2820 y luego la 2806, donde se había alojado Strauss-Kahn. Ella mantiene que no mintió a los fiscales sobre los hechos.

Diallo, nacida en Guinea, llegó a EE UU en 2003. Su marido y una hija recién nacida murieron allí. A estos les sobrevive otra hija, que ahora tiene 15 años. Según contó a las autoridades norteamericanas a las que pidió asilo, fue violada por dos soldados en el año 2001. Éstos la obligaron a limpiar la escena de la agresión posteriormente. Trabajó como peluquera en el Bronx antes de comenzar a limpiar habitaciones en el Sofitel, en Manhattan, por unos 20 euros la hora.

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