Resultados
Orlando Delgado Selley
Con la información que publicó el Inegi el viernes pasado se confirma que la crisis hizo que se redujera el ingreso de los hogares mexicanos. Poco importa para este resultado si la crisis vino de fuera, lo relevante es que el gobierno fue incapaz de evitar que, en promedio, el ingreso de los hogares cayera 12.3 por ciento. Por supuesto, no todos los estratos de ingreso perdieron en la misma medida. El 10 por ciento más rico de la población disminuyó su ingreso 17.8 por ciento y el 10 por ciento más pobre perdió 7.6 por ciento.
La pérdida como siempre es más dura para los hogares más pobres, ya que la disminución de sus ingresos afecta rubros de consumo absolutamente indispensables. Según la ENIGH el ingreso promedio mensual de este estrato pasó de 2 mil 223 pesos en 2008 a 2 mil 54 en 2010, lo que al agregar los aumentos de precios habidos hace mayor la disminución. Esta caída de los ingresos se traduce inmediatamente en la reducción e incluso la eliminación de gastos necesarios, como la atención a la salud, junto con el deterioro en la calidad de los bienes de consumo necesario.
De acuerdo con el Inegi, cuatro de cada cinco personas que reciben ingreso en el país ganan hasta dos salarios mínimos, es decir, ganan hasta 3 mil 500 pesos; otro 15 por ciento de los asalariados gana entre dos y seis salarios mínimos, es decir, entre 3 mil 500 y 10 mil 500 pesos; y solamente el 4.7 por ciento, menos de uno de cada 20 mexicanos, recibían más de seis salarios mínimos en 2010, esto es, más de 10 mil 500 pesos mensuales. Con este nivel de remuneraciones puede concluirse que en México los sectores de ingresos medios han desaparecido prácticamente.
La información confirma que las afirmaciones de Calderón y Cordero de que nos habíamos convertido en un país de clase media son completamente falsas y tienen el propósito de tratar de convencernos de algo que nadie acepta. El gobierno no sólo miente, sino que engaña. Pero como no lo logra, difunden la idea de que se trata de percepciones equivocadas. El Inegi ha mostrado que la percepción generalizada sobre las condiciones de vida de la población y sobre el impacto de la crisis es cierta. Los miembros del gobierno no es que tengan una percepción equivocada, es que tratan de engañar.
La crisis, además, acentuó la ya de por sí aguda concentración del ingreso. Una manera convencional de medir esta concentración es comparar los ingresos del 10 por ciento más rico, que en la ENIGH es el decil 10, con los del 10 por ciento más pobre, el decil I. En 2010 esta comparación indica que los más ricos ganaron 18.2 veces lo que los más pobres, lo que da cuenta de mayor desigualdad ya que en 2006 el decil 10 se apropiaba un ingreso 14.1 veces mayor que el decil I. De nuevo, las cosas empeoran.
Un hecho que frecuentemente se olvida es el alcance de la encuesta. Se ha reconocido que el ingreso de los grandes ricos difícilmente se capta en las encuestas a los hogares, al tiempo que el ingreso de los pobres es bien recogido. De modo que para apreciar la dinámica de la distribución del ingreso es necesario incorporar información sobre los grupos más ricos. Para 2004, un estudio del Banco Mundial (La trampa de la desigualdad y su vínculo con el bajo crecimiento en México) indicó que los multimillonarios mexicanos tenían un ingreso de casi 400 veces mayor que el del 0.1 por ciento más rico recogido en la ENIGH y 14 mil veces el promedio de la población.
Es evidente que de 2004 a 2010 los grandes ricos mexicanos por lo menos han mantenido el valor de su patrimonio. Se conocen datos de los que aparecen en las listas de Forbes anualmente que muestran aumentos notables en su riqueza, lo que pudiera indicar que esos multimillonarios han acrecentado su patrimonio.
De ser así, el gran resultado, que no señala la encuesta pero que es perfectamente sostenible, es que los súper ricos, muchos de los cuales lo son desde la implantación de las reformas neoliberales, tienen un ingreso 15 mil veces superior al del promedio de los hogares mexicanos. Este dato es el que efectivamente describe al país.
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