viernes, 30 de septiembre de 2011

Borges era una bomba.

La viuda del escritor afirma que, cuando estaba vivo, "decía las cosas que pensaba, decía la verdad


María Kodama, viuda de Jorge Luis Borges, es consciente de que el gran escritor argentino se convirtió tras su muerte en "un ícono" porque "no molesta", pero, cuando estaba vivo, "era una bomba de hidrógeno" con sus declaraciones ya que "decía siempre lo que pensaba".

"Como era libre, no tenía por qué rendir pleitesía. Lo que creía en cada momento lo decía y, si se equivocaba, tenía la nobleza de reconocerlo", afirmaba hoy María Kodama, que asiste esta noche a la presentación del libro "Mi amigo Don Quijote", que contiene la transcripción de una conferencia inédita de Borges sobre la obra cervantina, pronunciada en Austin, Texas, en 1968.

"Cervantes era el autor ultrapreferido de Borges", asegura Kodama
Este texto, que solo había aparecido parcialmente en una revista argentina y en otra estadounidense, lo publica en Madrid, en su versión definitiva, Del Centro Editores, y es el broche de las actividades que esta entidad cultural ha realizado con motivo del 25 aniversario de la muerte del autor de "El Aleph".

"Es muy lindo cerrar el 'Año Borges' con este libro porque habla sobre Cervantes, el autor ultrapreferido de Borges dentro de la literatura española", señaló Kodama, que lleva todo el año de país en país para asistir a los homenajes que ha recibido el escritor.

Como indica María Kodama, Borges "consideraba sus amigos a aquellos escritores y pintores que le gustaban mucho, y don Quijote era uno de ellos".

Un amor que les dio fuerza
La vida de Kodama "es muy difícil desde muchos puntos de vista, pero también es fascinante desde otros". A los 16 años, comenzó a estudiar anglosajón con Borges y para ella "no era el monstruo sagrado que era para otros".

"En general, los seres humanos traicionan y él no lo hizo", defiende

"Para mí era como el conejo de 'Alicia en el país de las maravillas', es decir, de pronto yo lo encontré, lo seguí y me llevó a un mundo maravilloso: descubrir el anglosajón, el islandés y millones de cosas", asegura.

El amor que sintió por Borges le dio "fuerzas para resistir durante estos veinticinco años", en los que la viuda del escritor ha sido objeto de numerosos ataques. "Ha sido muy difícil", reconoce. En este tiempo ha recibido "ataques procedentes de señoras despechadas, de señores que querían apoderarse de la obra de Borges, de gente que mete en internet cosas que no son del escritor o gente que recortaba y pegaba fragmentos y los vendía como de Borges".

"Además, para qué nos vamos a engañar. Ahora Borges es un ícono porque no molesta. Antes, con sus declaraciones, era una bomba de hidrógeno, porque él decía las cosas que pensaba, decía la verdad".

"En general, los seres humanos traicionan y él no lo hizo, y eso es lo que yo más adoro en él, más, incluso, que su grandeza literaria. Fue fiel a sí mismo, a sus ideas y no se vendió nunca. No era esclavo, era libre", dice emocionada María Kodama. Ana Mendoza.

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