jueves, 21 de julio de 2011

Nuevo rescate a Grecia.

Los países del euro llegan a un acuerdo para un nuevo rescate a Grecia de 109.000 millones

Los socios de la moneda única preparan así el terreno para un impago temporal de Atenas y acceden a alargar los plazos y rebajar los intereses del crédito que paga el país mediterráneo

Los países del euro han alcanzado esta tarde un acuerdo para impulsar un segundo plan de rescate a Grecia. Así lo ha anunciado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, desde Bruselas, donde se han reunido los socios de la moneda única en una cumbre decisiva. La canciller alemana, Angela Merkel, ha asegurado que la ayuda asciende a 109.000 millones de euros, de los que unos 50.000 saldrán del sector privado. Por su parter, el jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha valorado desde la capital europea que "se ha logrado un acuerdo fuerte, concreto, preciso, que debe transmitir confianza y credibilidad y, ante todo, permitir a los países de la zona euro tener expectativas para la recuperación económica".


"La gravedad de la situación de Grecia es única en la zona euro" y por ello "requiere una solución excepcional", dice el Eurogrupo, según un comunicado del Consejo Europeo. Después, explica que el sector financiero ha mostrado su disposición a apoyar a Grecia "de forma voluntaria" a través de un canje de bonos.

El plan apunta a que el canje de bonos no será en la práctica del todo voluntario. El Eurogrupo cifra en 37.000 millones la contribución neta del sector privado en financiación entre 2011 a 2014 más un programa de recompra de otros 12.600 millones, que lleva el total a 50.000 millones. La estimación para el periodo 2011-2019 es de 106.000 millones. Eso podría suponer la declaración de "impago parcial o selectivo" por parte de las agencias de calificación, pero los Gobiernos europeos confían en que esa situación dure unos días hasta que se ejecute el canje y en todo caso los bonos griegos se seguirán admitiendo ante el BCE.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha sido uno de los primeros en comparecer ante los medios para explicar algunos detalles de lo que ha definido como un "compromiso firme" para ayudar a Atenas. El mandatario ha desvelado que habrá aportación de la banca privada, una de la condiciones exigidas por Alemania, entre otros países. Concretamente, los bancos acreedores de Atenas calculan que su aporte rondará los 135.000 millones de euros en un plazo de 30 años. Sarkozy ha insistido en que se trata de una plan diseñado específicamente para Grecia y del que no podrán beneficiarse otros países que han recibido ayudas, como Irlanda y Portugal.

Borrador previo

Según un borrador de las conclusiones de la cumbre, los países de la eurozona plantean suavizar las condiciones de la ayuda a Grecia y han acabado cediendo ante la idea de que el país entre en un impago temporal para aliviar la pesada carga de su deuda. Según el documento, filtrado a la prensa a media jornada, los líderes europeos habrían accedido a alargar los plazos del crédito de 110.000 millones concedido hace más de un año a Atenas hasta los 15 años, de los 7 actuales, y a rebajar su interés del 4,5% al 3,5%, lo que da algo de aire al país mediterráneo para superar sus problemas económicos.

En cuanto a la incorporación del sector privado, el borrador señalaba que los Diecisiete habrían aceptado una reestructuración de la deuda griega a través del canje obligatorio de bonos que ya están en circulación por nuevos títulos.

Según concreta Bloomberg citando a fuentes oficiales de Bruselas, esta medida, que supondría un impago temporal -"de apenas varios días", tal y como asegura esta agencia económica-, afectaría al 90% de la deuda de Grecia que vence de aquí a 2020. Las agencias, sin embargo, ya han advertido de que en caso de impago volverán a reducir la nota de solvencia de Grecia, lo que podría desembocar en una nueva oleada de recortes de los periféricos, complicando así la salida de la crisis. Para evitar el problema, según detalla Bloomberg, las entidades podrán seguir acudiendo con deuda griega a la ventanilla de liquidez extraordinaria del Banco Central Europeo, que es la única fuente de financiación que tiene hoy por hoy el sector financiero griego, aunque caiga en impago. Para ello, este fondo aportaría algún tipo de garantías que cubriese el valor de los títulos griegos.

