lunes, 4 de julio de 2011

Un rico ruso y excéntrico.

Abramóvich ya tiene su 'garito' por 22 millones de euros
El millonario ruso abre una sala de conciertos bajo el estadio del Chelsea


El último capricho del multimillonario ruso Román Abramóvich ya está en pie. Se trata de un local de conciertos en el que ha invertido 20 millones de libras (unos 22 millones de euros), y que pretende que se convierta en uno de los locales de música en vivo más exclusivos de Reino Unido. El club se llama Under The Bridge porque está en los bajos de su estadio de fútbol, el Stamford Bridge. Él es el propietario del Chelsea Football Club y ha decidido aprovechar el cierre del Purple Night Club, local frecuentado por los jugadores del equipo, para abrir el suyo propio.

El ruso está considerado uno de los extranjeros más influyentes de Londres y The Sunday Times estima su fortuna en 12 mil millones de euros. Posee una flotilla de yates, un avión privado con capacidad para 200 pasajeros y una valiosa colección de obras de arte, pero sus socios aseguran que este nuevo negocio no es un juguete más para el ostentoso magnate.

La remodelación del espacio comenzó a finales de 2010, y él mismo se ha encargado personalmente de cuidar cada detalle. "Román es un gran melómano y se está tomando el club muy en serio", ha comentado un amigo suyo al diario británico The Independent.

Su objetivo es que sus artistas favoritos, los mismos a los que contrata para tocar en sus fiestas privadas -como Amy Winehouse o el grupo Kings of Leon- cedan ahora sus voces para la gloria del nuevo local, que tiene capacidad para 600 personas. Por ahora ha conseguido la presencia de Paul Rodgers y otros artistas más o menos conocidos en Reino Unido, pero Abramóvich pica más alto y ha invitado a Mick Jagger. El rolling stone no se ha pronunciado sobre la propuesta, pero podrá encontrar pocas excusas, pues vive cerca del estadio, en el glamuroso barrio de Chelsea.

El multimillonario ruso ha construido un lujoso reservado en color verde para los artistas, que conecta directamente con el escenario, para que no tengan que sufrir el acoso de los fans. Ese espacio tiene dos vestidores, dos baños, una cocina y una zona para relajarse con una pantalla de televisión gigante.

También ha invertido una fortuna en la instalación de sonido, que quiere que sea "la mejor del mundo". En este punto ha sido asesorado por James Cafarelli, el diseñador de los locales Casa del Blues en EE UU. Abramóvich está obsesionado por los aspectos técnicos y desde que el local abrió a principios de año pasa las noches codeándose con el público y haciendo preguntas sobre la calidad del audio.

Abramóvich está tan convencido del éxito que tendrá Under The Bridge que en su web no solo da indicaciones de cómo llegar en autobús, metro y coche: también explica la manera más cómoda de llegar por avión.

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