La operación de canje resultaría en una reducción del 20% del valor neto con el que bancos y aseguradoras hicieron su inversión. El objetivo de la medida es que la banca contribuya con hasta 30.000 millones en el coste del nuevo programa de ayuda. Para alcanzar los 110.000 millones que Grecia necesita hasta 2014, los países de la UE, Bruselas y el FMI podrían aportar otros 70.000 millones en nuevos créditos y fondos no usados del primer y fracasado rescate puesto en marcha hace un año por, precisamente, 110.000 millones.

Sin salir de la participación privada en el rescate, los líderes europeos también habrían accedido a autorizar al fondo de ayuda (EFSF, por sus siglas en inglés) a inyectar dinero en la banca con inversiones en deuda griega a través de ayuda a los Estados para evitar que la crisis se siga extendiendo a España e Italia o, incluso, al corazón mismo de la UE a través del sector financiero. Además, tampoco se descarta que el propio EFSF pueda acudir, en un futuro, en ayuda de los países con problemas en los mercados de deuda comprando sus bonos en el secundario, aunque esta opción requerirá algo más de tiempo por cuestiones legislativas. Por este motivo, pensando más en el riesgo de contagio, los países del euro también quieren que como paso previo el EFSF pueda dar líneas de crédito preventivas a los socios que no han sido rescatados pero cuya deuda está siendo atacada por los mercados, como ocurre ahora con Italia o España. Lo que se ha caído del texto es la propuesta francesa de imponer un impuesto a los beneficios a la banca.

Junto a ello, el abanico de medidas se completaría con un Plan Marshall para Atenas con medidas de estímulo para su debilitada economía y apoyo técnico por parte del resto de países.

La filtración del borrador ha tenido un impacto inmediato en las Bolsas y el resto de mercados financieros. En las divisas, el euro ha repuntado tres céntimos en minutos y a las 14.40 se intercambiaba a 1,43 dólares, un nivel que no tocaba desde principios de mes.

En la renta variable, las Bolsas de los países bajo sospecha se han disparado. Entre ellos, el español Ibex 35 ha pasado de subir un cuarto de punto a revalorizarse un 2,9% al final de la jornada. En el resto de parqués europeos, la noticia ha impulsado al verde a todos los índices de referencia, que han pasado buena parte de la mañana en rojo. En la deuda, la prima de riesgo espñola -que es el sobreprecio exigido por los inversores a los bonos a 10 años que cotizan en el mercado secundario frente a los alemanes, de referencia- ha bajado con fuerza y, por primera vez desde el pasado miércoles lograba situarse por debajo de los 300 puntos básicos. Pese a la euforia de los mercados, a la hora del cierre faltaba por confirmar el acuerdo.

Los puntos clave de la nueva ayuda a Grecia
1º Rebaja las condiciones de los créditos a los países rescatados. El plazo de devolución del dinero pasa de 7 a un mínimo de 15 años y su interés se rebaja al 3,5%.

2º Plan Marshall para Grecia. Los países del euro se comprometen a movilizar los recursos necesarios y la asistencia técnica necesaria para ayudar a Grecia a llevar a cabo sus reformas.

3º Canje de bonos. Los acreedores privados (banca y aseguradoras) podrán elegir entre tres opciones (canje, renovación o recompra) para sustituir los actuales títulos en circulación de deuda griega por otros. El objetivo es que las condiciones de estos bonos sean similares a los plazos e intereses de la nueva ayuda.

4º Capital para la banca. El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF) podrá inyectar capital en los bancos aunque no estén intervenidos. Para ello, se autorizará a este mecanismo de rescate a prestar dinero a los países con problemas.

5º Compra de bonos en el secundario. El EFSF podrá dar líneas de crédito preventivas a los socios que no han sido rescatados pero cuya deuda está siendo atacada por los mercados, como ocurre ahora con Italia o España, para que sean ellos quienes recompren sus bonos en el secundario en caso de un ataque de los especuladores.

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